Thursday, January 31, 2008

ESTADOS UNIDOS: ¿VÍCTIMA O GANADOR EN LA GLOBALIZACIÓN?

Aurelio Suárez Montoya, La Tarde,
Pereira, enero 22 de 2008

La contradicción principal en el mercado petrolero radica en que la demanda y el consumo están en los países más poderosos y la producción y las reservas se hallan en países en vía de desarrollo. El presidente Bush había definido la situación energética norteamericana como "la peor crisis de suministro de energía desde la década de 1970"; y tras los ejércitos invasores a Oriente irían “los intereses de las compañías petroleras en pos de rescatar, en un momento crítico, la posición dominante que antes tuvieron”. La guerra, librada desde 2003, no ha reversado el desbalance histórico entre la oferta y la demanda energética en Estados Unidos, sino que la tendencia deficitaria y sus secuelas han aumentado.

Las cifras petroleras de la superpotencia son dramáticas. En 1970 producía 10,2 millones de barriles de crudo diarios y para 2007 esa cifra se había rebajado a 5,2. Entre tanto, la demanda, que en 1990 ya sumaba 15,6 millones por día, llegó a 21 millones en 2007. Mientras su capacidad productiva de petróleo entre 1950 y 2006 se ha reducido a la mitad, el consumo entre 1970 y 2006 se ha triplicado. La consecuencia es una dependencia cada vez mayor del petróleo extranjero. En 1981 importaba en promedio 181 millones de barriles al mes, en 2007 compró en el exterior 410 millones mensuales, 303 de crudo y 107 de derivados. La situación es más grave si se tiene en cuenta que las reservas estadounidenses se conservan estancadas desde 1990 en 1.600 millones de barriles y que no han podido incrementarse pese a que ahora tiene mayores necesidades.

El análisis de la matriz de energía de Estados Unidos deja ver el poco margen que tiene para abastecer de este recurso básico a la actividad cotidiana de sus ciudadanos. Para satisfacer el consumo de 100 unidades de energía, apenas produce 23 provenientes del carbón, 18 del gas natural, 10 del petróleo, 7 de la energía nuclear eléctrica, 3 de los agrocombustibles, 2 de la hidráulica, 2 de las plantas de gas líquido y 1 de la geotermia, la solar y la eólica. Como esa oferta no corresponde con las exigencias de la sociedad norteamericana, la cual requiere, por cada 100 unidades de energía, 40 que vengan del petróleo, 23 del carbón, 22 del gas natural y el 15 restante entre la nuclear, los agrocombustibles, la hidráulica y de otras fuentes naturales como sol, viento y geotermia; tiene que importar el equivalente a algo más de 34 unidades, 30 con origen en petróleo y 4 entre carbón, etanol, carbón coque y gas natural. Los combustibles fósiles son el 85% del total de dicha matriz y financiarla por completo le vale a la economía imperial 500.000 millones de dólares anuales. Una tercera parte de esa energía total va para la industria, el 28% para el transporte, el 21% para los hogares y el 18% para el comercio.

Insólitamente, después de cinco años de guerra, los consumidores han visto subir a precios récord la gasolina y el petróleo importado. La primera, entre 2003 y 2007, dobló su precio, al pasar el galón de 1,5 dólar a más de 3; y, el segundo, multiplicó por más de cuatro su cotización, de 20 a 90 dólares el barril, entre 2002 y enero de 2008.

A contramano, los resultados de las grandes firmas petroleras, triunfantes en medio de la desgracia general, como Chevron Texaco que reportó en 2006 ingresos por casi 205 mil millones de dólares, utilidades por más de 17 mil y rentabilidades superiores al 22%, son exorbitantes. O como Exxon-Mobil, que entre 2004 y 2006 vio subir sus ingresos en un 20%, al incrementarlos de 298 mil millones a 377 mil, y las utilidades en más del 50%, de 25.330 millones a 39.500. No se sabe cuánto tiempo resta al disfrute de tan enormes ganancias cuando sus brazos financieros como el Citygroup padecen una crisis que paulatinamente se va pareciendo más al crack de 1929 y con ello se va tornando más insoluble este problema quizás el peor de todos los que padece el Imperio, por el que está dispuesto a aplastar pueblos enteros y que, junto con las continuas erupciones económicas, van configurando un círculo vicioso que remarca el declive en su destino.

Tuesday, January 29, 2008

CARTA ABIERTA AL LIBERTADOR


Por: Diego Martínez Lloreda

Señor (?)
Hugo Chávez Frías
República (?) Bolivariana (?) de Venezuela

Te escribo, apreciado Hugo, desde este país liberado por nuestro compatriota Simón Bolívar (aquel visionario que dijo que Venezuela era un cuartel, Ecuador un convento y Colombia una universidad) para agradecerte los innumerables favores que le has prestado al pueblo colombiano.

Y es que desde que se la montaste a Álvaro Uribe, sólo cosas buenas nos han ocurrido. Para empezar, sin tu colaboración hubiera sido muy difícil que nuestro Presidente alcanzara el respaldo del 81% de los colombianos, apoyo que no tiene antecedentes en un país en el que a los gobernantes les suele caer el sol en las espaldas de forma prematura. Si algo has logrado con tus salidas de ropa es que los colombianos agradezcamos no ser venezolanos y padecer un presidente como tú. Entre más te conocemos, más queremos a Uribe. También lograste que, en un país en el que todo el mundo jala para su lado, todos nos unamos y sepamos muy bien quiénes son nuestros amigos y nuestros enemigos.

Tus coqueteos descarados con las Farc nos han prestado un doble servicio. Primero, el 76% de los colombianos no te quiere ni poquito. Y, segundo, el 96% de nuestros compatriotas ya tiene claro que nuestra peor peste son las Farc. Además, ese amancebamiento que mantienes con nuestra guerrilla ha sido el mayor aliciente de la gigantesca marcha que medio mundo hará el 4 de febrero para rechazar, con nombre propio, a los muchachos de tu admirado 'Marulanda'.

Gracias por encartarte con un ser tan detestable como Piedad Córdoba. Ya que la quieres tanto, llévatela del todo, al fin y al cabo, ella parece más de allá que de acá. Eso sí, ten cuidado. La ambición de esa mujer no tiene límites y para saciar sus ansias de poder de pronto hasta se te mete en las cobijas. Lo que debe resultarte muy incómodo si, como asegura D'artagnan, en materia sexual eres vegetariano.

Gracias a tus patanerías, el mundo nos está parando más bolas que nunca. Y a Uribe le han dado recibimiento de héroe en su visita por Europa. No tanto por la lucha que ha adelantado contra el terrorismo sino por tener que soportar a un vecino como tú.

Gracias a tus trasnochados insultos al 'Imperio', en una semana hemos tenido la visita del militar de mayor graduación de ese país, del Jefe de la DEA y de la Secretaria de Estado. ¡Por favor, no te calles y dedícanos otros dos 'Aló Presidente', para que nos aprueben a pupitrazo el TLC!

Gracias a las deferencias que tienes con tus socios de las Farc, nuestro país ha dejado de ser el principal exportador de droga del mundo. Ahora la coca y la heroína se envían desde tus aeropuertos bolivarianos. ¡Gracias por quitarnos ese estigma, gentil coronel! Y no podría terminar estas letras sin agradecerte por gastar los petrodólares que sudan tus compatriotas para pagarles a las Farc porque liberen a nuestros compatriotas. ¡Eso sí es generosidad!Sólo me resta pedirte que sigas con tus diatribas dominicales, porque ellas son el mejor estímulo para que los colombianos reelijamos a Álvaro Uribe en el 2010.



UNIDOS POR LA VIDA Y LA LIBERTAD!

Monday, January 28, 2008

DESOBEDIENCIA CIVIL CONTRA EL INEQUITATIVO E ILEGÍTIMO COBRO DEL IMPUESTO DE VALORIZACION

por Aurelio Suárez,
Bogotá, enero 24 de 2008

La contribución de valorización no debería tenerse como un tributo más en la ley colombiana, entre otras, por las siguientes razones: a) quienes disfrutan plenamente de las ganancias de las nuevas infraestructuras son los que detentan la tierra urbana como negocio, ya que son los únicos que recuperarán con creces el pago efectuado. b) Cuando se decretan cobros por el supuesto “mayor valor”, se tiene como justa cualquier suma, así ponga en riesgo los ingresos de los hogares o tenga efectos expropiatorios. c) La posesión de una propiedad no significa que haya solvencia económica para responder a cualquier exigencia fiscal. d) Cuando la propiedad está destinada a vivienda, el “mayor valor” no reporta beneficio económico notorio y menos aún en la cuantía definida en el cobro. e) Si hay obras que valorizan el precio del suelo, también hay otras que lo devalúan. Por ende, resultan absurdos los “estudios socioeconómicos” y las “zonas de influencia” que justifican arbitrarios derrames a fin de acometer las obras, por lo general de alto costo, a expensas de toda la ciudadanía.

Estas aberraciones y otras peores se sintetizan en el cobro de valorización decretado en Bogotá durante la alcaldía de Luis Eduardo Garzón, aprobado por el Concejo, nunca consultado con la población y facturado en diciembre para evadir las responsabilidades que implica. El Distrito tenía otro instrumento distinto al de la valorización para ayudar a financiar el centenar y medio de obras propuestas. El Impuesto de Plusvalía, causado cuando un predio cambia su uso inicial por uno más rentable, les da a los municipios recursos para urbanismo y debe cobrárseles a las edificaciones para vivienda suntuaria, comercio, hoteles, oficinas e industria.

Resulta escandaloso que entre 2004 y 2007, cuando hubo en la Capital el periodo histórico de mayor auge de este tipo, con más de 37 millones de metros cuadrados construidos en vivienda de estratos altos y más de 5 en los demás sectores, apenas se hayan recaudado por dicho concepto algo más de 25.000 millones de pesos, menos de mil pesos por metro, una cifra ridícula. Las cargas perdonadas a los constructores, al capital financiero y a los rentistas del suelo se echaron sobre los hombros de un millón y cuarto de familias bogotanas mediante el cobro de valorización.
Para los sectores medios y populares resultó más pesada todavía la “valorización por beneficio local”. Como no habrá obras en las zonas de mayor desarrollo y de vivienda de altos ingresos, el impuesto se recargó sobre aquellas donde confluirán el mayor número de operaciones viales y de amueblamiento.

Los vecinos de Fontibón y Engativá sufren cobros exorbitantes por los planes, que hacen parte del proyecto del Aeropuerto, y que expulsarán de sus residencias a varios miles de familias. Entre tanto, resultan exentos los concesionarios del terminal aéreo, que también son contratistas en la troncal de Transmilenio por la 26 y la Décima. Iniquidades similares se dan por doquier, en especial, en Kennedy, Puente Aranda, Usaquén, Ciudad Bolívar, algunas zonas de Suba y Salitre.

Es -en últimas- un plan de financiación de obras ¡Valorización con Indiferencia!

Las resoluciones expedidas por el Instituto de Desarrollo Urbano, IDU, para ejecutar el Acuerdo 180 de 2005 del Concejo, carecen de las condiciones legales para prescribir una obligación tributaria. No existe base gravable, se presentan en forma ininteligible tanto los factores aplicados para fijar la contribución como la combinación entre ellos para dar una cifra de pago del tributo, no hay memoria técnica explicativa y se presentan inconsistencias entre predios similares con cobros desiguales. Se quebrantó el debido proceso y la garantía de defensa, lo que exige la REVOCATORIA INMEDIATA de dichos actos.

No se observaron los principios de equidad y progresividad establecidos en la Constitución para el sistema tributario. Se ha calculado que la tasa de interés para el pago diferido “puede ser de 21,3 por ciento, como dice el Distrito, o de 66,5 por ciento, dependiendo de la cantidad que se va a financiar”, si se trata del monto fijado en la factura o al que se hubiera tenido derecho por el pago con descuento. Tal descuento favorece al contribuyente con liquidez y auxilia más a quien tiene más patrimonio.

Invitamos al alcalde, Samuel Moreno, para que estudie la posibilidad de un mecanismo más equitativo que sirva al desarrollo de la ciudad, desechando esta bárbara medida de la administración anterior, consignada en Acuerdo 180 de 2005, ya que a la fecha, a pesar del pago del 44% de los contribuyentes, el recaudo no llega al 20% de lo presupuestado. A los bogotanos los llamamos a exigir REVOCATORIA de las resoluciones de cobro, a movilizarse en respaldo a las acciones de NULIDAD, a denunciar a los responsables de este disparate, a reclamar que todas las localidades sean tratadas en pie de igualdad y, entre tanto, a la desobediencia civil.

Bogotá, enero 24 de 2008

COMITÉ CIUDADANO CONTRA EL COBRO DE VALORIZACIÓN

Contra la contribución de valorización, ¡Desobediencia Civil!

Saturday, January 26, 2008

Una buena descripción de Gobierno


Otraparte, enero 26 de 2008

El presente es el discurso de inauguración del Primer Congreso de Escritores Colombianos, pronunciado el 30 de septiembre de 1998 en el auditorio de Comfama, en Medellín, ante el vicepresidente de la república, Gustavo Bell.

Por Fernando Vallejo

Señor vicepresidente, señora directora de Comfama, amigos escritores:

Que cada quien hable por sí mismo, en nombre propio, y diga lo que tenga que decir que el hombre nace solo y se muere solo y para eso estamos en Colombia donde por lo menos, en medio de este desastre, somos libres de irnos y volver cuando queramos, y de decir y escribir y opinar lo que queramos, así después nos maten. ¡Y qué importa! Una libertad de semejante magnitud no tiene precio. En uso de esa libertad espléndida que me confiere Colombia, que a nadie calla, me dirijo a ustedes esta noche aprovechando que todavía estoy vivo. ¡Y que se callen los muertos! Con eso de que cualquier vida humana aquí no vale más que unos cuantos pesos, los que cuesta un sicario... ¡Y adivinen quién lo contrató! Esa es la ventaja de vivir en Colombia, de morir en Colombia, que uno se va tranquilo sin saber de dónde vino la bala, si de la derecha o de la izquierda, y así, ignorante el difuntico del causante de su muerte, sin resentimientos ni rencores, se queda por los siglos de los siglos en la infinita eternidad de Dios.

Pero una cosa por lo menos para mí sí está muy clara, pese a lo turbias que parecen que están aquí las aguas: que hoy por hoy el signo de Colombia es la impunidad, que se le viene a sumar al de la infamia. ¿Cuál infamia? La de siempre, la ignominada, la que todos padecemos pero que nadie señala como si nadie la viera porque fuera invisible, y la que nadie nombra como si no tuviera nombre. Y sin embargo sí lo tiene y sí se ve. Es cuestión de querer nombrarla y verla. Es de ella de la que voy a hablar aquí, y para empezar les diré que tiene la duración de nuestra historia, la historia de Colombia.

Ya va para doscientos años que nació esto, un día en que se quebró un florero. ¿Lo quebraron los criollos? ¿Lo quebraron los peninsulares? Unos y otros lo quebraron puesto que eran unos mismos: tinterillos de corazón en busca de puesto. Acto seguido les declaramos la guerra de independencia y se la ganamos. ¿Pero independencia de qué? ¿De quién? ¿Por qué? ¿De España? España era eso: los tinterillos, las estampillas, el papel sellado. Pues los tinterillos con sus estampillas y su papel sellado han pesado desde entonces sobre nosotros y se han parrandeado nuestro destino. Nosotros lo hemos permitido, nosotros les hemos dejado hacer, la culpa es nuestra.

¡Cuánta tinta no ha corrido por este país en esos doscientos años en constituciones y plebiscitos, en ordenanzas y decretos y leyes! Casi tanta como sangre. ¿Y para qué? ¿Para estar en donde estamos? Me salto las guerras civiles para llegar de carrera al presente. Me salto las muchas del siglo pasado y la de comienzos de éste, pero no la de mediados de éste porque de esa a mí me tocó saber de niño, la guerra no declarada en el campo entre conservadores y liberales, la del machete; un machete de doble filo, por un lado conservador y por el otro liberal, pero solo y único, cortador de cabezas. ¿Y cuándo va a llegar la hora en que las palabras “conservador” y “liberal” se entiendan aquí como lo que son, los nombres de la infamia? ¿Habrá que esperar a los historiadores del año tres mil para que la etiqueta de la infamia se la pongan ellos a quienes se la ganaron? ¿O seremos capaces de ponérsela de una vez nosotros? Y para que no digan que soy un calumniador y que les estoy poniendo a quienes no debo los calificativos que no debo, y que en un congreso de escritores, y justamente el primero que se celebra en Colombia, estoy usando mal las palabras, les voy a recordar unos nombres: El Dovio, Fresno, Irra, Salento, Armero, La Línea, Letras, Icononzo, Supía, Anserma, Cajamarca, El Águila, Falan. El genocidio de El Dovio, el genocidio de Fresno, el genocidio de Irra, el genocidio de Salento, el genocidio de Armero, el genocidio de La Línea, el genocidio de Letras, el genocidio de Icononzo, el genocidio de Supía, el genocidio de Anserma, el genocidio de Cajamarca, el genocidio de El Águila, el genocidio de Falan, ¿qué? ¿Nunca ocurrieron? Centenares de campesinos decapitados, extendidos en fila por el suelo con las cabezas asignadas por manos caritativas a los cuerpos a la buena de Dios. ¡Qué! ¿Colombia ya los olvidó? ¿Es que con tanto muerto le entró el mal de la desmemoria y se le borró la historia? A mí no. Pues esos genocidios se cometieron en nombre de los principios irrenunciables del gran partido conservador o de los principios irrenunciables del gran partido liberal, según fuera la filiación de los asesinos y del pueblo de los muertos. Poquito después los dos partidos se pusieron de acuerdo, crearon el Frente Nacional y se repartieron los puestos. ¿Y los muertos qué? ¿Y los principios qué? ¿No dizque eran irrenunciables? Si eso no es infamia, entonces yo no sé qué quieren decir aquí las palabras.

Y sin embargo seguimos eligiendo para los puestos públicos a quienes se siguen llamando, o se dejan llamar cuando les conviene, conservadores o liberales. O son o no son. Si no son, díganlo y renieguen del nombre. Pero si lo son, carguen con la responsabilidad de lo que es hoy Colombia y con la etiqueta que se merecen de infames.

Todo lo regularon, todo lo legislaron, todo lo gravaron. No se movía aquí una hoja de árbol sin que pagara un impuesto o la controlara una ley. Hubo aquí un impuesto de ausentismo para los colombianos que vivíamos afuera, y un impuesto de soltería para los que no teníamos hijos. ¿Ausentismo el de los millones de colombianos que vivíamos en los Estados Unidos, en México, en Venezuela, regados por el mundo, donde fuera, porque aquí nos cerraron todas las puertas? ¿Y soltería donde la gente se reproduce como animales y ya no cabemos? Los animales los matamos, los bosques los tumbamos, los ríos los secamos, y los que aún corren los volvimos cloacas. Cuando yo me fui, hace años, muchos años, me llevé en la memoria al Cauca, el río de mi niñez. Se fue conmigo ese río caudaloso, torrentoso, sonándome en el corazón sus queridas aguas. Un día, en uno de mis regresos, lo volví a ver: era una quebrada sucia.

Yo no soy vocero de nadie ni hablo por nadie, pero en estos instantes siento como si hablara a nombre de esos millones que se fueron de Colombia sin querer, porque yo también me fui, porque yo soy uno de ellos. Yo nunca me he querido ir. Yo no tengo más patria que ésta. ¡Impuesto de ausentismo como si la ausencia forzada fuera una traición!

¡E impuesto de soltería como si casarse para imponer la vida fuera una obligación! ¿No será al revés, crimen lo que creen mérito? Quitar la vida incluso, lo cual va contra el quinto mandamiento, es un delito menor. Imponer la vida es el crimen máximo, así para ese no haya mandamiento que lo prohíba. Aquí todo el mundo se rasga las vestiduras por los treinta mil asesinados de Colombia al año con los que nos hemos convertido, y desde hace mucho, en el país más asesino de la tierra. ¿Y quién levanta su voz por los quinientos mil o un millón de niños que sin haberlo pedido nacen en el país cada año? ¿La Iglesia? ¿La Iglesia que es la que los va a sostener? La Iglesia no sostiene a nadie, ella está para que la sostengan. ¿Y dónde van a vivir? ¿Y qué van a comer? Vivirán en las comunas de Medellín que son una delicia, y comerán maná del cielo que les lloverá la Divina Providencia.

Ni el partido conservador ni el partido liberal ni la Iglesia, que aquí son los dueños de la voz, han hablado nunca por ellos. Por eso de los dos millones que éramos al comenzar este siglo ya somos cuarenta y no nos toleramos porque no cabemos.

Pero estábamos en la proliferación de impuestos. ¡Cómo así que un impuesto de guerra! ¿No se ha venido pues gastando siempre el Ejército una parte enorme del presupuesto nacional? ¿Todo ese dinero qué se hace, qué se hizo, a qué saco roto ha ido a dar? Como el impuesto de guerra lo que nos resultó fue el impuesto de la derrota, ahora estrenamos gobierno con el impuesto de la paz. ¿La paz un impuesto? O sea, como quien dice, que aquí pagamos porque estamos vivos y pagamos porque estamos muertos. Un Estado que no es capaz de protegerle la vida a nadie no tiene derecho a cobrar impuestos. Ni de paz ni de guerra ni de nada. Eso es una inmoralidad.
Poniendo una tras otra las leyes y constituciones que aquí se han expedido desde el Congreso “admirable”, le podemos dar la vuelta a esta galaxia. La más reciente Constitución le cambió el nombre a la capital y se lo volvió al del comienzo, Santafé de Bogotá, que era el que tenía hace ciento ochenta años, cuando lo del florero. Así que aquí avanzamos retrocediendo como el cangrejo. No faltará otro presidente genial que convoque otro Congreso admirable que nos expida otra Constitución admirable que le vuelva a cambiar el nombre a esa ciudad por el que tenía cuando nacimos, el de la simple Bogotá. Ya dirán que es lo más conveniente para el correo. Sigan brillando, genios nuestros de la administración y de las leyes, que mientras más brillen ustedes nosotros más nos apagamos.

¡Y el actual Congreso! No éste de esta noche de esta sala sino el otro, el honorable. El espectáculo que nos ha venido dando durante estos últimos años el honorable, ¿no les hace pensar a ustedes, amigos escritores, que estamos usando muy mal el idioma? Yo tenía entendido que “honorable” significaba “gente de bien” y no lo contrario. Entonces una de dos: o la palabra “honorable” pasa en adelante a designar lo opuesto a lo que designaba cuando yo nací y así se lo notificaremos a la Real Academia Española de la Lengua para que tome nota, o se la quitamos al Congreso de Colombia. Yo le propongo a este Primer Congreso de Escritores Colombianos aquí reunidos que al Honorable Congreso de la República de Colombia le quitemos el “honorable”: primero para aligerarlos de arandelas; y segundo para que tratemos de salvar aunque sea, en medio de esta catástrofe, el idioma, de suerte que si nos vamos a seguir matando por lo menos nos entendamos y nos podamos decir por qué.

En la confusión los linderos de las palabras se nos han borrado y ya estamos en plena torre de Babel. Ya no sabemos dónde está la decencia y dónde la delincuencia. Ya no distinguimos a la víctima del victimario. Se nos enloqueció la semántica.

La brecha inmensa que se ha abierto entre los colombianos en estos dos siglos que van corridos desde el florero no es entre ricos y pobres como dicen muchos. Pobres siempre ha habido y siempre habrá, y mientras más se reproduzcan más. La brecha, la brecha injusta, la brecha inmensa es entre gobernantes y gobernados, entre funcionarios y ciudadanos. Aquí no hay servidores públicos. Esos son cuentos. Lo que hay es aprovechadores públicos que se reparten y parrandean los puestos. Se los pasan de padres a hijos, de amigos a amigos, de compinches a hermanos: las alcaldías, las gobernaciones, los ministerios, la presidencia. Ellos son los que dicen, ellos son los que hablan, ellos son los que ges-ticulan; nosotros los que los oímos y los vemos y los padecemos. Ellos son los protagonistas de la Historia; nosotros los comparsas de su gloria. En ellos están puestos los reflectores; nosotros estamos en la sombra. Ellos son los que suben; nosotros los que bajamos. Ellos son los que cobran; nosotros los que pagamos, los que pagamos los impuestos y los platos rotos de su fiesta. Dueños ellos y señores de las primeras planas, nosotros saldremos en la página roja. Ellos van, vienen, funcionan, y mientras más van y vienen y funcionan, con sus patas enormes de elefante ciego más nos atropellan. Nosotros somos los servidores y ellos son los señores. Ellos trocaron los papeles. La sirvienta se nos convirtió en la dueña de la casa.

Todos los caminos nos los bloquearon, todas las puertas nos las cerraron, en todo se metieron y lo que estaba bien lo dañaron y lo que estaba mal lo empeoraron. Para nada sirven pero en todo están: en la salud, en la economía, en el transporte, en la educación. Hasta convocan congresos de escritores y nos ceden un ratico la palabra. Muchas gracias y aprovechemos y sigamos que el tiempo se nos va a acabar.

Y ya piensan gravar a la industria editorial. La van a quebrar. También la van a quebrar. ¿Y quién nos va a editar los libros?

Siempre se las arreglan para conciliar los contrarios. Y así son pero no son y están pero no están; quitan para poner y ponen para quitar. Hoy crean un ministerio de cultura, mañana lo quieren quitar, pasado mañana volverlo a poner. Políticos de Colombia, o sea burócratas, camarillas del partido conservador y liberal: No más trabas, no más leyes, no más cambios, no más impuestos. No declaren más en los noticieros. Desaparezcan, bórrense, ¡déjennos respirar!

Al monstruo bicéfalo liberal-conservador últimamente le salieron otras cabezas: la guerrilla, los paramilitares y el narcotráfico. Y así tenemos hoy pesando sobre Colombia a la hidra de cinco cabezas. Si bien las viejas produjeron a las nuevas y hacen parte de un solo animal, las cabezas no se hablan ni se ven ni se quieren reconocer. Temen verse en el espejo. Aunque a ratos cambian de opinión y sí se miran y se ven y se reconocen y arman híbridos de cabezas. Entonces nos nacen el Frente Nacional y la narcoguerrilla. En estos días dos de las cabezas resolvieron hablarse y reconocerse y andan en diálogos de paz. Por eso el impuesto de la paz.

¿Y el de la guerra entonces qué? ¿Contra quién era la guerra? ¡Era una guerra entre cabezas! ¡Y yo que de malpensado en México pensé que era contra Venezuela!

Para ser equitativo con las cabezas pero sin abusar más de su paciencia, les voy a leer una última paginita.

Aquí, en esta tierra mía de Antioquia, en las montañas del municipio de Envigado, el capo de los capos, difunto ya y cuyo nombre todos conocemos, al viceministro de no sé qué de un presidentico reciente y genial (el que con estas avenidas tan amplias que él nos construyó abrió la importación de carros y nos embotelló a Colombia), lo tomó preso y lo arrodilló en su catedral y lo puso a oír misa. Yo estaba aquí y vi el show por televisión, muerto de risa y de vergüenza. Al Estado colombiano mi paisano capo cuando quiso lo compró y cuando quiso lo humilló y cuando quiso lo mató. ¡Descanse en paz el pobre, gran contratador de sicarios!

En fin, los bandoleros, que por cuestiones de semántica hoy se llaman guerrilleros. ¡Cuánto petróleo no han regado, cuánta sangre no han derramado! ¡Cuánto boleteado, cuánto desplazado, cuánto secuestrado, cuánto asesinado por ellos! Con sus chantajes, con sus cultivos de coca, con sus secuestros, ya tienen dizque de todo: armas modernas, cuentas en Suiza, sofisticados equipos de comunicación. Yo no sé, no los conozco. A mí todavía no me han secuestrado, para quitarme estas regalías enormes que me pagan en Planeta y Alfaguara. Pero lo que sí sé es que también tienen, tienen, tienen “ideólogos”. Como el partido comunista de Cuba, vaya, o como tenían antaño aquí el partido liberal y el conservador. ¿Y quiénes serán, qué harán estos señores “ideólogos” del E Ele Ene y de las Farc? Ah yo no sé, no sé qué harán. Serán los que idean los chantajes, los secuestros, y qué tramo del oleoducto hay que volar o a qué sicario hay que contratar para que mate a fulanito de tal. ¿Y habrá posibilidad de negociar con estos “ideólogos”, o será pura ilusión, espejismo? ¡No, qué va! Sí se puede negociar, por supuesto. ¿Y cómo? Denles puestos. Repártanse con ellos los puestos, según la fórmula ya probada y requeteprobada del Frente Nacional. Por sus “ideologías”, sus convicciones, no se preocupen, que son tan sólidas e inconmovibles como los principios del gran partido conservador y liberal.

Pero dejemos esto que ya parezco Torquemada y éste es un Congreso de Escritores, y no la quema de brujas de la Santa Inquisición. Amigos escritores: Colombia para la literatura es un país fantástico, no hay otro igual. En medio de su dolor y su tragedia Colombia es alucinante, deslumbrante, única. Por ello existo, por ella soy escritor. Porque Colombia con sus ambiciones, con sus ilusiones, con sus sueños, con sus locuras, con sus desmesuras me encendió el alma y me empujó a escribir. Ella prendió en mí la chispa, y cuando me fui, la chispa se vino conmigo encendida y me ha acompañado a todas partes, adonde he ido. Por eso yo no necesito inventar pueblos ficticios, y así pongo siempre en todo lo que escribo, siempre, siempre, siempre: “Bogotá”, “Colombia”, “Medellín”. ¡Cómo no la voy a querer si por ella yo soy yo y no un coco vacío! ¡Qué aburrición nacer en Suiza! ¡Qué bueno que nací aquí!

Saturday, January 19, 2008

Intenciones de Chavez

Haz click en el Título anterior para leer sobre las intenciones de Chavez con Colombia

Thursday, January 17, 2008

Deschavetado

La Crónica

Autor: Rafael Uribe Uribe – No. 0310 – Medellín, 18 de enero de 2008

El paracaidista coronel vecino ha perdido definitivamente la chaveta, sigue insultando a Colombia y a nuestro gobierno desde dondequiera que se encuentre. La intervención en Nicaragua con el beneplácito de su homólogo Daniel Ortega fue ridícula. Peor la actitud de Piedad Córdoba aplaudiendo los insultos de Chávez a nuestra patria y su tácito asentimiento con su movimiento de aceptación con la cabeza y el comentario que lamentablemente no se escuchó, pero que dejaba ver su satisfacción y aprobación a los improperios del paracaidista. Menos mal la oposición colombiana, El Polo y el partido Liberal, rechazaron la intromisión del Chavo.

Ahora las cosas pueden ser más graves. Ya circula la especie de que las Farc le entregarán a Chávez, y solo al paracaidista, los tres enfermos graves que la guerrilla tiene dentro del grupo de los canjeables: el coronel Mendieta, el ex gobernador Alan Jara, al ex senador Gechem. También a uno de los gringos y un sargento.

Después de escuchar la lectura de las cartas de los posibles liberados, que conmovieron al país y al mundo entero por las condiciones infrahumanas en que los mantienen, no hay duda de que sería una jugada política de altísimo turmequé. A Uribe le quedaría imposible, así vaya contra su dignidad, no autorizar otra operación de rescate de alta promoción propagandística para el Chavo. Sería un golpe contundente y, para Chávez, un resucitar que le da nuevos argumentos para lo que la guerrilla quiere, y forma parte del tinglado: lograr el estatus de beligerancia, que ya los venezolanos aprobaron en su asamblea, aunque que en la práctica esto nada implica.

Para los colombianos de la diáspora que son la mayoría de mis lectores y que usualmente disponen de poco tiempo para estar buscando noticias de nuestro país en internet, vale la pena hacer algunas distinciones:

Estatuto de beligerancia. Aunque no está muy claro en los protocolos de Ginebra, significa ni más ni menos reconocer que un ejército insurgente domina parte del territorio nacional donde libremente impone sus criterios. En otras palabras podrían designar un gobierno de facto que lograría ser reconocido por otros países y asistir a la ONU como observador. Creo que es un asunto del pasado, que se previó para Centroamérica en su momento; pero no podemos dejarlo de lado.

No les quepa duda amigos, si eso sucediese, lo reconocerían de inmediato. Venezuela, ya lo hizo, Nicaragua, Irán y quien sabe que otros países, dentro de los mas probables Bolivia, Ecuador y otros influenciados por el paracaidista que con su poderosa chequera de petrodólares no dudaría en extender el chantaje para lograr lo mismo.

La verdad es que ni las Farc ni el Eln, tienen en este momento dominio sobre territorio alguno de Colombia que llene los requisitos como para recibir el estatus de beligerancia. No obstante, de ninguna manera se puede bajar la guardia, aunque pese a todos los esfuerzos que hagan y la ayuda del paracaidista, es bien improbable que logren este objetivo.

La denominación de terroristas no es un calificativo exclusivo de nuestro Presidente, lo es de los Estados Unidos y de la Unión Europea. Y esa designación e inclusión es las listas de terroristas del mundo no fue promovida por Uribe, fue una de las tareas que se impuso el ex presidente Pastrana ante la frustración del acuerdo de paz con las Farc y los innumerables actos terroristas por este grupo ejecutados, entre otros, los secuestros de las personas cuyas pruebas de supervivencia ahora pudimos apreciar.

Uno de los problemas es que en nuestra patria pertenecer a un grupo terrorista de por sí, no tiene implicaciones jurídicas penales. La legislación siempre se ha acomodado a dejar salidas para posibles acuerdos de paz.

El reconocimiento simplemente político es otro cuento: No implica el estatus de beligerancia, solo reconocer que cualesquiera grupos tienen fines políticos. Para no tener que llegar allá, nuestra legislación también abrió las puertas para negociar con grupos ilegales o terroristas sin necesidad de reconocerles su condición política. De esa manera se llevaron a cabo las negociaciones con la Auc o paramilitares y el desmonte de sus estructuras, auque ellos hubiesen preferido hacerlo dentro de un proyecto político. Las implicaciones en este caso son pocas.

Claro que un problema de fondo es que los grupos armados ilegales hace rato perdieron el norte político, así traten, para parecerse al paracaidista y darle entrada, denominarse bolivarianos. Y lo perdieron porque lo cambiaron por el negocio de la coca, no solo como fuente de financiación sino convirtiéndose en el mayor cartel del mundo en este momento.

Recalcar en este escrito que las Farc y el Eln son terroristas, es irrelevante, por sus hechos los conoceréis. No necesitan destacarse sus actos, de sobra los colombianos los conocemos.
El Presidente tiene dos arduas labores por delante: Manejar con inteligencia, prudencia e imaginación el asunto del intercambio humanitario porque, después de ver las pruebas de supervivencia y el estado lamentable de los secuestrados, la presión crecerá como bola de nieve. Posiblemente tendrá que ceder más y buscar con mayor ahínco la liberación de estos seres humanos sobre muchas de sus convicciones y razones.

La otra, es la conducción de las relaciones diplomáticas con Venezuela que hoy atraviesa el peor de los escenarios del último siglo. Nunca antes las relaciones se habían visto tan deterioradas y nunca antes nuestra nación ha estado en mayor peligro por la ingerencia del paracaidista con las Farc. ¿Cómo detenerla sin afectar de tacada las relaciones comerciales? Acá vale la pena que se asesore de sus mejores amigos y hasta de sus enemigos, que afortunadamente empezaron a darle la mano. Tenemos que prepararnos con urgencia, relaciones con un enemigo así son poco probables de mantener.

Las paradojas del conflicto inexistente

William Ospina – REVISTA CROMOS – Enero 13 de 2008

El gobierno colombiano, iluminado por la sabiduría política y jurídica de José Obdulio Gaviria, sostiene que en Colombia no existe un conflicto armado sino la persecución oficial, con las armas de la República, a una banda de terroristas.

Como se sabe, también combatían a esos delincuentes otros terroristas, los paramilitares, contabilizados inicialmente por el gobierno en 12.000. La suma de los guerrilleros, según las cuentas oficiales, llegaba en el año 2002 a 20.600 hombres, de modo que, al llegar, este gobierno enfrentaba en total un problema de 32.600 combatientes al margen de la ley. Con esa cifra, cualquiera en cualquier parte hablaría de un conflicto armado, pero aquí los términos son muy importantes, no sólo porque Colombia se precia de valorar inmensamente el lenguaje y de llamar a las cosas por su nombre, sino sobre todo porque depende del nombre que se dé a las cosas el tratamiento que merecen.

El primer fruto positivo de la política de Seguridad Democrática consistió en la desmovilización de 25.000 paramilitares, es decir, asombrosamente, el doble de los que se perseguían. Llama la atención que un gobierno se pueda equivocar en el ciento por ciento al calcular la cifra de sus enemigos armados, así haya quien afirme que los paramilitares no eran del todo enemigos del Estado y que por ello fueron tratados con benevolencia. Ahora bien, el combate del Estado con las guerrillas ha producido en cinco años 27.290 capturas, 9.841 bajas y 13.333 desmovilizaciones, de modo que de los 20.600 guerrilleros que había en el 2002 han salido de la guerra nada menos que 50.464 en cinco años. Una cifra desconcertante, pero no se puede decir que no es una victoria de la política de Seguridad Democrática que, en total, en un lustro, 75.000 guerreros de los distintos bandos hayan quedado por fuera de un conflicto inexistente en el que el Estado no parecía tener más que 32.600 enemigos armados.

Pero eso no significa que los guerrilleros se hayan acabado. Al parecer, con su proverbial exactitud, las cifras demuestran que todavía quedan en armas 12.499. Por eso el principal tema de la seguridad democrática sigue siendo la lucha contra la guerrilla, y el principal problema del país sigue siendo la guerrilla, cada vez más diezmada, si hemos de creerles a las incomprensibles cifras, y cada vez más mentirosa, si hemos de creerles a las evidencias, pero tan capaz de poner al gobierno y al país a girar en torno suyo como en tiempos del Caguán.Esos 10.000 muertos en cinco años (algunos temen que la cifra incluya alarmantemente muchas ejecuciones extrajudiciales, es decir, dada nuestra constitución, crímenes, pero nuestro deber es pensar que las armas que pagamos con nuestros impuestos no se manchan contra la majestad de la ley) son básicamente muertos en combate, vidas de colombianos extraviados perdidas para siempre. Hay que añadirles vidas que duelen mucho más, las de los jóvenes soldados que mueren en lucha con sus hermanos guerrilleros. Hace poco el gobierno puso el grito en el cielo cuando un gobernante de un país vecino llamó hermano a algún jefe guerrillero, pero hay que recordarles a Uribe y a su canciller que Cristo no habría vacilado en llamar hermano a Barrabás y hasta a Caifás. Hay gente que es muy cristiana salvo a la hora de la acción, y en esas peleas de términos y de formalidades se mide bien la pugnacidad extrema del conflicto inexistente.

Todo parece indicar que el costo de sacar de la guerra a un enemigo, ya sea por la vía de la captura, de la muerte en combate o de la desmovilización, es de entre 600 y mil millones de pesos. Ese es, al menos, el equivalente de lo que hemos pagado, y de lo que seguiremos pagando, no por ganar, sino por mantener la situación a este ritmo, ya que las cifran no nos dan certeza sobre lo que había ni sobre lo que habrá. Pero las paradojas de la guerra inexistente son muchas más: por ejemplo, cuanto menos paramilitares y guerrilleros quedan, más crece el pie de fuerza de nuestras Fuerzas Armadas, y más crecen los gastos militares, incluida por supuesto la ya enorme carga pensional.

Hasta el año 1993 el principal culpable de todo lo malo que pasaba en Colombia, que era mucho, era Pablo Escobar. Parece increíble que, muerto aquel demonio de aldea en los tejados de Medellín, entre 1994 y 2007 las fuerzas militares hayan tenido que aumentar de 120.000 a 210.000 hombres, y estemos tan lejos de vivir en la relativa tranquilidad cotidiana que tienen casi todos los países latinoamericanos. Hoy el presupuesto militar asciende al 6.5 del Producto Interno Bruto, y según el informe “Algunas consideraciones cuantitativas sobre la evolución reciente del conflicto en Colombia”, elaborado por J. F. Isaza y D. Campos Romero, del que he obtenido buena parte de esta información, el 80% de los cargos de la nómina oficial tienen ya que ver con defensa, seguridad y policía. Para nuestro dolor, hay que citar también esta frase: “El gasto en defensa es igual a la suma de todas las transferencias en salud, educación y saneamiento ambiental”.

El lenguaje irreal contagia y se apodera de todas nuestras circunstancias. No sólo “no hay conflicto”. Según las Farc los secuestrados “no son secuestrados sino retenidos” y las extorsiones son “impuestos de guerra”. El gobierno autoriza al presidente venezolano para mediar en el conflicto inexistente, tratando de lograr la liberación de los secuestrados, pero después lo destituye de ese encargo por haber llamado a un general a preguntarle “cuántos secuestrados había”. La guerrilla, a la que no aflige la suerte de las personas que mantiene privadas de la libertad en el fondo de la selva implacable, se llena de cortesía y decide “desagraviar” al presidente Chávez, entregándole, como si de una ofrenda se tratara, a tres de las víctimas. Chávez acepta el tributo y dispone una gran operación de rescate, que, por supuesto, indigna al gobierno colombiano, que la vive como un desplante.

La historia del niño Emmanuel es especialmente dolorosa. Nacido bajo el cautiverio de su madre, los captores no sólo no son capaces de la delicadeza humana de darles la libertad a la madre y a su criatura, sino que al poco tiempo los separan. Encargan a un campesino de su custodia, y a pesar de estar el niño en un terrible estado de salud, no le ofrecen un solo centavo por sus cuidados aunque sí cuentan con que podrán disponer de él cuando lo necesiten. Por supuesto que al comienzo no debían apostar un peso a que el niñito les sirviera para algo, pero Emmanuel comenzó a convertirse en un símbolo, aunque fuera un símbolo de la propia crueldad de la guerrilla, y eso lo valorizaba a sus ojos. Ahora alegan que si lo entregaron a alguien fue para sacarlo de los peligros de la guerra, pero entregárselo a su familia verdadera habría sido un poco más seguro y mucho más humano.

Son las últimas horas del año. Los colombianos esperamos con ansiedad, y bajo el peso de la culpa colectiva por tantos inocentes sufriendo rigor y sevicia en el monte, y anhelamos que la operación se cumpla. Entonces el Alto Comisionado para Algo declara que no hay ningún plazo fijado para la entrega, y veinticuatro horas después declara que el plazo se ha vencido, bajo la definitiva fórmula “la guerrilla ha incumplido otra vez”. Es porque ya el gobierno sospecha que un niño que hay en Bienestar Familiar sea el pequeño maltratado, abandonado y ahora reclamado como oro en polvo por el ejército “de los que luchan por un mundo mejor”. El gobierno sabe que hay alguna duda sobre la validez de su versión, y que debe comprobarla mediante exámenes, pero eso no lo hace vacilar en su decisión de intervenir, porque su prioridad es frustrar el operativo.

El lenguaje irreal del conflicto inexistente arrecia: las Farc declaran que hace mal tiempo, el gobierno muestra un tiempo excelente.

La guerrilla declara que hay operativos militares.

El gobierno declara:
1. Que no sabe de qué área se trata.
2. Que en esa área desconocida definitivamente no hay operativos.
3. Que está dispuesto a suspender cualquier operativo en un corredor determinado.

Nadie parece advertir que en esa declaración cada elemento contradice a los otros. Y para concluir, cuando la guerrilla se ve obligada a aceptar que no tiene al niño en su poder, declara con cinismo que “el gobierno lo ha secuestrado”.

A través de los medios todos seguimos perplejos e inútiles las sucesivas descargas de lenguaje irreal del conflicto inexistente. Pero a veces uno piensa que no es el conflicto lo que no existe, sino más bien el país.

Ese es el Bolívar que Chávez no leyó...


El texto lo escribe un Venezolano sobre Bolívar:

HOY, COMO NUNCA, se habla de Bolívar. Es elemento clave en la retórica presidencial. No hay discurso, de calle o de salón, que no esté aderezado con alguna descontextualizada frase del Libertador. El Presidente, ya por ignorancia, ya por conveniencia, omite otro Bolívar: el Bolívar civilista, el estadista, el simple ciudadano que él siempre se sintió. Y cuando uno se acerca a ese Bolívar se da cuenta de cuan lejos está de las motivaciones y ejecutorias de un proceso que pretende arroparse con su nombre.

Cuando uno contempla asombrado los esfuerzos del Presidente por someter a su arbitrio a todos los poderes, no puede menos que recordar aquella parte de su Discurso en el Convento de Franciscanos, el 2 de enero de 1814, en la cual afirmaba: 'Huid del país donde uno solo ejerza todos los poderes: es un país de esclavos'... Ese mismo pensamiento lo expresa catorce años más tarde, el 27 de agosto de 1828, cuando se dirige a los ciudadanos de la Gran Colombia en los siguientes términos: '¡Compadezcamos mutuamente del pueblo que obedece y del hombre que manda solo!'. Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando uno revisa la invasión de militares, activos y retirados, en todos los niveles de gobierno, o escucha el discurso militarista y guerrerista del Presidente, se le viene a la memoria una lapidaria frase que Bolívar le escribió a Madariaga el 26 de noviembre de 1816: 'El sistema militar es el de la fuerza, y la fuerza no es gobierno'. Esta idea permanece constante en el Libertador, quien trece años más tarde, el 13 de septiembre de 1829, le escribe a O'Leary: 'Es insoportable el espíritu militar en el mando civil'. Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando uno escucha las amenazas de Chávez de permanecer en el poder hasta más allá de lo legal y legítimamente admisible, le retumban en los oídos las palabras de Bolívar en el discurso al Congreso de Angostura, el 15 de febrero de 1819: 'Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder'... Y cuatro años más tarde, el 15 de abril de 1823, califica ya no la situación, sino la actitud de quien se aferra al poder por todos los medios, cuando le escribe a Santander: 'Es una manía miserable el querer mandar a todo trance'. Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando uno advierte los esfuerzos presidenciales por torpedear cualquier consulta ciudadana que ponga en riesgo su permanencia en Miraflores, piensa en el Bolívar que en carta al doctor Castillo Lara, el 13 de septiembre de1829, sentencia: 'En los gobiernos no hay otro partido, que someterse a lo que quieran los más'. Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando uno tiene la paciencia y el valor de escuchar las alocuciones del Presidente, cargadas de odio, de insultos, de descalificaciones y de inquina, piensa en el Bolívar que le escribe a Santander, el 15 de abril de1823: 'Los intrigantes corrompen los pueblos, desprestigiando la autoridad', opinión que ratifica al mismo Santander, el 23 de febrero de 1825,cuando le escribe: 'En política nada vale tanto y cuesta menos como las demostraciones de respeto y consideración'. Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando uno observa el uso que el Presidente hace de la Fuerza Armada para amedrentar y reprimir a todo el que se niegue a tragarse el proceso, recuerda lo que Bolívar escribió en el proyecto de Constitución para Bolivia, el 25 de mayo de 1826: 'El destino del ejército es guarnecer la frontera ¡Dios nos preserve de que vuelva sus armas contra los ciudadanos!'. Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando uno, en suma, recorre la historia del último quinquenio, y suma las payasadas, los desatinos, las sandeces y las malcriadeces del Presidente, uno se convence (y cada día más) de que, como Bolívar le escribía a Santander el 12 de noviembre de 1823, 'Un necio no puede ser autoridad'. Ese es el Bolívar que Chávez no leyó...

E. Leiderman

600 Shiretown Ln, Wake Forest, NC 27587
Sociólogo y profesor titular de la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad de Oriente, en su Núcleo de Sucre.

Sunday, January 13, 2008

No Quick Fix to Downturn

January 13, 2008
by Peter S. Goodman & Floyd Norris
News Analysis from The NewYork Times

As leaders in Washington turn their attention to efforts to avert a looming downturn, many economists suggest that it may already be too late to change the course of the economy over the first half of the year, if not longer.
With a wave of negative signs gathering force, economists, policy makers and investors are debating just how much the economy could be damaged in 2008. Huge and complex, the American economy has in recent years been aided by a global web of finance so elaborate that no one seems capable of fully comprehending it. That makes it all but impossible to predict how much the economy can be expected to fall before it stabilizes.
The answer could be a defining factor in the outcome of the fiercely contested presidential election. Not long ago, the race centered on the war in Iraq.
But now, as candidates fan out across the country, visiting places as varied as the factory towns of Michigan and streets lined with unsold condominiums in Las Vegas, voters are increasingly demanding that they focus on the best way to keep the economy from slipping off the tracks.
The measures now being debated in Washington and on the campaign trail — tax rebates, added help for the unemployed and those facing sharply higher heating bills and, most immediately, a move by the Federal Reserve to further cut interest rates — could certainly moderate the severity of a downturn. Democrats and the Bush administration are considering a package of such measures that could reach $100 billion.
But the forces menacing the economy, like the unraveling of the real estate market and high oil prices, are too entrenched to be swiftly dispatched by government largess or cheaper credit, some economists say.
“The question is not whether we will have a recession, but how deep and prolonged it will be,” said David Rosenberg, the chief North American economist at Merrill Lynch. “Even if the Fed’s moves are going to work, it will not show up until the later part of 2008 or 2009.”
In the view of many analysts, the economy is now in a downward spiral, with each piece of negative news setting off the next. Falling housing prices have eroded the ability of homeowners to borrow against their property, threatening their ability to spend freely. Concerns about tightening consumer spending have prompted businesses to slow hiring, limiting wage increases and in turn applying the brakes anew to consumer spending.
Not everyone is convinced that the American economy is headed for a recession, defined as six months of economic contraction. The economy often serves up indications of distress that later turn out to be false warnings.
But some economists think a recession may have begun in December. In the last two weeks, there have been signs that a substantial downturn may already be unfolding. The Labor Department reported a sharp slowdown in job creation in December. Retailers said that sales last month were extremely disappointing, capping the worst gain for a holiday season in five years. A widely watched index showed manufacturing slowing, despite a weak American dollar that has encouraged growth in exports.
The construction of new homes has already fallen by some 40 percent since the peak in 2006. The sales of new homes have fallen even faster, suggesting that a large oversupply of places to live will continue to drag down prices.
Home prices have dropped by about 7 percent since the peak in 2006, but some experts suggest they could fall by another 15 to 20 percent before hitting bottom.
“There is still a long way to go,” said Nouriel Roubini, an economist at the Stern School of Business at New York University and chairman of the research firm RGE Monitor.
Mr. Roubini has long predicted the real estate downturn would cause a severe recession. He envisions foreclosures accelerating this year, and banks counting fresh losses. That could make them less able to lend and further slow economic activity, not just in the United States but around the world.
“We’re facing the risk of a systemic financial crisis,” Mr. Roubini said. “It’s not just subprime mortgages. The same kind of reckless lending has been occurring throughout the financial system. And it’s not only mortgages: Now it’s credit cards and auto loans, where we see problems increasing. The toxic junk is popping up everywhere.”
Banks, including commercial banks and investment banks, have so far acknowledged losses of some $100 billion, yet anxiety persists that more large write-offs are coming.
“Firms will go to great lengths to hide or delay reporting losses,” said Paul Ashworth of Capital Economics. “What we know now therefore might only be the tip of the iceberg.”
In a speech on Thursday, the Federal Reserve chairman, Ben S. Bernanke, zeroed in on the nervousness of bankers as a prime factor slowing the economy, even as the Fed tries to stimulate it with cheaper credit.
“Developments have prompted banks to become protective of their liquidity and balance sheet capacity and thus to become less willing to provide funding to other market participants,” he said. His comments were widely construed as an assurance that the Fed would soon cut rates again. The Fed already dropped rates three times during the last four months of 2007.
Wall Street has clamored for the Fed to keep lowering rates, cognizant that cheaper credit is generally good not just for encouraging borrowing and spending but also for corporate profits.
But some economists fear that lower rates will simply provide a short-lived boost at the expense of the economy’s longer-term health: Cheap money encourages foolish investments, they say, which is precisely how Americans came to experience the evaporation of wealth in the Internet era, followed by housing prices rising beyond any reasonable connection to incomes.
“This appears to be a panic on the part of the Fed,” said Michael T. Darda, chief economist at MKM Partners, a research and trading firm. “The housing bubble was a reaction from the effort to protect us from the collapse of the tech bubble. What’s the next bubble going to be as a consequence of trying to protect us against this?”
Mr. Darda asserts that the economy would be fine if left to its own devices, maintaining that the job market is healthier than most economists think. He contends that the December jobs report is likely to be revised to show that far more jobs were created than the 18,000 reported by the Labor Department.
“That could be important in terms of reversing the direction,” Mr. Darda said. “We need to see evidence that the labor market isn’t falling apart. That’s critical.”
But most economists seem convinced that the economy has slowed significantly, and say it is the severity of a downturn that is in doubt, not the existence of one.
“If we have a recession with a modest consumer retrenchment, and the rest of the world holds up, this could be three quarters of disappointment,” said Robert Barbera, the chief economist of ITG. “The risk is a more dramatic decline for the consumer.”
There is little doubt that the Fed will lower its benchmark rate later this month, making it cheaper for banks to lend money to one another. But there is more doubt whether Washington can quickly agree on fiscal policy moves — that is, raising spending or cutting taxes — in an election year in which the White House and Congress are controlled by different parties.
A recession could pack enormous political consequences. Over the last century, the economy has been in a recession four times in the early part of a presidential election year, according to the National Bureau of Economic Research. In each of those years — 1920, 1932, 1960 and 1980 — the party of the incumbent president lost the election.
Much discussed now in Washington and on the campaign trail is a potential rebate for taxpayers, similar to one that seemed to lubricate spending during the last recession six years ago. But worries remain over whether such a move could exacerbate inflation, and some doubt that the benefits would be felt rapidly enough to justify the risks.
While tax rebates can encourage spending and generate jobs, Mr. Roubini said, the government cannot afford to unleash the significant amounts — $300 billion or $400 billion — that he believes would be required to ensure a substantial rebound in economic growth.
“Whatever they’re going to do,” he said, “it’s going to be cosmetic.”
And most economists concur that even meaningful policies will probably take several months to filter through such an enormous economy. By the time they take effect, the country could already be in a recession.

Sunday, January 06, 2008

DOLOR DE PATRIA

El fracasado de Marquetalia

por Salud Hernández-Mora.
Columnista de EL TIEMPO.


Foto archivo de El Tiempo

Destila veneno por todos los poros. No puede contener el odio visceral hacia unos compatriotas que le desprecian. 'Tirofijo' nos condena al fuego de su guerra sin cuartel para sofocar el desconcierto y la rabia incontenible que le producen su estrepitoso fracaso vital. Cuarenta años de monte para llegar a ninguna parte. O, mejor dicho, para acumular un prontuario digno del peor criminal.

Como colofón a su carrera, nos lanza el culebrón de Emmanuel, la demostración más palpable de la sinrazón de la banda delincuencial que fundó hace cuatro décadas y la falta de cohesión interna.

Convocan al mundo para humillar a Uribe y permitir que su adorado Hugo Chávez presuma de estadista pacificador y ni siquiera tienen al niño en sus manos. No sólo eso. Sino que el maltrato sufrido por el pequeño demuestra que también le sometieron a unas condiciones extremas que pusieron en grave riesgo su supervivencia.

Dios quiera que al terco anciano de Marquetalia le quede una rendija de iluminación y ordene liberar de inmediato a Clarita y a Consuelo, aunque sólo sea para no dejar peor a su admirado bolivariano. No me quiero ni imaginar el enfado que debe tener el antiguo golpista, mucho más grande que cuando sus vasallos no le dejaran robarse el referéndum.

Se ahogará en una ira profunda cada vez que recuerde que sus amigos de las Farc le incitaron a orquestar un espectáculo planetario acorde con su megalomanía y le dejaron colgado de la brocha y con Uribe matado de la risa. Algo le tendrán que dar a cambio.

Supongo que el mismo Chávez se estará preguntando por qué prometieron devolver al menor si no estaba con ellos y en cualquier momento podía ocurrir lo que vimos; por qué escoger a ese ramillete de secuestrados con secretos inconfesables y no a cualquier otro como Gloria Polanco, como Pablito Moncayo, como Gechem, con sus muchos infartos.

Y por qué agregar al desplante la amenaza de tierra arrasada que ha lanzado 'Tirofijo' y la insistencia en el despeje de Florida y Pradera, evidencia de que nunca tuvieron la intención de hacer un acuerdo humanitario en paralelo, bajo los auspicios de Chávez y de Sarkozy, sino tan sólo alguno que otro gesto aislado.

Por si fuera poco todo ello, la constatación de que el niño de Bogotá es Emmanuel le impide al vecino arrojar la basura contra Uribe. Por supuesto que el Presidente podría haber actuado de forma discreta, sin destapar el enredo en su viaje a Villavicencio para sacar provecho político de la extraña situación, pero no podrán reprocharle el fracaso de la operación. Es más, el comunicado de 'Tirofijo' parece avalar el exagerado gasto militar del ejercicio que ahora comienza. Uribe podrá ahora justificar haber incrementado el presupuesto de Defensa más que ningún otro, a pesar de que hay necesidades más acuciantes, como la pésima infraestructura vial, amparado en la ofensiva bélica que han anunciado las Farc.

En todo caso, muy triste para el país acabar el año de forma tan dramática, sin las secuestradas en casa y con sus familiares y amigos angustiados, y comenzar el 2008 soplando vientos de guerra. Terrible para los colombianos, que merecen otro destino, y pésimo para su imagen exterior. He seguido la crisis desde España y el amplio despliegue dado a la noticia deja muy mal parada a Colombia.

Durante días, los medios recordaron que hay cautivos que llevan años pudriéndose en la selva sin que los rescaten -algo incomprensible para el ciudadano del común- y dejaron entrever que existe el peligro de una guerrilla siempre al acecho; además, entrevistaron a algunos de la veintena de españoles que sufrieron ese flagelo y el relato de sus experiencias causaron estupor.
En fin, que por ingentes esfuerzos que haga la excelente embajadora Noemí Sanín, será difícil contrarrestar la negativa avalancha informativa. Qué dolor de patria.

Salud Hernández-Mora

Historia de Emmanuel, el niño que tiene en vilo al país y postradas internacionalmente a las Farc



Enero 5 de 2008

Diario EL TIEMPO


EL TIEMPO reconstruye su corta vida, y revela apartes inéditos del testimonio que José Crisanto Gómez, el hombre que lo recibió, en el 2005, de manos de la guerrilla, dio a la Fiscalía.


Foto: Archivo-EL TIEMPO
A Clara González de Rojas, madre de Clara Rojas, la Fiscalía le tomó muestras de ADN que sirvieron para corroborar que el niño en manos del ICBF sí era Emmanuel, su nieto.


"'Raúl Reyes' me lo confirmó verbal y físicamente, frente a mí, mirándome a los ojos".

El periodista Jorge Enrique Botero recordó así el día en que supo, por accidente, que Clara Rojas -secuestrada hace casi 6 años por las Farc- había tenido un hijo con un guerrillero y que el niño se llamaba Emmanuel.

La existencia del menor comenzó a circular en los primeros días de abril del 2006, cuando Botero promocionaba su libro 'Últimas noticias de la guerra'.

Allí narró cómo un guerrillero fue quien le habló por primera vez de Emmanuel, el primer niño en el país nacido secuestrado, cuya ubicación -realizada hace apenas 8 días, por unidades del CTI de la Fiscalía- tiene hoy literalmente contra la pared a la organización ilegal que lo proclama como hijo suyo.

Las propias Farc reconocieron el viernes, en un escueto y confuso comunicado, que el niño había sido entregado a una familia y que es el mismo que, bajo el nombre de Juan David Gómez Tapiero, está hoy en manos del ICBF.


Foto: Guillermo Herrera/Llano 7 días
En esta casa de El Retorno estuvo viviendo José Crisanto hasta el miércoles de esta semana.



Solo un puñado de funcionarios del más alto nivel del Gobierno conocen el paradero del niño, de 3 años y medio, que permanece custodiado por agentes en cubierta.

La primeras pruebas

Tras la versión de Botero, vinieron nuevos datos sueltos: que Emmanuel nació por cesárea en plena selva y sin las mejores condiciones médicas. Que Clara y el papá del bebé habían sido separados desde el embarazo...

Los primeros en reaccionar ante esta dramática historia fueron los familiares de la abogada secuestrada: Iván Rojas, su hermano, pidió que Botero que se retractara y congelara la venta del libro. Y Clara González de Rojas, madre de la abogada, rechazó que la versión se basara en "un rumor" sin mayores pruebas.

Pero esas pruebas empezaron a llegar un año después, el 28 de abril de 2007, con el intendente de la Policía John Frank Pinchao, quien tras fugarse de un campo de secuestrados de las Farc -en el que permaneció encadenado por 9 años- confirmó el nacimiento del bebé, al que había visto un par de veces.

Contó que a través de unos huecos en las paredes de tabla de un campamento al que fue llevado se dio cuenta del embarazo de Clara Rojas. Y agregó que el cuidado del bebé era similar al de un niño indígena y que guerrilleros y secuestrados le fabricaban la ropita.

'Gritaba que no se lo quitaran'

Pinchao también dijo que meses después del nacimiento, ocurrido en julio del 2004, se llevaron al pequeño y Clara clamaba por que se lo devolvieran: "Ella gritaba el nombre del niño y les pedía que se lo dejaran ver. La guerrilla no le ponía atención. Durante la caminata lo volvimos a ver, pero lo llevaba la guerrillera a la que llamaban 'Rosa'".

Del papá, dijo Pinchao, se comentaba que lo iban a matar. Hoy el CTI sabe que se llama Juan David, que su alias es 'Rigo' y que pertenece al frente 54 de las Farc.

Pinchao narró que "en los primeros meses un guerrillero que hacía las veces de enfermero, conocido como 'Guillermo', llevó al pequeño a su campamento y se lo mostró: era un niño blanquito que tuvo problemas al nacer". Según su relato, 'Guillermo' le puso una férula o yeso en uno de los brazos debido a una fractura que había sufrido durante el parto.

Testimonio clave

José Crisanto Gómez le aseguró al Fiscal 12 Antisecuestro que los problemas de salud del niño -afectado además por paludismo y leishmaniasis- obligaron a las Farc a entregárselo a él: "Lo llevaron a mi casa en la vereda La Paz, en el municipio de El Retorno (Guaviare) en donde mi suegro, un curandero, lo empezó a atender".

Gómez Tovar, oriundo de Ortega (Tolima), había ido a parar a La Paz para raspar coca. Sin embargo, con la entrega del bebé lo que halló fue más líos.

"No es de las Farc dejar que las guerrilleras tengan hijos, y cuando es demasiado tarde para abortar, al nacer los entregan a milicianos en las poblaciones más cercanas", dice un ex director del hospital de El Retorno.

Lo entregaron de meses

"Aquí traemos este niño para que le curen la picadura de pito y le arreglen el brazo", le dijeron a Gómez Tovar los guerrilleros.

El hombre, que se desempeña como albañil, le dijo a la Fiscalía que era visible la fractura y que tenía tres marcas por leishmaniasis, una de ellas en el pómulo derecho.

"Yo tenía cinco hijos en ese momento y vivía con mi esposa y a ella no le gustó nada (...) pero era una situación de que a mi, si me negaba, pues iba a tener problemas", dijo Gómez Tovar.

Según él, el niño tendría unos tres meses de nacido y aunque le habían dicho que regresarían al otro día con pañales y leche, "pasaron cuatro meses sin nada".

Después de ese tiempo regresaron los guerrilleros, vieron al niño y se dieron cuenta de que había mejorado un poco de salud. Dejaron un tarro de leche y pañales y se marcharon. Una de las guerrilleras que lo fue a ver dijo que era muy lindo y parecido a su padre, Juan David. Por eso fue registrado con ese nombre.

Las circunstancias en las que vivía Gómez Tovar no eran las mejores. "La situación económica del raspachín en El Retorno era muy crítica, incluso varias personas le colaborábamos con mercados para que subsistiera", aseguró a EL TIEMPO Jairo Martínez Bonilla, ex candidato a la Alcaldía de ese municipio.

Escape a El Retorno

Gómez Tovar se fue a ese municipio del Guaviare luego de que los guerrilleros le negaron el permiso para salir de La Paz.

"Según me contó -relata un amigo de José Crisanto- , él hizo la solicitud para salir porque uno de sus siete hijos tenía paludismo y el niño que le habían entregado también estaba muy enfermo".

Aunque al principio los dos infantes fueron atendidos mediante infusiones y emplastos elaborados con hojas de árboles, la salud de ambos menores empeoró.

"La desesperación que le producía el llanto de los niños hizo que, sin la autorización del grupo guerrillero, Gómez Tovar emprendiera con su familia el viaje hacia el casco urbano de El Retorno, sabiendo de antemano que no podía regresar", explica un funcionario de la Alcaldía de ese municipio.

"Contra viento y marea y contra la voluntad de ella (la esposa), alisté por ahí unos chiritos y cogimos una canoa y echamos todos los niños y me traje al niño que le decían 'pegui'. Al niño que me habían dado le decíamos 'pegui' por un personaje de la televisión", narra Gómez Tovar.

Después de un viaje de dos días y de pasar por un retén de la guerrilla, llegaron cerca a El Retorno.

José Crisanto se hospedó en una residencia, pero las malas condiciones que presentaban, especialmente el más pequeño de los niños, hicieron que una vecina denunciara el hecho ante la oficina municipal del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

"No tenían ropa, estaban muy pálidos y no paraban de llorar", dice una señora que afirma haber visto a la familia recién llegada.

Tras su arribo al pueblo, el campesino apenas tuvo cuatro días en su poder a Emmanuel, pues luego de su ingreso al hospital local fue remitido a San José del Guaviare, el 15 de junio del 2005. Allí, un juez de familia se lo quitó.

Gómez Tovar contó que estando en el hospital de San José del Guaviare, un hombre que se identificó como integrante del séptimo frente de las Farc lo amenazó y le dijo que se hiciera pasar como familiar para sacar al bebé del centro médico.

Entonces fue cuando dijo ser el tío abuelo del niño, a quien llamó Juan David Gómez Tapiero.

También afirmó que su madre era Martha Gómez Tapiero, de 22 años, y que ella había desaparecido ocho meses atrás. En su declaración, Gómez Tovar aceptó que había inventado el nombre de la supuesta mamá basándose en el de una sobrina.

Fue este el momento cuando las Farc perdieron el rastro de Emmanuel.

Cuatro meses después volvieron a llamar a Gómez Tovar para preguntar por Emmanuel y él les mintió diciendo que lo tenía una hermana en Bogotá, "que se le estaba haciendo todo el tratamiento que, incluso, yo la llamaba a ella cada quince días (...) pero nunca me dijeron 'usted necesita plata' (...) jamás, ellos desentendidos", narró.

Hace tres meses el comandante 'Jerónimo' le dijo que necesitaba hablar con él sobre el niño y amenazó a toda su familia si no le daba razón del bebé.

A mediados de diciembre pasado, las amenazas fueron más directas, ordenándole que devolviera al niño y le dieron un ultimátum hasta el 30 de diciembre para devolverlo.

En medio de su desesperación, Gómez Tovar fue a la Fiscalía y no lo escucharon, según narra, "porque ya no había atención". Y en la Sijín le indicaron que ellos no recibían denuncias.

Su salida fue llamar a un amigo que lo contactó con el Defensor del Pueblo de San José del Guaviare y el Personero de El Retorno, quienes ayudaron para que las autoridades le brindaran seguridad.

Luego se dio su traslado y el de su familia a Bogotá.

'En la noche llama a su mamá'

En una rueda de prensa del 31 de diciembre pasado, el presidente Álvaro Uribe y el alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, contaron lo que sucedió mientras el niño estuvo al cuidado de las autoridades.

Juan David, como era conocido en ese momento, salió del hospital el 27 de enero del 2005. Al siguiente día ingresó al Bienestar Familiar teniendo en cuenta el reporte que había realizado la trabajadora social del Hospital Regional de San José del Guaviare.

"De acuerdo con el diagnóstico de maltrato, negligencia y abandono del menor de edad. Lo mantienen encerrado, solo y no le daban de comer ni de beber", reportó entonces la funcionaria.

Los médicos agregaron a ese concepto que Emmanuel presentaba desnutrición, paludismo, enfermedad diarreica aguda, leishmaniasis, fractura de húmero y abandono.

El 26 de julio del 2005 se emitió la resolución para decretar la situación de peligro del menor y al otro día se aprobó su traslado a Bogotá, a un hogar sustituto del Bienestar Familiar.

El 31 de octubre de ese año le practicaron una cirugía en el Instituto de Ortopedia Infantil Roosevelt para corregirle la fractura en el húmero izquierdo.

Y bajo el cuidado de una madre sustituta se han tenido en cuenta los comportamientos del menor: "El niño es de buen apetito, tolera adecuadamente todos los alimentos, acostumbra a bañarlo una vez al día, disfruta el contacto con el agua, durante la noche suele despertarse, llamar a la mamá y volver a dormirse".

A pesar de que el niño se encuentra alerta, que pronuncia algunas palabras como 'mamá' y sílabas sueltas, que se muestra activo y con actitud de exploración del medio que le rodea, presenta retardo en su desarrollo psicomotor.

En la actualidad, "el niño se encuentra en buen estado de salud, con un desarrollo psicosocial adecuado para su edad, con valoraciones médica y nutricionales conforme a su proceso de desarrollo".

La rueda de prensa de Uribe, Restrepo y la plana mayor de las Fuerzas Militares, en el último día del 2007, marcó el final de tres días en los que la Cruz Roja y delegados internacionales, liderados por Hugo Chávez, esperaron en Colombia, sin éxito, las coordenadas de las Farc para rescatar a los tres rehenes.

Ahora, con la confirmación de que el ADN del niño es compatible con el de la familia Rojas y el comunicado de las Farc aceptando que sí es Emmanuel -quien hoy domingo tiene tres años, cinco meses y 17 días-, lo que resta es que el bebé esté con sus familiares, lo cual podría suceder en las próximas dos semanas.

Investigación de filigrana

El 28 de diciembre el CTI recibió la grabación de una llamada hecha al Gaula, en la que un hombre advertía que un niño de San José del Guaviare iba a ser sacado ilegalmente del ICBF en Bogotá. Juan David fue ubicado y vino una segunda llamada que lo relacionó con el caso de Emmanuel: que no iba a ser entregado porque estaba en manos del ICBF. El fiscal Mario Iguarán, y la jefe del CTI, Marilú Méndez, tomaron el caso y le avisaron al presidente Uribe. Allí se inició una rigurosa indagación judicial.

15 días para ser un Rojas

En dos semanas Clara de Rojas, abuela del pequeño Emmanuel, podría tener las custodia temporal del niño y así poner fin a la larga espera por conocer a su nieto.

Elvira Forero, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) , afirmó que el procedimiento para que Emmanuel se quede con los Rojas es "sencillo y se adelantará desde la próxima semana" con la familia verdadera del menor. "Vamos a sentarnos a trabajar con doña Clara para empezar con el proceso de desarrollo sicosocial", señala.

La funcionaria agregó que Emmanuel es un niño "feliz, dulce y amoroso" y que debido a su temprana edad aún no tiene conciencia de lo que le ha sucedido. El sitio donde se encuentra el menor no fue revelado y su imagen y características físicas serán conocidas por el país previa autorización de la familia Rojas.

Para la expedición del registro civil es necesario interponer una acción ante un juez de menores. En poco tiempo, Emmanuel adoptaría el apellido Rojas.

Con reportería de Jhon Alfonso Moreno C., enviado especial a El Retorno (Guaviare)

Directora del DAS revela explosiva historia de José Crisanto Gómez, el falso padre de Emmanuel

Enero 5 de 2008

Diario EL TIEMPO

La Directora del DAS reveló que José Gómez le pidió a una hermana, que trabaja hace 10 años en el DAS, que adoptara al niño y ella se negó.

María del Pilar Hurtado dice que el DAS ha confirmado, por ejemplo, que Gómez Tapiero se presentó en las elecciones de octubre como candidato al Concejo de El Retorno, en el Guaviare.
"No tiene antecedentes; pertenece a una familia numerosa; son 12 hermanos. Tres han muerto. Uno de sus hermanos fue guerrillero activo de las Farc, fue capturado hace varios años y estuvo en la cárcel. Aquí en Bogotá viven dos de sus hermanas. Otra hermana vive fuera de Bogotá y es funcionaria del DAS", revela Hurtado.

Yamid Amat: ¿El hermano guerrillero murió en combate o murió en la cárcel?

María del Pilar Hurtado: No tengo los detalles, sé que falleció hace tiempo.

Una hermana de Gómez Tapiero trabaja en el DAS

¿Y la hermana que trabaja en el DAS, quién es?

Tan pronto el Presidente de la República puso en conocimiento de los colombianos la hipótesis sobre el niño Emmanuel, se acercó una funcionaria a nosotros en el nivel central y nos dijo: "Yo soy hermana de esa persona que dice ser el tío abuelo del supuesto niño Emmanuel y quiero contarles que él, mi hermano José Crisanto, se acercó a mí, en diciembre del 2005, a decirme que él quería que yo hiciera diligencias para adoptar a ese niño; me dijo que era hijo de una señora que él apreciaba mucho, de una familia muy cercana y que él quería que el bebé quedara en manos conocidas. Ella nos dijo que se negó a aceptar la adopción porque hacía muchos años había perdido cercanía con su hermano, desde cuando él se fue para el Guaviare. A raíz de eso, ella decide no colaborarle.

¿Ella vive en Bogotá?

No. Pero actualmente esta protegida por nosotros. Reside, temporalmente, en un hotel en Bogotá.

¿Qué cargo tiene en el DAS?

Trabaja en la parte administrativa. Es una funcionaria con más de diez años en el DAS, no ha tenido inconvenientes y desarrolla muy bien su trabajo. Quiero destacar que fue ella quien reveló su consanguinidad con el señor Gómez Tapiero y que él decidió irse de la cercanía de su familia hace más de 16 años, cuando deja la zona de La Macarena, de donde son oriundos, y se va para el Guaviare.

¿La hermana de Gómez Tapiero va a continuar en el DAS?

Sí. Ha sido una buena funcionaria. Ese es el drama que viven muchos colombianos: Familias de bien, en las que uno de sus hijos se fue por la senda indebida, llámese paramilitar, llámese guerrillero o llámese narcotraficante.

¿Cómo ingresó ella al DAS?

Por el proceso normal. Ella no es detective, es una funcionaria administrativa y fue nombrada hace más de 10 años. Ha trabajado en la misma zona en tres seccionales diferentes cumpliendo su labor de apoyo administrativo sin tacha.

¿Usted habló con ella?

Sí. Hemos confirmado toda la información que ella nos ha dado, ya se le hizo una verificación de confiabilidad y eso me ha dado tranquilidad.

¿El Presidente Uribe tiene toda esta información?

Por supuesto. Y la única indicación que ha dado es poner todo en conocimiento de la Fiscalía. Es lo que hemos hecho.

¿Ella ha hablado con su hermano?

No, hasta ahora no, pero va a hablar con él.

¿Por qué lo sabe usted?

Ella tiene dos hermanas más que viven en Bogotá y me dijo que ambas han recibido ya amenazas. Cree que ante esa situación, su hermano podría tener la confianza de contarle algunas cosas. Sin embargo, yo me he enterado de que el señor Gómez Tapiero ha colaborado con la justicia plenamente.

Gómez Tapiero está colaborando

¿Ha aceptado que tiene vínculos con las Farc?

Esa información la tiene la Fiscalía; sé que él está colaborado con la justicia.

¿Aceptó que el niño se lo dieron las Farc?

Él está dando la información a la Fiscalía y eso es reservado.

¿Toda la familia de Gómez Tapiero está bajo protección?

Él está bajo protección como testigo de la Fiscalía; a su hermana, funcionaria del DAS, se le ha dado vigilancia especial y hoy estamos evaluando las amenazas que le llegaron a sus otras dos hermanas vía telefónica.

Podría ser un miliciano

¿La presencia de Gómez Tapiero, primero en La Macarena, donde hay una gran presencia de las Farc, y luego en Guaviare, otro eje de la actividad de la guerrilla, permite suponer que él tiene claros vínculos con las Farc?

Pienso que puede tratarse de un miliciano, pero eso nos lo dirá al final la Fiscalía. Él ya dijo que el niño se lo habían entregado las Farc y pudo ser por una de dos razones: o porque lo forzaron a tener el niño o porque es un miliciano y le dijeron cuide a este niño y dentro de un tiempo volvemos por él.

¿Por qué si Gómez Tapiero había perdido al niño, al ser entregado al hospital de San José del Guaviare y luego a Bienestar Familiar las Farc ofrecieron liberarlo junto a su madre?

Por lo que acabo de decirle: "Cuide a este niño y después volvemos por él". Fíjese que al niño lo pierde cuando una brigada de salud lo atiende y lo traslada al hospital. Y observe que, aun con las carencias de nuestro país, el sistema de atención a los menores funciona. Ese niño, ante una alarma de mal cuidado, es asumido por el sistema de protección del ICBF y llega a Bogotá e inclusive es operado. Estoy casi segura de que las Farc creían que el niño estaba todavía con Gómez Tapiero. Vea esta hipótesis: ¿Por qué llegaron tres helicópteros para la operación de entrega de los secuestrados? Uno podría decir: van a tres lugares diferentes. Uno de ellos debía recoger al niño. Al comprobar las Farc que el menor no estaba, todo su plan se desbarató.

¿Y cómo se explica que en uno de los testimonios de supervivencia que las Farc enviaron, hace meses, el oficial William Domínguez dice que había visto a Clarita con su hijo?

El intendente Pinchao dijo en rueda de prensa que él no le daba credibilidad a esa prueba de supervivencia, porque el oficial relata hechos como si Clara e Íngrid estuvieran juntas y él dice que eso no es cierto, que ellas estaban separadas y que de eso da fe. Pinchao también dijo que el niño había sufrido una fractura en un bracito al nacer. Recuerde que el niño en poder de Bienestar fue operado en el Roosevelt de una lesión en un brazo cuando fue trasladado a Bogotá.

¿El niño sigue con su madre sustituta?

Sí. No han sido separados. Con ella está, muy bien protegido, además.