Monday, December 15, 2014

Proceso de Paz

Hay desastres periódicos que producen destrucción y dolor en los países, en Norteamérica son los tornados, en Japón y Chile los terremotos, en la India los monzones, en Africa tropical las epidemias, en Colombia son las conversaciones de paz. Cada vez que el mandatario de turno decide embarcarse en un proceso de paz, la administración pública se anarquiza, la inversión extranjera se espanta, la extorsión y otras actividades delictivas se multiplican, el Estado entra en un proceso de desconcierto y parálisis  inverosímiles, debido a los posibles cambios y traumatismos que va a traer la paz. La experiencia ha demostrado que esos procesos terminan en debacles tales como el episodio del Palacio de Justicia o la culminación del sainete del Caguan. El actual proceso de paz ha avanzado más que los anteriores, por lo tanto no solamente se ha presentado el caos y desgobierno internos, también se han afectado las relaciones exteriores, para satisfacer a la insurgencia, Colombia cambió sus alianzas, se alejó de Estados Unidos a pesar que este país le ayudó a recuperarse del anterior proceso de paz. Se estableció una alianza con Venezuela y demás países de Unasur. Esto ha llevado a que en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia se hayan convertido en mandaderos del gobierno de Venezuela. Además es una alianza en la cual los señores de Unasur apoyan abiertamente a Nicaragua en su pleito territorial contra Colombia. Son unos aliados tan desdeñosos que no asistieron a la posesión del actual mandatario, ni han invitado a Colombia a ser miembro del Alba.
Ante estos traumatismos periódicos que son los procesos de paz, cabe pensar en la posibilidad que el Estado Colombiano maneje el proceso de paz como una política de Estado y no como eventos periódicos manejados según la voluntad y vanidad del mandatario de turno. La solución sería crear una comisión de muy alto nivel que maneje el tema por encima de los intereses políticos y del orgullo personal de los mandatarios. Solamente así se emprendería un proceso serio y definido, con derroteros claros. Esto reemplazaría las caóticas conversaciones en las cuales cada presidente improvisa políticas y procedimientos. Nunca debe olvidarse que la subversión ha manejado el mismo discurso así sea errado y anacrónico, durante más de 50 años, mientras los mandatarios cambian continuamente de ideas y planteamientos.    
Hay un ejemplo muy interesante respecto al manejo de un tema fundamental por encima de los periódicos cambios de gobierno; Es el caso de la cancillería de Brasil, a lo largo del Siglo XIX y parte del Siglo XX, dicho superministerio actuó por encima de los gobernantes de turno con unos derroteros y políticas muy definidas. Su eficacia fue tan grande que Brasil conquistó la mitad del territorio de Suramérica sin disparar un tiro. Gran diferencia con gobiernos como los de Bolivia donde los caudillos bárbaros regalaban a pedazos el territorio nacional.
Solamente el manejo de altura, por encima de gobernantes e intereses políticos pueden tener algún resultado favorable, estos procesos episódicos solamente han llevado a montar comedias grotescas y a que los gobernantes se pongan en ridículo.

Jaime Galvis V.

Saturday, November 29, 2014

Petróleo en Colombia

La exploración del petróleo en Colombia siempre estuvo marcada por una característica: el caos. Las primeras compañías que prospectaron hidrocarburos, se mantuvieron como compartimentos estancos, prácticamente, cada una creóunas bases conceptuales en cuanto a estratigrafía, tectónica y otros aspectos en forma aislada. La compañía que hizo una labor exploratoria de campo más intensa, fue la Shell Oil Company.  A pesar de esto el conocimiento de geología de campo de Colombia fue limitado y fragmentario. Un ambiente geográfico difícil, amplias zonas selváticas y pantanosas, escasos afloramientos y la carencia de vías de comunicación fueron factores que obstaculizaron la prospección petrolera. Por otra parte la información geológica generada por el Gobierno no tenía conexión con la de las compañías. Se formó una nomenclatura estratigráfica y tectónica totalmente caótica. Una gran proliferación de nombres y una escasez de ideas. En 1951 se creó la Empresa Colombiana de Petróleos, Ecopetrol, esta entidad tomo el carácter de un cuasi ministerio, por lo cual sus presidentes generalmente surgieron de las altas esferas de la política, la industria y las finanzas. Solamente en contados periodos, los presidentes de Ecopetrol han sido personajes con alguna trayectoria en la industria petrolera. Por esto, ha sido frecuente que un presidente desconocedor del tema sea manejado por la tecnocracia interna de la empresa.
Un aspecto que incidió en forma definitiva en el desarrollo de Ecopetrol, fue el de los contratos de asociación. Se estableció quetoda compañía operadora que hiciera exploración en Colombia, obligatoriamente debía estar asociada con Ecopetrol. Esto influyó profundamente en el funcionamiento de la Empresa. Al tener participación económica en los hallazgos de otras compañías, la tarea exploratoria de Ecopetrol se redujo a hacer modelamientos geológicos imaginarios en base a información secundaria, sin hacer trabajos de campo. El trabajo consistió en usar alguna información de subsuelo, mezclada con información secundaria recibida de las compañías y elaborar esquemas geológicos imaginarios y frecuentemente disparatados. En informes estéticamente atractivos se presentaba una mezcolanza de procesos geológicos, geosinclinales, cabalgamientos, fallaslístricas , gigantescos deltas, estuarios, sabkhas, subducciones, cañones submarinos, etcétera, esto adobado con una nomenclatura estratigráfica totalmente caótica. Toda una mitología geológica que produjo resultados exploratorios mitológicos. No había necesidad alguna en producir hallazgos petroleros, ya que la compañía obtenía grandes ingresos a remolque delas compañías privadas asociadas. Los fracasos exploratorios de Ecopetrol son legendarios. Además, la Empresa Colombiana de Petróleos manejaba el otorgamiento de áreas de interés a las compañías privadas, algo que favoreció las corruptelas.
Luego se creó la Agencia Nacional de Hidrocarburos a la cual se le asignó la tarea de la adjudicación de áreas a las compañíaspetroleras, incluida Ecopetrol. Se acabaron los contratos de asociación. La Empresa Colombiana de Petróleos pasó a ser una compañía que debía depender económicamente de sus hallazgos (por lo menos teóricamente). Naturalmente la Vicepresidencia Ejecutiva de Exploración y Producción se encontró en una situación bien difícil, no había (ni hay) un modelamiento claro de ninguna cuenca petrolera. Una cuestión era producir información vistosa e imaginaria y otra tener certezas sobre las posibles estructuras petrolíferas. Al estar recostados en la actividad de las compañías privadas, nunca hubo la necesidad de tener razón. Ecopetrol continuó recibiendo los campos petroleros que revierten a la Nación, con lo cual ha acaparado enormes extensiones donde no realiza labor alguna.
La Agencia Nacional de Hidrocarburos, nació con algunas dolencias hereditarias, la misma confusión conceptual de Ecopetrol, un manejo caótico de la información (la cual con frecuencia se pierde) y una serie de exigencias y requisitos exagerados a las compañías privadas. La desorientación es tan grande, que algún alto funcionario de la Agencia decidió promover en forma prioritaria la exploración en la vertiente del Pacífico, invirtiendo en investigaciones para atraer compañías a esa región. Esa zona es corteza oceánica y ese no es un ambiente geológico para prospectar hidrocarburos, las compañías lo saben y el resultado de las “rondas” lo demuestra. En Colombia hay una extensa faja de hidrocarburos pesados, la cual puede ser igual o mayor que la faja del Orinoco en Venezuela, esto no ha despertado interés en la Agencia Nacional de Hidrocarburos. Las dimensiones de dicho cinturón se desconocen.
Por otra parte la ANH implantó el sistema de subastas periódicas o “rondas”, para la adjudicación de áreas exploratorias. Esto no ha dado los mejores resultados, cabe anotar que cuando el petróleo llegó a sus máximas cotizaciones, esto no coincidió con las fechas de las “rondas” y la mayor parte de las áreas prospectivas no estaban adjudicadas o se hallaban “reservadas” por la ANH. Además los solicitantes deben limitarse a las áreas que la ANH ofrece, por tanto se está limitando la posibilidad de explorar otras zonas, aplicando ideas nuevas.
La estricta limitación de la información del subsuelo a los linderos de cada área adjudicada, por parte de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, no permite desarrollar conceptos de geología regional, indispensables en la modelación de estructuras petrolíferas.
Los hidrocarburos son actualmente la base de la economía de Colombia, pero el manejo gubernamental del tema es en extremo rudimentario. Se podría comparar con la época en que el café fue la base de la economía nacional. ¡Qué tal que los encargados del tema en el alto Gobierno hubieran confundidolos cafetos con las matas de plátano! 
Por Jaime Galvis V.- Geólogo

Monday, October 20, 2014

Las Negociaciones de Uribe

No hay que ser escéptico sobre lo que está pasando en La Habana para entender las medidas desesperadas que ha tomado Santos, en el intento de vencer la profunda desconfianza de los colombianos en ese proceso. 
La primera medida fue hacer públicas esas 60 páginas llenas de lugares comunes, compromisos multimillonarios y peligrosos silencios, que si algo tienen de inocentes es porque en Colombia la ley es letra muerta. Sin embargo, lo que hay ya en esos documentos es suficiente para tirar al país por el despeñadero, pero como en nuestro medio todo es difícil de materializar es probable que nada se cumpla, aunque el peligro es latente. 
La otra medida desesperada fue la de fletar una columna de Daniel Coronell en la revista Semana, quien más que un periodista es un contratista del Estado al que el gobierno de Santos favoreció —junto a Yamid Amat y Jorge Barón— con una extensión de la concesión del Canal Uno. Así que, amor con amor se paga. Y no es una especulación: la columnista de The Wall Street Journal, Mary Anastasia O’Grady, le informó al expresidente Uribe que esperó sin éxito por más de cinco días que Santos le contestara varias preguntas hasta que el domingo 5 de octubre, en la noche, la remitieron a la columna en la que Coronell señala que Uribe intentó negociar con las Farc. 
En efecto, Álvaro Uribe siempre intentó negociar con las guerrillas, y a menudo repetía que si las Farc querían, les firmaba la paz “en cinco minutos”. Pero, como es obvio, no una paz en los términos claudicantes de Santos sino una en la que se acordaran los detalles solo de la desmovilización y la reinserción, con la generosidad que los colombianos hemos tenido con otras facciones de criminales, pero sin atropellar los criterios de verdad, justicia y reparación. Una negociación con base en unos inamovibles claramente establecidos y en el marco de la Ley de Justicia y Paz, aplicada a los paramilitares. Un acuerdo sin concesiones desmedidas, como ahora, para los terroristas. 
Ante las dudas —hay que repetirlo—, no solo de la comunidad nacional sino de la internacional, lo que el 'Juampa' ha pretendido es hacerles creer a los incautos que Uribe intentó una negociación tan laxa como la suya, y hasta peor. Un engaño cuyo fin es el de disipar la sensación de que el país se le está entregando al castrochavismo. Santos hasta se atrevió a decirle a O’Grady que todo ha sido igual a excepción de un detalle: “La única diferencia es que mi predecesor falló y yo, hasta el momento, he tenido éxito” (The Wall Street Journal, 06/10/2014). No obstante, la experimentada periodista hace notar que “Las Farc ven una diferencia”. Y agrega: “En septiembre escribieron en su sitio web que negocian con el gobierno de Santos porque este reconoce la violencia como un «conflicto armado» (esto, por supuesto les da estatus beligerante), mientras que Uribe siempre ha insistido en que no son más que terroristas”. 
No está muy claro, por cierto, a qué se refiere Santos cuando afirma que “hasta el momento” ha “tenido éxito”. La verdad, como lo comprobamos los colombianos a diario, es que la ‘guerra’ de Uribe nos trajo la paz, y la ‘paz’ de Santos nos devolvió a la guerra. El miedo retornó a los cuatro puntos cardinales del país y reina una gran incertidumbre. Muchos lo admiten sin reservas aunque muchos otros —los gremios y el sector empresarial— callan para evitar retaliaciones de un Gobierno revanchista y solapado. 
El argumento de que Uribe es inconsecuente y hasta hipócrita por oponerse a unos diálogos que supuestamente también buscó, constituye un burdo intento de demostrar que cualquier tipo de negociación es igual; se oculta que el meollo del asunto no está en el hecho de negociar sino en el cómo y en el qué. Verdadera incoherencia es pasar de criticar a Uribe por ‘guerrerista’ a reprocharle ahora el que hubiera estado abierto a un diálogo; aunque, de hecho, su consigna nunca fue la de tierra arrasada, hubo mano tendida para los que se desmovilizaron voluntariamente. 
Si de 2002 a 2013 se desmovilizaron 27.000 guerrilleros (según estadísticas del Ministerio de Defensa), ¿por qué echar a suertes el país por 8.000 que faltan? 

Por SAÚL HERNÁNDEZ BOLÍVAR



Publicado en Columnistas Nacionales 

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Exploración Minera

La exploración en búsqueda de minerales es una antigua y noble actividad, que llevó al hombre hasta los confines de los continentes. Ese emprendimiento llevó a miles de hombres a internarse en montañas, selvas, desiertos, estepas y tundras, en epopeyas que costaron muchas vidas.
La prospección minera elemental permitió la expansión de países que fomentaron esa actividad, esto sucedió en Norteamérica donde los países anglosajones se expandieron hacia el Oeste de dicho continente, otro tanto ocurrió en el Brasil, donde los garimpeiros ocuparon gradualmente media Surámerica, algo similar tuvo lugar en Siberia, los buscadores de oro y piedras preciosas expandieron el Imperio Ruso.  Los desiertos australianos fueron recorridos por miles de exploradores que descubrieron las inmensas reservas minerales de ese país.
 En la América de habla hispana la situación fue completamente diferente, la minería de México y los países andinos se limitó a explotar los yacimientos conocidos desde la conquista o antes. La vida colonial se limitó a una rutina burocrática y parroquial en la cual, las iniciativas estaban prácticamente vetadas.  Esta mentalidad continuó imponiéndose después de la independencia, mientras los garimpeiros del Brasil ocuparon medio continente y los pioneros angloparlantes en Norteamérica se expandieron por la mayor parte del territorio de México, las naciones de Hispanoamérica se sumergieron en un enredo de leyes y decretos expedidos por una burocracia mezquina y paralizante.  Hispanoamérica se encogió y fragmentó.
En Colombia hubo un corto episodio de pionerismo en el Siglo XIX en Antioquia. Una legislación minera sencilla y abierta, permitió un auge local de la explotación de metales preciosos. En medio de la modorra de la Colombia feudal de esa época, en Antioquia se formó una clase media y se iniciaron los primeros ensayos de industrialización. Posteriormente, la burocratización asfixió la exploración. Hubo ensayos desastrosos de actividad minera estatizada; como el caso de la explotación de esmeraldas. Al crear un monopolio oficial por medio del Banco de la República, el minero artesanal quedó fuera de la ley y con esto se formó una de las mafias más tenebrosas que se han presentado en Colombia.
La exploración se ha visto sepultada bajo una avalancha de trámites, papeleos, reglamentaciones absurdas y francos abusos burocráticos. Esa noble y viril tarea del pionero que buscaba metales preciosos, minerales diversos y plantas exóticas carece de sentido, cuando para que le reconozcan los derechos de sus hallazgos, debe presentar capacidad económica ¿Acaso no se dan cuenta que el prospector minero es una persona pobre que busca mejorar su situación económica explorando? Nuestros sapientes legisladores no pueden entender que la minería de oro de Antioquia favoreció la movilidad social y que esta actividad es una válvula de alivio de tensiones sociales. El hombre emprendedor y pobre perdió esa posibilidad, por lo cual no es extraño que en Colombia hayan proliferado las actividades delictivas. Quien pudiera estar buscando minerales ahora tiene que dedicarse al narcotráfico, al contrabando o  la subversión. Cuantos colombianos se hallan subsistiendo en las ciudades  con la venta de chucherías, la mendicidad, el atraco y el crimen callejero, mientras más de medio País es territorio vedado para cualquier clase de iniciativa. Más grave aún es la satanización de la actividad minera, al crearse toda una serie de tabúes ecológicos, raciales etcétera, la explotación minera la volvieron una actividad delictiva casi equiparable al narcotráfico. La gran y mediana minería de metales preciosos podrían aliviar la crisis fiscal y la pequeña minería sería la redención económica para miles de familias. Pero unas políticas gubernamentales torpes y restrictivas están llevado la extracción del oro por el triste camino que transitó la minería de las esmeraldas.   
Toda esa maraña de leyes absurdas, también ha llevado a la ilegalidad la recolección y transporte de material vegetal; si en esta época se explotaran plantas tales como la quina, esta actividad sería un delito. La actitud inquisitorial ha llegado tan lejos que hay grupos ambientalistas que pretenden que el cultivo de arroz en Casanare de estar sujeto a permiso ecológico.


 Jaime Galvis V.

Sunday, February 16, 2014

Mineria en los Santanderes


por Jaime Galvis Vergara
Los departamentos de Santander y Norte de Santander son en su mayor parte territorios montañosos, no aptos para la agricultura mecanizada. Las planicies son reducidas y de suelos poco fértiles, ácidos y con alto contenido de aluminio. La agricultura de las áreas montañosas, donde se encuentra la mayor parte de la población rural, es rudimentaria, muy precaria y ha sido un generador de intensos procesos erosivos. Las mejores perspectivas económicas para estos departamentos se presentan en el subsuelo y los derivados industriales que se generen en la minería y los hidrocarburos. Durante varias décadas los Santanderes fueron los principales productores de hidrocarburos en Colombia, por lo cual se creó la refinería de Barrancabermeja junto con algunas plantas menores de petroquímica tales como Ferticol; en Tibú existió una pequeña refinería. La producción de hidrocarburos decayó en ambos departamentos, en especial en Norte de Santander. Al mismo tiempo las antiguas zonas petroleras del Magdalena medio y el Catatumbo cayeron en una espiral de violencia.
Si se analiza la estructura geológica de los Santanderes y en especial el denominado Macizo de Santander, territorio compartido  por ambos departamentos y las amplias zonas sedimentarias que lo rodean, se puede ver un amplio abanico de posibilidades mineras.
El primer centro de población en los Santanderes, fue Pamplona y se fundó en 1549 en el centro del Macizo de Santander, se erigió como un centro de actividad minera de metales preciosos.
El Macizo de Santander es un complejo geológico excepcional en varios aspectos. Comprende la mayor exposición de rocas del Precámbrico en la Cordillera Oriental, presenta una actividad magmática intensa y variada, esto ha producido manifestaciones minerales variadas y complejas. Allí se presentan las únicas mineralizaciones de oro y plata de interés económico de la Cordillera Oriental. Las principales ocurrencias de pegmatitas (rocas ígneas silíceas potencialmente productoras de metales tales como estaño, litio, berilo, wolframio, etc.) en Colombia se encuentran en el Macizo de Santander. Las primeras manifestaciones de minerales radioactivos descubiertas en Colombia, se hallaron en la región de California. Una gran caldera volcánica en la localidad antes mencionada presenta, además de los conocidos depósitos de oro y plata, manifestaciones de cobre, zinc, plomo, antimonio etc., es un complejo polimetálico en el cual ha habido hasta pequeñas explotaciones de manganeso volcanogénico.  Esta clase de mineralizaciones se encuentran en menor escala en otras localidades del Macizo de Santander, tales como Vetas, Cachirí, Cucutilla, Silos, Tona, Cachira, Cácota, etc., no hay estudios concluyentes respecto a las localidades mencionadas.
Un aspecto muy importante en el Macizo de Santander es el de las pegmatitas, de las cuales numerosas manifestaciones. Este tipo de mineralización produce varios minerales de uso industrial, además es la fuente de algunos elementos químicos poco comunes de gran interés en la electrónica moderna. Hay pegmatitas en las localidades de Bochalema, Cucutilla, San José de La Montaña, Durania, Chitagá, Toledo, Labateca, Abrego, Tona y Umpalá. En algunas de esas localidades se han explotado feldespatos y micas para usos industriales. Las pegmatitas presentan además perspectivas para la localización de  metales tales como estaño, berilio, litio, tantalio, niobio, wolframio, rubidio, cesio, tierras raras y en algunas localidades minerales radioactivos.
Fuera del Macizo de Santander, los dos departamentos en mención presentan una génesis mineral amplia con buenas realidades y posibilidades económicas. En los extensos depósitos sedimentarios y las fajas de actividad magmática diferentes a las del Macizo se encuentran recursos minerales muy importantes.
En primer lugar cabe hacer referencia a las rocas sedimentarias.   En Santander se encuentran enormes reservas de calizas, posiblemente las más grandes del País, se presenta una gran faja entre el río Suárez y el piedemonte de valle del Magdalena, desde la población de Florián hasta San Vicente de Chucurí, un segundo cinturón se extiende desde el municipio de Puente Nacional hasta la Mesa de Los Santos. Además se encuentran espesos niveles de calizas en la cuenca del río Fonce, en la provincia de García Rovira y al Norte de Bucaramanga. En Norte de Santander se presenta una faja de calizas de gran espesor al Occidente del río Catatumbo desde el caserío de Las Mercedes hasta el río De Oro en la frontera con Venezuela. Hay un cinturón discontinuo que se extiende desde la población de Arboledas hasta la localidad de La Ye al Oriente de Sardinata. Se encuentra una faja discontinua de menor longitud, paralela al río Tachira entre la población de Ragonvalia y proximidades de Villa del Rosario. Además hay techos calcáreos aislados en la provincia de Ocaña en localidades tales como Mesarrica, Paramillo y en la serranía que divide aguas entre los ríos Sardinata y Tarra al Occidente de Villacaro.              
En segundo lugar pueden mencionarse los carbones, de los cuales hay mayores reservas en Norte de Santander, en este departamento se encuentran carbones en la cuenca hidrográfica del río Catatumbo en dos ambientes geológicos muy diferentes: uno en las vertientes de los ríos Pamplonita, Tachira y Zulia, carbones parcialmente coquizables en mantos de buena continuidad y espesores modestos; el otro ambiente geológico se halla en la cuenca del bajo Catatumbo, al occidente de la población de la Gabarra, allí hay una secuencia de carbones muy afines a los que se explotan en la Jagua de Ibirico, presentan buenos espesores y posiciones estructurales favorables para explotaciones a cielo abierto en áreas amplias. En Norte de Santander hay una tercera zona con reservas de carbón en la región del alto Arauca, principalmente en el municipio de Toledo, estos son los carbones de mejor calidad para coquización en el departamento.
Las perspectivas en Santander son más reducidas y las reservas menos conocidas. Los principales mantos de carbón en Santander se encuentran a lo largo de un cinturón que se extiende desde el río Minero en el límite con Boyacá hasta el río Sogamoso, presentan amplia variación en calidad desde antracitas y hullas coquizables hasta lignitos. Los espesores también presentan grandes variaciones, desde mantos de 5 metros, hasta cintas de escasos centímetros. No hay extensiones que permitan explotación a cielo abierto. Además del cinturón mencionado Hay manifestacione de carbón de menores dimensiones en la provincia de García Rovira, en las localidades de Molagavita y El Cerrito.
Otros minerales de interés que se presentan en las secuencias sedimentarias de los Santanderes son los fosfatos. En Norte de Santander los fosfatos se presentan en las secuencias sedimentarias del Cretáceo, asociados a las calizas superiores de ese período geológico se presentan en  Sardinata (donde se explotan), Gramalote, Salazar, Lourdes, Arboledas, en general con tenores de P2O5 mayores de 20 %. Hay una extensa faja de fosfatos paralela al río Catatumbo, del caserío de Orú hacia el Norte donde se presentan espesores superiores a 3 metros. En Santander hay dos cinturones de roca fosfórica, uno al Occidente de la serranía de Los Cobardes con amplios afloramientos en San Vicente de Chucurí y la localidad de La Azufrada al Occidente de Bucaramanga. Otro cinturón, poco conocido, infrayace a la secuencia estratigráfica que contiene los carbones entre los ríos Minero Y Sogamoso. En general los tenores de P2O5 son superiores a 20 %.
En las rocas sedimentarias de Santander se presentan los mayores yacimientos de yeso de Colombia en los municipios de Los Santos, Zapatoca y Villanueva.
Adicionalmente a los minerales enunciados, en la base de la secuencia de rocas sedimentarias de los Santanderes hay minerales tales como barita y fluorita los cuales han sido explotados en forma artesanal.
La actividad magmática no relacionada directamente con el Macizo de Santander, también produjo algunos depósitos minerales interesantes tales como el skarn (mineralización polimetálica) de las cabeceras del caño Castillo en el bajo Catatumbo, los depósitos de caolín de la región de Oiba y Confines, producto de la meteorización de una cúpula riolítica, las arcillass de la provincia de Ocaña desarrollados a partir de cenizas volcánicas. Las arcillas de la región de Cúcuta de excelente calidad se encuentran en depósitos de cenizas y brechas volcánicas provenientes de focos efusivos en el Táchira (Venezuela). La actividad magmática también fue el origen de arenas silíceas de alta pureza en la región de Sabana de Torres y La Gómez al Noroeste de Bucaramanga, las cuales son producto de la meteorización de una roca ígnea altamente silícea.
Hay amplias áreas de los Santanderes inexploradas o poco conocidas en las cuales hay posibilidades metalogénicas, tales como las cuencas de los ríos De Oro, Tarra y Catatumbo y la región del Sarare en  Norte de Santander y la Serranía de Los Cobardes en Santander en la cual se han hallado los mejores indicios de minerales radioactivos de Colombia. Desafortunadamente la costumbre de crear parques nacionales y reservas sin estudio geológico ha llevado a congelar en forma absurda, riquezas minerales necesarias para el desarrollo de los departamentos en mención.             
La industrialización de los Santanderes requiere materias primas de origen mineral. Actualmente, las principales industrias de Norte de Santander, tales como la cerámica, con una empresa de gran tamaño y otras menores, el cemento del cual hay una factoría, el concreto y la coquización de carbón elaboran productos de la minería. En una economía tan frágil como la de Norte de Santander, cuya principal actividad productiva es el comercio fronterizo, actualmente semiparalizado y con perspectivas de empeorar; la minería e industrias conexas constituyen una posibilidad muy interesante, producción de cales y cementos en instalaciones adicionales a las existentes; producción de fertilizantes fosfatados; explotación de las reservas carboníferas de La Gabarra, aumento y tecnificación de la producción de coque y posibilidades de instalar una planta carboquímica. Diversificación de la industria cerámica, para producir loza, porcelana sanitaria, etc., en Cúcuta y la región de Ocaña. Estudio del skarn del Catatumbo, con el fin de conocer la paragénesis mineral y si hay reservas para una planta metalúrgica por lo menos primaria. Fomento a la explotación de micas, feldespatos y mármoles lo cual puede dar un alivio económico a poblaciones paupérrimas de la Cordillera. Fomentar la producción de fluorita (mineral indispensable en labores de fundición) y barita, en la provincia de Ocaña.    
En Santander, las industrias existentes que elaboran materias primas de origen mineral son muy pocas. Una fábrica de cemento semiparalizada en Bucaramanga y otra en San Gil. Producción artesanal de cales. Industria cerámica poco desarrollada, en general en unidades semi-artesanales. Un aspecto generalmente ignorado, es la importancia de la joyería en Bucaramanga, esta actividad económica es uno de los grandes generadores de empleo en dicha ciudad. La orfebrería ha tenido una fuente de suministro en el distrito minero de California y Vetas, lo cual nunca han tenido en cuenta quienes quieren liquidar la actividad minera en la región.
Para la economía de Santander sería de gran importancia incrementar la industria del cemento, el departamento cuenta con inmensas reservas de caliza y las únicas minas de yeso de verdadera importancia en Colombia. La producción de cal para diversos usos debería tener gran importancia, basta anotar que las cales que consumen los cultivos de palma africana en Santander proceden de otros departamento. Las reservas de yeso pueden dar lugar a la producción de dry wall industria ampliamente conocida y desarrollada en el Mundo. Los depósitos de arenas silíceas de Sabana de Torres pueden dar lugar a industrias del vidrio. Los caolines de Oiba y Confines constituyen una magnífica materia prima para cerámica y aún porcelana, además de otros usos del caolín tales como la producción de papel, pinturas, filtros y usos medicinales. En Santander hay carbones coquizables que pueden procesarse en el departamento, como lo hacen en Norte de Santander y Boyacá. Los fosfatos de Santander presentan buenas posibilidades, solamente se conocen muy superficialmente.    
Los yacimientos auríferos de California y Vetas presentan otros metales, tales como cobre, zinc, plomo, antimonio, los cuales podrían tener un procesamiento metalúrgico.
En conclusión, la actividad minera puede ser el motor industrial de los santanderes, si se incentiva la exploración y cesa la satanización de esta actividad. Para esto se necesita el suficiente sentido común para pensar que no se pueden estar congelando los territorios sin conocer su potencial minero. Aldeas paupérrimas enclavadas en las montañas tales como Cucutilla, Charta, Bucarasica, Confines, Silos, Mutiscua, Cácota, El Cerrito, Hacarí, Onzaga, Bábega, Santa Elena del Opón, Cáchira, El Encino, y muchos otros, pudieran tener un paliativo de su miseria en actividades mineras, si se examinan concienzudamente y cesa esa absurda campaña mediática contra esas actividades. El verdadero daño ecológico en los Santanderes lo produce esa agricultura de montaña, en altas pendientes, la cual solo produce erosión y miseria.


              

El desdén por la región Caribe

por Jaime Galvis Vergara
Tradicionalmente el Gobierno Central de Colombia ha menospreciado la región Caribe y sus habitantes, esto constituye casi una tradición. Históricamente se pueden enumerar muchos síntomas de este olvido sistemático. Solamente hasta la década de los cincuenta se hicieron trochas carreteables a la Costa Atlántica; caminos de herradura amplios para que pudieran transitar vehículos. Al final de dicha década se emprendió la construcción del denominado ferrocarril del Magdalena, una obra hecha con mezquindad  en la cual se omitió comunicar las dos principales ciudades de la Costa, Barranquilla y Cartagena. El propósito de dicho ferrocarril fue facilitar el transporte de carga de importación para la Capital y algunos centros urbanos del Interior del País, por tanto el pequeño puerto de Santa Marta bastaba. Para los sucesivos gobiernos el único interés en la Costa radicaba en sus playas turísticas.
En la época del Frente Nacional la discriminación regional fue especialmente notoria, “Planeacion Nacional” impidió la creación de una planta siderúrgica integrada en Barranquilla.  Se construyó ¡por fin! Un puente sobre el río Magdalena, una obra de dimensiones mezquinas, que por su altura impidió la navegación aguas arriba. Se creó un parque nacional en la isla de Salamanca, el cual impedía los desarrollos portuarios en al margen oriental del río Magdalena ante la alharaca ambientalista. En resumen se estableció un cerco con el fin de asfixiar a la ciudad de Barranquilla y sus posibilidades portuarias.
Adicionalmente el Gobierno decidió nacionalizar la energía eléctrica, estableciendo que la generación y venta de energía sería un monopolio del Estado. Por tanto la Compañía Colombiana de Electricidad cuyas plantas abastecían a la región Caribe fue nacionalizada; El Gobierno no dispuso de fondos para los urgentes ensanches que el sistema requería, por tanto vinieron los racionamientos, este fue un traumatismo tan grave para la industria costeña que estancó la actividad manufacturera por muchos años.
Otro de los grandes frenos que el Gobierno de Colombia le puso al desarrollo del Litoral Caribe fue la creación de Colpuertos, un paquidermo burocrático por medio del cual se administraban los puertos desde Bogotá, hasta la reparación de una grúa debían hacerla técnicos enviados desde la Capital. Colpuertos logró que las operaciones portuarias de Colombia fueran de las más costosas del Mundo.
La principal área agroindustrial en la región, la zona bananera de Santa Marta fue abandonada e invadida por rastrojos.
Con todos los problemas mencionados además de pésimas vías de comunicación, la Costa Atlántica sobrevivió al Frente Nacional. Pero la actitud de desdén persistió, disminuyó el bloqueo del desarrollo Caribe pero las actitudes hostiles no desaparecen. La instalación de una planta automotriz de camperos en Barranquilla fue impedida desde el alto gobierno. Un gran proyecto siderúrgico de las firmas Vale del Brasil y Acesco de Colombia fue olímpicamente ignorado por el alto Gobierno, el gas natural que se requería para la reducción del mineral de hierro, actualmente se exporta a Venezuela. La parte peninsular de la Guajira fue declarada resguardo indígena Wayu y la salina de Manaure entregada a los indígenas. Por tanto está prácticamente vetado el establecimiento de otras explotaciones salinas, además, la que entregaron a los wayu amenaza ruina. El Gobierno se ha propuesto que en la Guajira peninsular impere solamente el contrabando. La gerencia de Cerromatoso fue trasladada a Bogotá. Monómeros, empresa líder en Barranquilla fue vendida irresponsablemente, convirtiéndola en un triste apéndice del caos venezolano.
Por último empezaron a aparecer augurios del regreso a las políticas del Frente Nacional. A finales del año 2010 ocurrieron inundaciones catastróficas en los departamentos de Bolívar y Atlántico, el Gobierno Nacional, por boca del Presidente se limitó a anunciarle a los damnificados que les había llegado la Bendición Papal. Pero ayuda material ninguna, los habitantes de esa región pasaron más de dos años con sus casas y tierras de cultivo anegadas sin que se presentara solución alguna. Ni la bendición del papa se repitió. Ante la espantosa miseria de los municipios de la margen oriental del rio Magdalena el gobernador del departamento del Magdalena decidió reconstruir una antigua vía hoy desaparecida abriendo una licitación, la cual desencadenó toda una tormenta mediática en contra en la Capital del País, los ambientalistas rasgaron sus vestiduras, los tinterillos le encontraron no sé cuantos vicios de “forma” e ilegalidades, las asustadurías se alborotaron y en resumen el proyecto parece cancelado. Algo bien triste, ya que poblaciones tales como Sitionuevo, Remolino, Guáimaro, Salamina, El Piñón, Cerro de San Antonio, Pedraza, Heredia y Tenerife son aldeas paupérrimas donde las aguas negras fluyen por las calles y las viviendas son chozas sin servicios. Las condiciones de vida allí son comparables a las zonas más pobres del Chocó. En el pomposo Ministerio del Transporte poco les importa la miseria de esa región.
Curiosamente, en el desdén por la región Caribe coinciden el Gobierno y demagogos de la Izquierda festiva, algún parlamentario insidioso “descubrió” un proyecto agroindustrial que se adelanta en Pivijay con apoyo de capitales brasileños e israelíes, inmediatamente empezó a satanizarlo diciendo que se trata de una apropiación indebida de baldios. Es el único proyecto agroindustrial de relieve en la zona y puede ser una redención económica para la región, pero ahí está el propósito de sabotearlo. Afortunadamente parece que el marxista de pacotilla no sabe que hay un proyecto de silvicultura en la cola de la ciénaga de Zapayán, el cual recibe apoyo económico de una empresa alemana productora de artículos de oficina, por que inmediatamente puede aparecer denunciando el imperialismo alemán.
Las relaciones de funcionarios del alto Gobierno con los problemas de La Costa, toman a veces un carácter pintoresco, casi estúpido, un ministro de agricultura recientemente afirmó que la represa de El Cercado en la Guajira era “un elefante blanco”, así se refirió a la única obra de almacenamiento de aguas e irrigación, que se ha construido en la región más seca de Colombia. Necesidades manifiestas tales como un nuevo puente con gálibo alto en Barranquilla, permanecen en el terreno de los anuncios. Lo único que realmente interesa a los funcionarios del Gobierno Central es la limpieza de las playas en Santa Marta y Cartagena para sus vacaciones, que la población viva entre el barro en la depresión de Mompox o en el bajo Sinú carece de importancia.
Por último cabe hacer mención a la bofetada que recibió la Costa Atlántica, en lo referente a las próximas elecciones presidenciales. Para dichos comicios se presentó la candidatura del doctor Eduardo Verano de la Rosa, con la bandera de la regionalización del País ante el asfixiante centralismo que está operando. En unas elecciones anteriores esta propuesta anti-centralista del doctor Verano recibió en la Costa aproximadamente 3 millones de votos. En esta ocasión el candidato mencionado reunió las firmas de respaldo para su aspiración pero el Concejo Electoral no las aceptó. No hay una explicación pública de porqué fue tomada esa actitud. ¿Hay juego limpio ahí? ¿Los señores del Concejo Electoral consideran que los ciudadanos del litoral Caribe son menores de edad? Todo parece indicar que hay una actitud excluyente carente de ética.