Saturday, October 17, 2015

VERDADERA AGRESION

En los medios gubernamentales de Colombia hay una exagerada hostilidad respecto a toda clase de comentarios que critiquen el proceso de paz con las Farc. El que disiente de lo que acuerdan en esas conversaciones es titulado de guerrerista, de fascista y otros epítetos.


Hay un aspecto al cual hay muy pocas referencias y es el tono de dirigirse las Farc a la ciudadanía. Hay un medio de divulgación de dicho movimiento guerrillero, denominado Anncol, al cual se puede acceder por Internet.  Allí se presentan toda una serie de escritos, editoriales etc., en los cuales  proliferan las amenazas y las actitudes agresivas. 


El Gobierno de Juan Manuel Santos es muy susceptible a la crítica que le hacen los escasos medios de comunicación legales y realmente independientes, pero las publicaciones de Anncol son virulentamente críticas del Gobierno, un editorial tal como el de lunes 10 de Septiembre del presente año el cual se titula ”Ilusiones sin expectativas: La Economía Colombiana en profunda crisis.” Dicho editorial en su primera parte dice lo siguiente: “ El Oligopolio Mediático Contrainsurgente de Colombia, del cual hacen parte la Oficina de Prensa de la Presidencia, junto con los periódicos de la familia Santos y su sobrino semanal, insiste en “maquillar” y mostrar la terrible realidad de la crisis general en que se encuentra la sociedad colombiana, como si no pasara nada, lo que recuerda la copla popular colombiana “del pobre Lara que escupió pa’rriba y le cayó en la cara”…”, el mencionado editorial continua en la misma tónica, es un texto que deja corto a un opositor de la talla de Fernando Londoño.


El estamento judicial también es aludido en editoriales tales como el publicado el30 de Septiembre Titulado “Dos Funcionarios de un promisorio Pasado”; se expresa así: “Reyezuelos en su pino (sic), típicos representantes dela arrogante y prepotente casta clientelista colombiana que ha gobernado el país durante siglos cambiando votos por puestos públicos y obviamente por presupuesto de la nación y defendiendo sus privilegios a mordizco limpio. El Fiscal Monte Alegre que dispone de 30 mil puestos a su leal saber y entender y un presupuesto de un millón de dólares diarios que le permite hacer oscuras maniobras contractuales con la señora Natalia Springer von Schwarzenberg (que  se llamaba hasta Febrero de 1999 NATALIA MARIA LIZARAZO  GARCIA) y el Procurador Ordóñez  con más de 3500 cargos a su disposición y presupuesto semejante al que maneja el Fiscal. Una alusión así hecha por un ciudadano de a pié puede significarle que la Fiscalía lo “judicialice” y pueda ir a para al “bunker”.  


También vale mencionar escritos referentes directamente a Juan Manuel Santos, desde algunos hace meses en que lo calificaban de bipolar, hasta los más recientes. Una columna titulada “Vale la Pena Seguir en La Habana” aparecida el 19 de Octubre, dice en uno de sus apartes: “… ¿Cuál de estos dos sectores de la Oligarquía se impondrá en el próximo futuro? De momento parece ser que a pesar de las fluctuaciones, indecisiones y bandazos y tartamudeos típicos del presidente Santos y gracias a la flexibilidad de la comandancia de las Farc, para no dejarlo patear la mesa de La Habana…). ¡Que el adversario lo odie es explicable, que lo desprecie es preocupante!  


Por último se puede mencionar la actitud de los editoriales y columnas de Anncol respecto a los problemas con Venezuela. Abiertamente toman partido por el país vecino. ¿Eso no es lo que llaman traición a la Patria?


Jaime Galvis Vergara  

Sunday, October 11, 2015

OTRO IDIOMA

En Colombia, además de las lenguas de los grupos indígenas, existen dos idiomas, uno de ellos es el lenguaje popular con sus diferentes modalidades regionales, es un Español colombianizado. El otro idioma es ese lenguaje pomposo y alambicado, tan frecuente en los medios gubernamentales y en ciertos periódicos,, el cual le produce desconfianza y a veces repugnancia a la generalidad de los colombianos. Este último es muy característico en sus frases y en el uso de ciertos términos. En cierto modo recuerda al “hexagonal” de los franceses, el cual por pretender ser refinado se torna ridículo y empalagoso.

Las muletillas del segundo idioma en Colombia son muy abundantes y generalmente le dejan al lector la sensación de que le están tomando el pelo. Frases tales como: “tomar medidas”, “abrir espacios”, “limar asperezas”, “actores armados del conflicto”, “dictar medida de aseguramiento”, “sufragar gastos”, “crear vínculos”, “dirimir conflictos”, “delegar funciones”, “crear consensos”, “arbitrar recursos”, “hacer votos”, “investigación exhaustiva”, “canales de distribución”, “actividades lúdicas”, “erogaciones cuantiosas”, “perdida de investidura”, “ajustes tributarios”, “imponer sanciones pecuniarias”, “auscultar la opinión”, “velar por el cumplimiento”, “régimen de bancadas”, “necesidades básicas insatisfechas”, “gasto suntuario”, “concierto para delinquir”, “derechos especiales de giro”, “el agro”, “amigable con el medio ambiente”, “desarrollo sostenible”, “facilidad del clima de inversión”, “soberania alimentaria”, “tierras sometidas a extinción de dominio”, “cátedra de la paz”, “órganos competentes de nuestra institucionalidad”, “conexidad política”, “marco de comprensión o paradigma”, “restricciones de la libertad bajo condiciones especiales y diferenciadas”, piedra angular”, “interiorización del respeto a los derechos humanos”, “estar en mora de” : Toda esa verborrea llena de supuestos giros literarios, saturada de tropos y eufemismos, con indudable dejo de hipocresía satura los escritos jurídicos, políticos, económicos y a veces hasta los partes policiacos revistiendo todo de una solemnidad ridícula. Cualquier noticia de baranda de juzgado esta plena de  frases tales como “el presunto individuo”, “la víctima del deceso”, “con una expresión ominosa” u otras barbaridades por el estilo.

En toda clase de escritos en Colombia es frecuente la búsqueda de palabras rebuscadas y de giros complicados y empalagosos. Para el común de los colombianos toda esa jerga supuestamente refinada es un verdadero castigo es algo que se conoce como carameleo. Esto se nota inmediatamente en cualquier comunicado oficial y curiosamente lo resalta el escritor peruano Mario Vargas Llosa en su novela titulada “La Fiesta de Chivo”. 

La literatura gubernamental colombiana se parece un poco al complicado lenguaje usado por la burocracia virreinal en la época de la colonia. Ese gongorismo tropical, lleno de cultismos y metáforas es profundamente antipático para el ciudadano común y corriente, por lo cual algún gobernante reciente que gusta de hablar en “Colombiano”, continua teniendo una gran popularidad a pesar de no llevar las riendas del poder. Eso de hablar de gasto y no de erogación o de platica en vez de efectivo ha sido un gesto de cortesía para el ciudadano de a pié que lo agradece. En este País la pomposidad en los discursos y  en los comunicados de radio y televisión siempre ha sido una barrera entre los gobernantes y la ciudadanía.     

Jaime Galvis V.

MARASMO

Esta palabra define muy bien un estado de ánimo, de una persona, de una familia o de un país. Cuando no hay interés en algo, no hay proyectos, no hay esperanza ni ilusiones, domina el desgano, se presenta un marasmo. En lo personal puede desembocar en una depresión, pero cuando se trata de un país, puede llevarlo a situaciones verdaderamente miserables. Esta situación la vivieron los países de Europa Oriental dominados por la Unión Soviética, al no poder tomar decisiones, tuvieron que resignarse a recibir órdenes, la rutina acabo con toda iniciativa. Esto fue un marasmo inducido.


También puede presentarse por otras causas, por ejemplo la situación de Gran Bretaña después de su ruinosa victoria en la Segunda Guerra Mundial, muy bien descrita por Doris Lessing. Algo muy similar se presentó en la España de Fernando VII, donde por cierto, el marasmo duro varias décadas. Esa especie de atonía, esa sensación de Impotencia también dominó a Norteamérica durante la Gran Depresión. En Latinoamérica se está presentando un marasmo en varios países. Gobiernos que no inspiran entusiasmo ni respeto están acabando con la voluntad de hacer y progresar. Un populismo barato, una publicidad asfixiante, una corrupción rampante, están acabando con el deseo de progresar. Algunos países tales como Venezuela y Brasil se encuentran con crecimiento negativo, en todos, crece aceleradamente la deuda externa.


Colombia no es la excepción, la declinación en todos los aspectos es indudable, las exportaciones han descendido continuamente, la industria se encuentre estancada, otro tanto sucede con la agricultura, la minería está en crisis, otro tanto sucede con la industria de petrolera, la actividad comercial tiende a paralizarse. Se le hace énfasis al turismo, pero la ocupación hotelera también presenta síntomas de parálisis.    


Ante ese cúmulo de problemas, el Gobierno se dedica a los anuncios, se mencionan hallazgos petroleros que resultan ilusorios, se licitan toda una serie de autopistas sin tener dinero para su construcción, se anuncia una expansión agrícola de un millón de hectáreas, pero ni siquiera informan dónde, se mencionan incentivos para la industria, pero a esta actividad se le desarrolla una persecución continua, llueven las acusaciones y con ello las multas. Esto ha llevado a que las grandes compañías estén invirtiendo fuera del País con el posible propósito de expatriarse. La minería ha sido sometida a una satanización continua, por lo cual unas empresa tales como Mineros Nacionales prefieren invertir en Centroamérica. Otra empresa minera con más de mil trabajadores está a punto de cierre por extorsión continua y el asesinato de sus colaboradores, en esto el Gobierno no se ha manifestado. Miles de colombianos están siendo expulsados de Venezuela y la ayuda oficial ha sido mínima. A la zona fronteriza de Norte de Santander y Arauca la dejaron para lo último en los planes de “autopistas” por lo cual ni siquiera va a participar en el reparto de promesas.


Para acabar de completar los ingredientes de la crisis, hicieron una reforma tributaria que sepultó a los empresarios, la carga tributaria acabó de acentuar la parálisis. Pregonan unas cifras de desempleo que la ciudadanía sabe que son falsas. 


Para distraer la galería, el País dispone de un poder judicial desmesurado, que sirve de espectáculo creando procesos  dignos de Vishinsky. Por algo dice que una “medida de aseguramiento” no se le niega a nadie. 


A los colombianos se les presenta como un Nirvana la Paz, pero en esto le ocurre como con la Divina Providencia, siempre viene después. Mientras tanto la economía de Colombia se hunde. 


Jaime Galvis V.