Sunday, September 27, 2015

Gauche Caviar

Con estas dos palabras distinguen en Francia lo que aquí en Colombia se denomina la Izquierda Festiva. Siempre la literatura marxista denostó de la “burguesía”, pero los gustos y gastos de la mayor parte de los izquierdistas muestran una actitud no solamente burguesa sino a veces aristocratizante

Donde tuvo su mayor expresión la Gauche Caviar fue en Francia y especialmente en la Francia de la post-guerra, allí toda una serie de petimetres se convirtieron en los gurúes de la revolución mundial. 

Mientras en Europa Oriental una serie de grises burócratas tiranizaban los respectivos países bajo la férula de la Unión Soviética, los intelectuales franceses teorizaban. La cabeza visible de ese grupo fue Jean Paul Sartre, además se pueden contar personajes tales como Paul Eluard, André Breton, Louis AragonLouis AlthusserRegis Debray (quien pretendió redimir a Bolivia), Francois Mitterrand (de triste recuerdo en Ruanda), todos ellos arrogantes y amigos del buen vivir, muy lejos del proletariado. 

El Partido Comunista, era dirigido por funcionarios menos vistosos tales como Jacques Duclos y Maurice Thorez. Al mismo tiempo que prosperó esa izquierda de salón en Francia, aparecieron una serie de izquierdistas latinoamericanos quienes llegaron en condiciones modestas pero rápidamente le tomaron sabor a la vida parisina con sus trufas, su caviar y sus chismes. Surgió el “boom” latinoamericano, casi uninánimente, los escritores latinoamericanos se matricularon en esa izquierda gozona y dogmática. Empezaron como una sencilla Gauche Boudin para transformarse en una Gauche Caviar de habla española. Personajes tales como Pablo Neruda, Octavio Paz, Miguel Angel Asturias, Alejo Carpentier, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y otros, tuvieron dos características muy especiales, por un lado su izquierdismo teórico y por otro el amor por la gran vida, algunos de ellos fueron diplomáticos casi vitalicios. Algo en común en todos fue la evasión de su terruño, sus compatriotas les inspiraron tanta indiferencia como los proletarios, tema de su ideario. Algunos abjuraron de su posición política, pero no del hedonismo. Bien se puede afirmar que Tagore y Tolstoi no fueron sus paradigmas.

Hasta aquí tenemos una Izquierda poco sincera pero de indudables méritos literarios, ahora se puede descender a realidades bastante toscas en Colombia.

En Colombia en el Siglo XX hubo una serie de teóricos marxistas, dogmáticos, de poco vuelo y escasa imaginación, pero costumbres austeras, fue una especie de Izquierda de Tamal y Chocolate. Fue la era de Gilberto Vieira, Orlando Fals Borda, Gerardo Molina, Diego Montaña Cuéllar, Eduardo Umaña Luna y otros. Repentinamente surgió un esperpento, los guerrilleros del Chicó. Jóvenes de muy “buena familia”, ligados a grandes empresas periodísticas, se disfrazaron de marxistas. Alternaban costosas especializaciones en universidades del exterior con las predicas de la revolución, una Gauche Caviar criolla. 

Cuando se gastó el esquema surgió otro engendro, el marxismo-oportunismo. El heredero de una familia ultraconservadora se tornó un emisario de las Farc, una parlamentaria locuaz y mentirosa se volvió líder y mensajera de la subversión, anda cargada de joyas, desbarrando de Colombia en Venezuela, un parlamentario de dudosa seriedad se dedicó explotar su obituario personal y a inventar masacres para esquilmar el presupuesto nacional, un locutor petimetre se apoderó de los medios del Distrito de Bogotá para divulgar noticias sesgadas, una “politóloga” con apellido prestado cobra millones por escribir perogrulladas, un fiscal codicioso inauguró el sistema radial acusatorio y el mercadeo de falsos testigos y de contratos amañados. ¿Serán estos los futuros gobernantes de Colombia?    

Jaime Galvis Vergara  

Sunday, September 20, 2015

Decretos

Tradicionalmente se ha dicho que Colombia es un país de leyes, pero si se examina el devenir de los actos gubernamentales se puede afirmar que Colombia es un país de decretos. Las leyes a menudo son demasiado generales y cuentan con algún rosario de micos, por lo cual se expiden decretos para reglamentarlas (y de paso deformarlas), por tanto lo que el público recibe es toda una serie de decretos. Además continuamente se expiden decretos sobre todos los aspectos de la vida ciudadana. Se puede afirmar que Colombia se gobierna por una decretocracia.

Una de las definiciones de la palabra decreto dice así: “Un decreto es un tipo de acto administrativo emanado usualmente del poder ejecutivo y que generalmente posee un contenido normativo reglamentario, por lo que su rango es jerárquicamente inferior a las leyes.”

Los decretos los emite el Presidente de la República, los ministros, los gobernadores y los alcaldes y en esto los mandatarios de los diversos niveles son supremamente prolíficos y solamente están limitados por la imaginación del funcionario y por sus conocimientos, ambiciones y prejuicios. Debido a esto el País está sometido a toda una serie de disposiciones absurdas. Por ejemplo, posiblemente la disposición del pico y placa se justifique en Bogotá, pero esto en  Popayán es un poco ridículo. El invento del día sin carro es un  absurdo en cualquier parte, pero que esto se decrete en Bucaramanga o en Duitama es absolutamente esnob. Muchos alcaldes decretan áreas de reserva para impedir las actividades del subsuelo ¿Tienen alguna noción del objeto de esa veda? ¿Creen que con esto detienen el calentamiento global o defienden la capa de ozono dela Tierra? Otros resultan prohibiendo la sísmica petrolera aduciendo que agota el agua o que produce sequias. La cultura de revista estáproduciendo estropicios. Pero la cosecha de decretos absurdos no solamente se presenta en las alcaldías, los ministros compiten seriamente, hace menos de un año una ministra propuso la prohibición de toda actividad humana por encima de 2.900 metros de altura (parece que era enemiga de los Incas), hace unos meses otro ministro del mismo ramo propuso un corredor ambiental con más de 600.000 kilómetros cuadrados (Ese señor no sabe que las grandes migraciones faunísticas se presentan en Africa Oriental y en la Tundra Siberiana, pero no en Colombia). Otra ministra está empeñada en bajar los aranceles aduaneros para la importación de azúcar, cuando el País presenta un enorme déficit en su balanza comercial.

El síndrome del decreto está produciendo en Colombia una parálisis de iniciativas, un empresario emprend una cría de ranas para la exportación, el consabido decreto le prohibió hacerlo porque esos batracios eran especies foráneas. Algunos exploradores hallaron tantalita (“Coltan”) en territorio Colombiano, automáticamente llovieron decretos prohibiendo su explotación. En países vecinos se explotan especies vegetales tales como la sarrapia, el guaraná, el Camucamu, en Colombia nadie se atreve a emprender algo similar por temor al decreto. En el Siglo XIX se extrajo quina y caucho de las selvas, el que lo intente ahora puede ser “judicializado”. La minería de oro es perseguida y satanizada, la explotación forestal esta moribunda, en Colombia se importa más madera que la que se importa (El censo agropecuario indicó que el 51 % del territorio es selva).

Ante el peligro del decreto quien puede emprender ? Lo vergonzoso y triste del caso es que hay millones de migrantes colombianos en el exterior buscando la subsistencia. La misma situación de Irlanda o Italia a finales del Siglo XIX.   

Jaime Galvis Vergara

Monday, September 07, 2015

EXPORTACIÓN

La escasez de artículos exportables ha sido un problema para la economía de Colombia. Un País con casi 50 millones de habitantes tiene una economía muy pequeña. La producción agrícola, industrial y minera es desproporcionadamente reducida en relación al tamaño del País. La infraestructura es muy deficiente, el sistema educativo pésimo, la maraña de trámites burocráticos es inverosímil, la corrupción está generalizada, la seguridad y el sistema judicial son caricaturescos.
Si se hace un examen sobre los posibles rubros de exportación, la situación no es halagadora. En primer lugar cabe mencionar la principal fuente de divisas, el petróleo, a la caída de los precios internacionales se agrega el agotamiento paulatino de las reservas. La exploración petrolera es un fracaso, porque el conocimiento geológico del territorio es en extremo deficiente. A esto se agrega una legislación incoherente y cambiante y condiciones de seguridad deplorables. Un sistema de contratación que parece diseñado para ahuyentar la inversión. 
El carbón, segundo rubro de exportación presenta un cuadro igualmente preocupante. Unos precios por el suelo, unas reservas que no son tan grandes como se creía, muy pocos depósitos explotables a cielo abierto. En el interior del País una minería semi-artesanal, de yacimientos pequeños, alejada de los puertos, sin posibilidades de progreso.
Un tercer rubro de exportación es el oro, en este mineral Colombia tiene un importante potencial, pero los medios de comunicación y amplios sectores del gobierno se han dedicado a satanizar la minería de metales preciosos; se han torpedeado los grandes proyectos y a los pequeños mineros se les considera poco menos que delincuentes. Los excesivos trámites burocráticos y el hostigamiento por parte de las corporaciones ambientales, las “comunidades”, las guerrillas y los mandatarios locales tienen la explotación de oro en un mínimo. Es triste saber que la mayor empresa extractora de oro en Colombia está trasladando sus actividades a Nicaragua. 
El mineral de hierro y al siderurgia pudieran ser toda una fuente de empleo y un multiplicados de empresas  para la exportación, pero la torpeza gubernamental ha hecho que las áreas con yacimientos ferríferos se declararan parques nacionales.  
La agricultura colombiana está muy limitada en sus posibilidades, el café se encuentra en franca decadencia, el cacao nunca despegó, la geografía de Colombia y sus suelos no son aptos para la producción de cereales en gran escala; la producción de soya es un sueño difícil de cumplir. La exportación de carne no ha despegado y en general la industria de alimentos para animales depende de insumos importados a altos precios. La palma africana que despegó con notable impulso se halla en crisis. El cultivo de algodón a gran escala fracasó. El tabaco va en vías de desaparecer por la persecución mediática del cigarrillo, parece que va a ser reemplazado por la marihuana. La producción de frutas es un tema bastante publicitado, pero exceptuando el banano, lo demás tiene unas dimensiones muy reducidas. La exportación de flores se encuentra prácticamente estancada. La madera y la celulosa pudieran ser importantes generadores de divisas, pero en un país donde la información oficial indica que más del 50 % del territorio son selvas, la industria forestal se encuentra casi proscrita por el ambientalismo histérico. Según algunas informaciones Colombia importa más madera de la que exporta.
Los dos litorales colombianos podrían tener una industria pesquera pero este tema no ha tenido mayor impulso, no hay una flota para pesca de altamar. La piscicultura litoral no ha prosperado, el cultivo de langostinos fue un fracaso. En Colombia se importa pescado de lugares tan remotos como Vietnam.
¿Cómo se van a conseguir divisas?
Jaime Galvis Vergara.