Sunday, November 26, 2017

LA DIVINA COMEDIA - Jaime Galvis V.

En Colombia, el teatro ha tenido poco desarrollo, a lo largo de la historia. Ha sido una actividadque nunca ha tenido relieve internacional. Sin embargo muchos de los sucesosimportantes del transcurrir nacional han presentado un inocultable carácter de comedia. ¡Peor aún de comedia bufa! 


Desde la Independencia se notó el histrionismo en la vida nacional. La guerra de independencia dirigida por militares venezolanos tuvo en Colombia episodios teatrales dignos de Molière. La aristocracia criolla recibió con homenajes y saraos por igual a Pablo Morillo o a Simón Bolívar, depende de cual llegara triunfante a Santafé de Bogotá. La galería de próceres granadinos presenta más oradores y políticos astutos que militares y estadistas. Por tanto pulularon las facciones y las intrigas desde el mismo albor de la Independencia


En la vida republicana del Siglo XIX en medio del marasmo y la somnolencia  se vio salpicada de episodios de una picaresca parroquial sin mayor trascendencia, hasta que se presentó la tragicomedia de Panamá la cual fue sintetizada con una frase digna de Aristófanes pronunciada por un Presidente literato “Porque se quejan, me entregaron un país y les devolví  dos”. Como se puede ver, todo se tomó como una comediaEl tradicional descuido de las regiones  periféricas  por parte del Gobierno de Colombia permitió la ocupación de un amplio territorio del Sur de Colombia por el Perú, este país ejerció allí soberanía por alrededor 30 años, hasta que el año 1932, a raíz de la ocupación de la población de la Población de Leticia, sobrevino la declaración de guerra, un sainete durante el cual un general de Colombia ordenó el bombardeo de la localidad de Tarapacá durante varios días sin enterarse que los peruanos habían salido de allí antes. 


Posteriormente se desarrolló una sangrienta violencia política, que culminó en un golpe de estado, luego,  al caer el régimen militar, los instigadores de la violencia  se idearon una mascarada denominada el “Frente Nacional” el cual estableció la alternancia de los dos grandes partidos en el poder y un descarado reparto de puestos y sinecuras que se conoció como la paridad. Esta comedia duró 16 años.


Ante el desprestigio y la impopularidad de la clase política, los sucesivos gobernantes se dedicaron a crear espectáculos teatrales. Al llegar a la Presidencia Belisario Betancur decidió iniciar procesos de paz con las guerrillas, en un proceso pésimamente concebido, las Farc  multiplicaron sus frentes y se infiltraron a la mayor parte del País, todo esto ante la mirada complaciente de las autoridades. Toda esta comedia disparatada culminó con la hecatombe del Palacio de Justicia. Cesar Gaviria en su período presidencial, se ideó un sainete diferente. Se inventó un clamor popular por una nueva constitución política,  naturalmente un clamor mediático, no popular. La elección de los constituyentes tuvo una votación muy baja, pero emprendieron ese proceso en medio de un desorden total y terminaron produciendo un mamotreto farragoso y casuístico que ha generado más problemas de los que presuntamente solucionó. Nunca se hizo el anunciado plebiscito para la aprobación popular del texto.


La siguiente comedia tuvo lugar en el gobierno de Andrés Pastrana, un nuevo proceso de paz con las Farc, con el despeje de una amplia zona del Sur del País. Este sainete empezó con un desaire al Presidente y continuó con una serie de desmanes de la guerrilla que dieron al traste con el proceso.   

En el actual gobierno se inició de nuevo el teatro, con conversaciones en La Habana, concesiones exageradas, premio Nobel de paz y de nuevo un fracaso que ya empieza a notarse. Esta tragicomedia está produciendo un caos institucional y una crisis económica de consecuencias impredecibles.

 

Sunday, November 05, 2017

SINDROME DEL FRACASO

La existencia de Colombia como País, parece estar signada por fracaso. Esto empezó a notarse desde la independencia. En esa época se presentó la oportunidad de ser el corazón de un País más grande que México, la Gran Colombia, pero eso falló, en gran parte por causa de una dirigencia local parroquial y mediocre. A lo largo del Siglo XIX el País se volvió más pueblerino, el contacto con el Mundo exterior era mínimo y el progreso material prácticamente nulo, el desarrollo de la Nación fue un fracaso continuado, hasta que vino un fracaso monumental, la construcción de Canal de Panamá, la cual se emprendió con un consorcio francés, el proyecto naufragó y las consecuencias de ese fracaso fueron la intervención de Norteamérica y la subsiguiente pérdida del territorio que se constituyó en un País aparte.

 

Más tarde cuando el Gobierno Norteamericano dio una indemnización por la pérdida de Panamá, con ese dinero se emprendió la construcción de ferrocarriles. Toda una serie de vías inconexas, mal planeadas, con diseños mezquinos. Algunas de estas líneas duraron más tiempo en construcción que en servicio. Por último se inició una línea troncal que podía servir de columna vertebral de esa red ferroviaria. El Ferrocarril del Atlántico, el cual junto con sus ramales terminó siendo abandonado, todo fue un fracaso mayúsculo.


Las carreteras son otro historial de frustraciones, más de cien años después de que llegara a Colombia el primer automotor, no hay vías  de acceso a tres de los cinco países limítrofes, la red de vías es en extremo vulnerable. Es tanto el desgreño que la carretera Pasto-Mocoa sigue  siendo la misma trocha espantosa que se abrió en 1932 en la Guerra con el Perú. 


En 1946 se creó la Flota Mercante Grancolombiana en compañía con Ecuador y Venezuela, posteriormente este último país se retiró y posteriormente la Flota se liquidó.


A mediados del Siglo XX, ante la absoluta  carencia de producción metalúrgica el Gobierno inició el proyecto siderúrgico de Paz de Río. Esta empresa nació con el Cristo de espaldas. Unos equipos con tecnologíatotalmente obsoleta, un mineral de hierro de bajo tenor y alto contenido en fósforo. Además una localización geográfica absurda, por lo cual no es factible la importación de mineral de calidad. Este enfermo grave ha subsistido, con una capacidad mermada llevando mineral desde un pequeño yacimiento situado a más de 400 kilómetros de la planta. Realmente es un enfermo en cuidados intensivos. Un fracaso más que implicó el estancamiento de la siderurgia en Colombia.


La industria pesada es un rosario de fracasos, tales como ColcarrilSocofam, Forjas de Colombia, Distral, Industrias Apolo, Furesa, etc.


Una industria textil que en otras épocas floreció, está en decadencia. El cultivo de algodón que tuvo cierto impulso en la década de los años sesenta casi desapareció. La cría y comercialización de langostino terminó en un fiasco.


La minería de oro que produjo riqueza en Antioquia en el Siglo XIX, terminó aniquilada por una tramitología absurda. ¡Ahora la volvieron delito!


El carbón no sirvió para crear industria carboquímica, los intentos de producir y exportar coque terminaron en cargamentos devueltos, rotundo fracaso. 


En la exploración petrolera, los altos círculos del Gobierno desconocieron la existencia de grandes depósitos de petróleo pesado en el País, por lo cual no se aprovechó la época de los altos precios del crudo. Actualmente la exploración petrolera languidece, en un ambiente donde abundan los anuncios pero no los hallazgos. 


La fiebre por el ambientalismo llevó a crear la reserva marina Sea Flower, la cual como bien mostrenco pasó a manos de Nicaragua, un fracaso diplomático memorable. 


Jaime Galvis Vergara