Monday, January 21, 2019

IDEAS E INTRIGAS

En Latinoamérica hay un desbalance entre las ideas y las intrigas, estas últimas tiene un amplio predominio, el positivismo está de capa caída. Si se observan los medios de comunicación se encuentran toda clase de enredos políticos, de galimatías ideológicos, pero iniciativas que impulsen el bienestar común son muy escasas. Ese concepto de progreso basado en la ciencia que propulso Auguste Comte en la primera mitad del Siglo XIX dio impulso a la revolución industrial que cambió radicalmente a Europa durante el Siglo XIX. La industria creó un mundo nuevo en Europa y Norteamérica. De ese impulso solamente se benefició un país asiático, Japón y marginalmente México alcanzó a iniciar ese paso al desarrollo que luego frustró la Revolución Mexicana.

En la segunda mitad del siglo XX  se inició una revolución tecnológica parecida en Asia. Sociedades pobres que en buena parte fueron colonias emprendieron una transformación que continuó en el Siglo XXI, países tales como Surcorea, China, India, Singapur, Taiwan, Malasia y Tailandia se están convirtiendo en emporios industriales.

Un continente que permanece al margen de esa marea de positivismo es Latinoamérica. Algunos de estos países como Argentina, alcanzaron altos niveles de desarrollo social al comienzo del Siglo XX para luego descender en forma increíble, un verdadero retroceso al Tercer Mundo. Los Países Andinos y Centroamericanos  en su mayor parte han permanecido en un verdadero marasmo donde imperan las intrigas políticas y los intereses mezquinos.

En gran parte esa situación se debe a la caricatura política que en estas latitudes implica la democracia. Todo el aparato estatal, está en función de la elección de presidentes, congresistas, diputados a las asambleas, gobernadores, alcaldes y concejales. Todo el proceso electoral requiere grandes inversiones de dinero que naturalmente los interesados están pendientes de recuperar.  Esto afecta toda clase de proyectos, tanto que la economía de la política tiene más importancia que aspectos tales como el desarrollo económico y el bienestar social.

La industria, la agricultura, la minería, las obras públicas se vuelven irrelevantes ante toda la parafernalia electoral y política. El eterno juego de las ideologías prima sobre los aspectos económicos por lo cual el avance material de estos países se parece a ciertas ceremonias funerales de Nueva Orleáns en las cuales hay un paso para delante y otro para atrás.

Esto sumado a unos aparatos judiciales complicadísimos y corruptos, para los cuales no hay sindéresis alguna. Las decisiones judiciales son ajenas totalmente a la voluntad popular y se trata de entelequias jurídicas totalmente alejadas de la realidad y muy frecuentemente con sesgos ideológicos malintencionados. 

Estas sociedades medran en medio de chismografía, la mediocridad, la demagogia barata y en algunos casos experimentos ideológicos absolutamente absurdos. El nivel educativo es pésimo y el mismo ambiente  banal no estimula el conocimiento ni la investigación. Latinoamérica se ha convertido en los Balcanes del Mundo.

Es curioso, las naciones formadas a partir de los Imperios Ibéricos presentan unas taras muy similares, por lo  cual los mismos problemas se presentan en Las Filipinas, a pesar que dicho país abandonó el idioma, de la herencia hispánica no conserva sino el Catolicismo y sus procesiones. Pero su régimen gubernamental y la corrupción permanecen incólumes.

La vida empresarial en Latinoamérica es demasiado débil, por lo cual ningún emporio económico de esta región se destaca en la economía mundial y el aparato gubernamental no permite el crecimiento. Las organizaciones gremiales son absolutamente subalternas de los gobiernos y en muchos casos terminan convirtiéndose en cómplices de esas dictaduras “democráticas”. Es vergonzoso que países que tiene doscientos años de existencia estén siendo superados por ex-colonias que no alcanzan a tener 100 años de vida independiente.