Friday, May 28, 2010

La letra pequeña de la banca central

Por Jonathan M. Finegold Catalán. (Publicado el 27 de mayo de 2010)
Traducido del inglés por euribe.
El artículo original en Inglés se encuentra aquí: http://mises.org/daily/4385.

Desde el acceso al poder de Hugo Chávez, Venezuela se ha convertido en una superestrella en todos los aspectos. Normalmente genera titulares, ya sea por la escasez de algún servicio, algún escándalo político o un caso de corrupción. La percepción más común de Venezuela es la de un peligro económico. De hecho, los analistas han venido prediciendo el colapso del gobierno desde al menos 2007. Aunque hasta ahora la Venezuela de Chávez ha sobrevivido, la mayoría está de acuerdo en que su economía se tambalea y la quiebra es cuestión de tiempo.

Mark Weisbrot, codirector del Center for Economic and Policy Research, no está de acuerdo. En un reciente artículo para el The Huffington Post (“Venezuela is not Greece”), argumenta que lo que salva a Venezuela son los esfuerzos de Chávez por mantener la deuda nacional lo más baja posible. Ante una deuda pública baja, un alto gasto gubernamental, “baja inflación” y la capacidad de manipular los tipos de cambio, Mark Weisbrot sostiene que Venezuela está lista para “conseguir una robusta expansión económica”.

En realidad, el análisis de Mark Weisbrot no podría estar más lejos de la realidad.

La economía de Venezuela está muy condicionada por el estado. No sólo los venezolanos se han visto privados de su derecho a la libre expresión, sino que Hugo Chávez ha condicionado a los mercados mediante su incesante búsqueda del poder. La mayoría de las industrias de servicio público han sido directamente nacionalizadas y las nacionalizaciones se han extendido también a otros sectores. El miedo a la expropiación ha paralizado la inversión. Sin un sector privado sano, Venezuela no muestra los fundamentos necesarios para una verdadera expansión económica. ¡Ni siquiera Hugo Chávez cree otra cosa!

Weisbrot tiene razón en una cosa: el gobierno de Venezuela disfruta de una carga de deuda pública relativamente pequeña. No es sino una de las muchas ventajas de tener tu propio banco central. De hecho, ¿por qué preocuparse en absoluto por la deuda? ¡Simplemente podemos imprimir y hacerla inexistente! Aunque sin duda Chávez se ha beneficiado de la imprenta, otros venezolanos no han tenido tanta suerte. Al contrario de lo que afirma Weisbrot, la inflación sí se ha disparado. Los venezolanos se han hecho progresivamente más pobres, mientras Chávez financia sus programas sociales mediante expansión monetaria.

La inflación de Venezuela puede considerarse un tipo de fraude. La economía no se construye con dinero. Los automóviles no se fabrican con dinero. Las familias no comen papel. Al imprimir moneda, el banco central y el gobierno de Venezuela no están creando capital, sólo financiando su capacidad de quitárselo al sector privado y derrocharlo en programas públicos antieconómicos. Imaginemos al venezolano medio que no recibe sino una moneda que está constantemente perdiendo valor a cambio de sus recursos. Al mismo tiempo, le confiscan sus ahorros, porque cada vez valen menos a la vista de los precios en aumento. ¿Cómo puede considerarse esto como una base para un aumento de la riqueza?

Anatomía de un desastre económico
En Venezuela, se consiente el emprendimiento cuando no interfiere en los planes de Hugo Chávez. No es sorprendente que los empresarios en las industrias de servicio público no formen parte de los planes de Chávez y por tanto el mercado de servicios públicos de Venezuela ha sido casi completamente nacionalizado. Aunque antes de la reciente depresión global, Chávez estuvo nacionalizando ciertos sectores a un ritmo relativamente lento (aunque constante), la aparición de la crisis global aceleró la socialización de la economía de Venezuela. De hecho, pocas compañías petroleras extranjeras se mantuvieron indemnes después de que Chávez decidiera resolver su problema de deuda simplemente apropiándose de esos negocios a los que debía dinero.

Otras industrias clave nacionalizadas incluyen a los mercados de las telecomunicaciones y el eléctrico. Hay que reconocer que las nacionalizaciones de Chávez no consistían solamente en expropiar la propiedad de otros en beneficio del “pueblo de Venezuela”. Como cualquier buen político, Chávez complació a grandes empresas, ofreciendo a dos compañías eléctricas españolas, Iberdrola y Elecnor, un total de caso dos mil millones de dólares para construir una planta eléctrica de 1.000 Mw en la ciudad de Cumaná, al este de Venezuela. El coste de construcción medio para el tipo concreto de planta a construir es de 0,75$ el watio. Chávez pagó a Iberdrola y Elecnor 2$ por watio.

La nacionalización de los servicios públicos ha sido un desastre.
Venezuela continúa sufriendo graves cortes de luz y agua. Todo esto parece surrealista para un país con la mayor reserva de crudo fuera de Oriente Medio, así como una de los mayores sistemas hidroeléctricos del mundo. Los cortes de suministro son en buena parte el resultado de años de controles de precios, al vender Chávez su revolución socialista ofreciendo energía barata a los venezolanos. Por desgracia, el mercado se ha ajustado a costa del venezolano medio, pues los precios artificialmente bajos han llevado a severas escaseces en los recursos disponibles.

La respuesta del gobierno a la escasez ha sido una regulación aún mayor del uso y distribución de estos servicios. Los venezolanos que usen más energía y agua de las prescritas están sujetos a impuestos, y a las empresas se les imponen sanciones aún mayores. El resultado ha sido un daño extendido por toda la economía de Venezuela. Las tiendas abren antes y cierran más tarde, limitando la cantidad de negocio que hacen, mientras que las grandes plantas industriales encuentran difícil funcionar eficientemente bajo las cuotas de energía del gobierno.

Aunque esto sea desastroso desde el punto de vista de un economista, lo es aún más desde la perspectiva del venezolano medio. De hecho, los niveles de vida han disminuido, pues la falta de electricidad ha causado problemas con la comida refrigerada y los ciudadanos ya no pueden disfrutar de algunos lujos que tenían antes de la crisis económica.

El sector de los servicios públicos no es el único sector que ve una continua nacionalización y regulación. La industria automovilística, con graves dificultades para pagar las partes y materiales necesarios debido a un muy débil bolívar, encontró dictadas y reguladas sus cuotas de producción por la dictadura de Chávez. La alternativa era la expropiación. ¡El poco sorprendente resultado de la regulación del sector del automóvil ha sido una escasez de coches! Así que aunque los nuevos coches se compran muchos meses antes de su fabricación, el precio de los coches usados se ha disparado a la vista del aumento de la demanda.

Chávez también nacionalizó la industria cementera como medio para resolver la “escasez de vivienda”. La continua escasez y las difíciles condiciones económicas han llevado a la nacionalización de aún más industrias, incluyendo los productores de acero y la distribución de alimentos.
No se ha olvidado al sector bancario. Ante posibles quiebras bancarias, Hugo Chávez decidió no arriesgarse a un rescate. Por el contrario, nacionalizó directamente los bancos con más riesgo de quiebra, amenazando a quienes “no cumplan con la ley”. Por supuesto, “no cumplir con la ley” se traduce aproximadamente como “no seguir siendo una fuente de ingresos para el gobierno”. No sorprende que el sector financiero se principalmente liderado por lacayos militares de Chávez y su forma favorita de regulación ha sido reemplazar activamente la dirección de ciertos bancos purgando a quienes designó. El resultado de todo esto ha sido la huida de capitales, pues los inversores buscan proteger toda la riqueza que puedan, llevándose sus inversiones al extranjero.

La regulación, la nacionalización directa, la corrupción política y los controles de precios han llevado a una de las peores crisis económicas de las historia de Venezuela. La causa es sencillamente la pérdida de inversión privada, que se ha producido como resultado de la carga del creciente gobierno socialista- En lugar de permitir a los empresarios invertir y producir riqueza, Chávez ha preferido coordinar centralizadamente los mercados. No es sorprendente que haya causado un daño irreparable. Venezuela se ha convertido en el perfecto caso de estudio del problema de cálculo socialista de Mises: sin un mecanismo de precios, el gobierno ha sido incapaz de coordinar la distribución de recursos de la forma más eficiente, llevando a escaseces generalizadas y a la destrucción de riqueza.

Con todo esto en mente, es difícil ver cómo Mark Weisbrot justifica su opinión de que Venezuela está lista para “conseguir una robusta expansión económica”. Con los inversores locales huyendo y Chávez bloqueando en la práctica la inversión extranjera, nos quedamos preguntándonos dónde encontrará exactamente Chávez el capital económico para catalizar el crecimiento económico. Incluso suponiendo que dicho capital estuviera disponible, dado el mal resultado hasta ahora de la nacionalización, ¿qué ofrece confianza en el gobierno venezolano a Weisbrot? Weisbrot sólo puede apuntar la baja deuda pública de Venezuela. Está claro que Mark Weisbrot apunta a la imprenta como solución a los males económicos de Venezuela.

Prosperidad a través de la imprenta

El Banco Central de Venezuela y Hugo Chávez desmientan totalmente a Mark Weisbrot. Desde el acceso de Chávez a la presidencia, la base monetaria del bolívar ha ido creciendo a un ritmo acelerado. Los programas sociales cada vez más caros se han pagado con dinero creado ex nihilo, permitiendo al gobierno mantener un bajo nivel de deuda.

Por ejemplo, como método para pagar la deuda y “estimular el crecimiento económico”, Chávez devaluó el bolívar fuerte por la mitad en enero de 2010. Paradójicamente, en 2008 el gobierno venezolano introdujo el bolivar fuerte, fijado en 1/1000 del valor del bolívar original, como una forma de combatir la inflación rampante que se ha cobrado un peaje sobre esta última. Quitar ceros no tenía sentido mientras el banco central venezolano continuara la aceleración de la expansión monetaria.

El resultado ha sido un progresivo aumento en el nivel general de precios. En 2008, los venezolanos sufrieron un aumento del 30,9% en el nivel general de precios y mientras que la inflación de precios bajó a un 25,1% en 2009, aumentó en un 30,4% entre enero y abril de 2010. El resultado ha sido un menor nivel de confianza en el bolívar, mientras los venezolanos corren a gastar sus ahorros antes de que el gobierno se los confisque mediante inflación. ¡Hay quien espera un aumento de hasta el 60% de los precios al acabar 2010!

Lo peor está por llegar. Mientras Hugo Chávez y el banco central de Venezuela continúen inflando la oferta monetaria en un esfuerzo por evitar el desastre, los precios continuarán aumentando. La conclusión inevitable es la hiperinflación, cuando los consumidores y empresarios empiecen a temer que la inflación continuará indefinidamente.

Para entonces debería estar claro que la inflación monetaria no es un método para aumentar la producción. Al imprimir dinero, el gobierno no produce simultáneamente bienes de capital. La creencia de que más inflación en Venezuela estimulará la inversión está completamente alejada de la realidad. Los riesgos de la imprenta ya se han visto bien en el reciente colapso de Zimbabwe.

Pero ¿es seguro que imprimir más dinero permitiría a los inversores adquirir más bienes de capital? Sabiendo que la oferta de capital es fija en un momento concreto en el tiempo, dar a ciertos empresarios más dinero sólo les hará desviar capital de otros empresarios. Además, a largo plazo un aumento en el dinero causaría, en el mejor de los casos, que el precio del capital se adapte al aumento en la oferta de dinero. No hay aumento físico en el volumen de capital disponible para los empresarios.

Al principio, un aumento en la oferta de dinero hará que los empresarios inviertan en bienes de capital y alarguen la estructura de producción. Esto lleva a la descoordinación intertemporal predicha por la teoría austriaca del ciclo económico y a una crisis inevitable. Un banco central puede evitar la crisis si continúa inflando la moneda a un ritmo acelerado, pero esto sólo puede acabar con una crisis de confianza e hiperinflación.

En el caso de Venezuela, es improbable que una mayor expansión monetaria lleve a un aumento en la inversión, ni siquiera de la mala inversión. El sector privado venezolano se ha visto aplastado por la nacionalización, la regulación y la fijación de precios. La mayoría del nuevo dinero creado va a un fondo de desarrollo conocido como FONDEN. El dinero transferido al FONDEN se usa para financiar una miríada de proyectos de infraestructura. Por ejemplo, de los 98.900 millones de bolívares que componían la oferta monetaria en diciembre de 2009, más de 57.000 millones se asignaron al FONDEN. Alrededor de 36.400 millones estaban compuestos por monedas y billetes en circulación.

La mayoría de los nuevos bolívares van directamente al consumo de capital, en lugar de a la inversión en capital y el alargamiento de la estructura de producción. En otras palabras, la inflación está ayudando a acabar directamente con las existencias de capital en Venezuela, subvencionando su consumo. Así que en lugar de ofrecer al menos una ilusión de prosperidad, el gobierno venezolano está contribuyendo directamente a un empobrecimiento visible de la sociedad.

Fin de juego venezolano

Mark Weisbrot sugiere acertadamente que la economía venezolana no está en la misma posición que la griega. Mientras que la capacidad del gobierno griego para financiar su gasto esta limitada por su falta de un banco central soberano, la junta venezolana de Chávez tiene el lujo de imprimir tanto dinero como necesite. Pero esta pequeña diferencia no es suficiente para justificar la creencia de que Venezuela esté en modo alguno lista para empezar una recuperación económica.

El mercado de Venezuela ha sido arrasado completamente por un gobierno omnipresente. La nacionalización convirtió industrias florecientes en fábricas muertas, al tiempo que las regulaciones y las fijaciones de precios aplastaban lo que quedaba del sector privado. Sin una posible recuperación real, el régimen ha recurrido a la imprenta como solución a sus problemas económicos. Pero, como los acontecimientos han mostrado claramente, esto no ha llevado a la prosperidad. Sólo ha llevado a más sufrimiento, pues la inflación erosiona rápidamente los ahorros venezolanos y daña aún más a su industria.

Lejos de la recuperación indicada por Mark Weisbrot, la continuación de las actuales políticas fiscales y monetarias llevará un dolor inmenso al pueblo de Venezuela. Salvo que el gobierno de Hugo Chávez deje repentinamente de gastar y vuelva a un mercado libre, la conclusión más probable de los actuales acontecimientos de Venezuela es una crisis de intervencionismo, al tiempo que el bolívar colapsa y el gobierno encuentra cada vez más difícil financiarse.

Jonathan Finegold Catalán es licenciado en Economía y Ciencias Políticas en la Universidad Estatal de San Diego. Escribe en el blog economicthought.net.

Saturday, May 15, 2010

Consideraciones sobre artículo aparecido en Blog de Semana

No es un artículo publicado dentro de la Revista Semana. Es la opinión de un blog de la comunidad auspiciado por, pero no publicado en, la Revista Semana. Es un escrito de un fulano de tal cuya opinión no es muy importante. En cambio tu opinión Alfonso, si es muy importante. Y parecería a primera vista que sentiste el impulso de destacar el escrito del tal Juan Sebastián López Salazar. Tampoco parece que fuera el tal López quien diera el título a la publicación Fue el momento, no Uribe. Pudo haber sido la organización misma de Revista Semana que quiso quitarse de encima la responsabilidad que el artículo implica.


Ante todo quiero aclarar cuál es mi posición frente a las siguientes ideas:"gobierno", "democracia", "socialismo", "narcotráfico" y mi opinión frente al gobierno de Álvaro Uribe.

Gobierno es la antítesis de libertad. Mientras más gobierno, menos libertad. Los gobiernos se han crecido en los últimos 200 años al pasar de "malgastar" (después de la Revolución francesa) del 5 al 10 por ciento del producto interno bruto de las naciones a "dilapidar" del 50 al 70 por ciento de los ingresos de sus ciudadanos. Los gobiernos roban al ciudadano el producto de su trabajo, y cuando digo roban me refiero a que toman sin su consentimiento, a la fuerza, los impuestos, so-pena de perder sus derechos de propiedad o perder, encarcelados, la libertad. Todos los días inventan nuevos impuestos (como el nuevo impuesto a la compra de tiquetes aéreos por internet, ayer) y cuando los inventan prometen que van a tener una vigencia temporal (como en el caso del 4 por mil a las transacciones financieras), el cual es ya permanente. Hay impuestos que dejaron de tener razón de existencia como el impuesto a los telégrafos y el del timbre, llevan años de obsolescencia y ahí permanecen. El gobierno, en contubernio con las entidades financieras, despoja a sus súbditos, mediante artificios creados por el binomio gobierno-banca, y que disfrazan con nombres tales como "inflación" o "crisis" o "desempleo" indicando que se trata de fenómenos que en esta vida hay que sufrir inevitablemente. Todos estos fenómenos son causados por la emisión irresponsable de papel moneda por el banco central de cada país (Federal Reserve en los EEUU o Banco de la Republica en nuestro caso) y son nada mas, ni nada menos, que impuestos disfrazados. La burocracia estatal aumenta cada día con el "progreso" pero no disminuye en las "crisis". El tratar de disminuir la burocracia causa reacciones como las que vemos hoy en Grecia. Nadie quiere perder su empleo por decisiones precipitadas por el gobierno.

"Democracia" como decía Churchill "es la peor forma de gobierno, excepción hecha de las demás formas." La democracia empieza siendo la dictadura de las mayorías sobre las minorías y pasa a ser luego la dictadura de las minorías sobre las mayorías y termina convertida en La Dictadura, como lo ha sido por mas de 50 años la de Cuba y más de la mitad de los 11 que lleva Chávez en el poder, en Venezuela. La democracia fue concebida como el gobierno gratuito de personajes probos y honorables sobre las masas de ciudadanos ignorantes o desorientados, con la ayuda de los intelectuales honestos. Para pasar a continuación por una gran variedad de escenarios, hasta llegar a la expoliación (mediante impuestos, derroche y corrupción) de los sumisos por una conspiración de avivatos y poderosos y termina siendo el coto de caza de un amoral tiranuelo tan despiadado como Castro o tan loco como Chávez.

El "socialismo" y el "estatismo" son las máscaras de la envidia y la prepotencia. Son cada uno en su ámbito las formas supremas de gobierno que quitan a los ricos para repartir el botín entre los que poco o nada tienen, asignándose una buena comisión como tajada por la parte que reparten y la totalidad de lo que no reparten. Sólo logran convertir en zánganos a los gobernados quienes suponen que el progreso se logra sin esfuerzo personal, mediante la limosna estatal.

Con relación al gobierno de Álvaro Uribe, a quien los colombianos apoyamos como la única forma de quitarnos de encima la dictadura de las FARC y la corrupción del narcotráfico, tengo que decirte, aunque sé que tú lo sabes, que el 80 por ciento de los colombianos aplaudimos su éxito en los primeros 4 años de gobierno en relación con las FARC y el ELN; también lo apoyamos en su frustrante lucha contra el narcotráfico. Uribe pudo haber acabado con las FARC, de hecho el ELN estuvo a punto de entregarse hace unos 3 o 4 años, pero el jefe de la democrática dictadura de las minorías de Venezuela encontró en estas organizaciones terroristas la forma de proyectar hacia Latinoamérica el sueño de un espantoso tirano, el cubano Fidel Castro. Ha tenido además el descaro de bautizarlo abusivamente con el nombre de "sueño bolivariano". Por Chávez, a Uribe le quedó imposible rematar lo que hasta ese momento era un éxito. A propósito, el ELN también se acogió al refugio seguro de Venezuela fortaleciéndose en tal forma que decidió cortar las conversaciones de paz que llevaba con Colombia. El segundo cuatrienio fue menos lucido que el primero y definitivamente yo no hubiera votado por el tercero.

La democracia se corrompe con el paso del tiempo, y la descomposición es irreversible mientras permanezca en el poder. El corrupto, una vez aprende a robar, se las ingenia para seguir robando. Al principio subrepticiamente, más adelante con descaro y a velocidad creciente, y finalmente la corrupción se acelera logarítmicamente. Estamos en la fase última, pero no por lo Uribe sino por lo Democracia.

El narcotráfico, engendro estatista de la élite americana-europea, élite que impulsó al imperio británico-americano y a los gobiernos europeos a prohibir el consumo voluntario de sustancias psicoactivas, y forzar a la lucha, contra el mismo engendro, a los países productores de la materia prima natural, ha logrado transformar la curiosidad de una pequeñísima minoría de vagos y desocupados, en la más lucrativa y letal empresa que hayamos conocido. La vanguardia delincuencial que los americanos llaman los "pushers", monstruos sin conciencia, invitan y obligan a niños y jóvenes inocentes a iniciarse en el uso diario de sus alucinógenos, y ya ha logrado extender sus tentáculos hasta las más alejadas regiones de la tierra. No sobra decir que la industria de las armas, la de los precursores químicos, la de la banca receptora y lavadora de los dineros de la mafia, la de la corrupción generada entre la burocracia administradora de la prohibición, ha hecho miles de veces más daño, y dinero para repartir, que el que hacía el consumo desprevenido de estas drogas alucinantes, por ciudadanos adultos. No hay duda de que si, antes de prohibir producción y consumo, se hubiese considerado el problema como un problema de salud pública, se hubiera podido manejar con éxito la drogadicción. Pero la élite mundial gobernante, el estatismo y su burocracia la necesitaban, como necesitan de las crisis, para crecer y medrar. Es la misma élite que hoy quiere instaurar el gobierno universal. Dios nos libre !!!

El comentarista dice:

"Hecho que cegó al pueblo, que no entendió, que no era Uribe el único llamado a acabar con las Farc militarmente, si no que cualquier gobernante que llegara al poder -Lucho, Noemí, Serpa- tenían la obligación de atacar, con fuerza, a las Farc".

En eso seguimos ciegos. Y estuvimos varias veces ciegos con la postulación de Horacio Serpa para presidente en elecciones anteriores, afortunadamente, si lo hubiésemos elegido seríamos hoy un departamento de la república bolivariana de Chávez. Parece que la ceguera también nos alcanzará para Nohemí en estas próximas elecciones. También estuvimos ciegos cuando votamos, a sabiendas, por el inepto de Pastrana en 1998 y el deshonesto de Samper en 1994. Podríamos hacer regresión a más de los 70 años que hoy tenemos y no encontraríamos más que dos o tres personajes honorables y decididos a gobernar como prometieron en las respectivas elecciones.

Y continúa el columnista:

"En lo militar se combatió a las Farc, pero también a los pobres, a los campesinos. Colombia es el segundo país con más desplazados en el mundo y este fenómeno se presentó en estos 8 anos."

La reacción de la sociedad ante el chantaje de la guerrilla, por más de 30 años, dio nacimiento a algo que todos los colombianos inicialmente consideramos como la salvación: Las cooperativas CONVIVIR, compuestas de ciudadanos que, armados de radio transmisores dentro de sus vehículos, indicaban al ejército y a la policía las coordenadas e intenciones de los guerrilleros. Los narcotraficantes, ni cortos ni perezosos se aprovecharon de la situación y dotaron de armas a las CONVIVIR, convirtiéndolas en las nefastas Autodefensas Unidas de Colombia, las AUC. Era tal la virulencia de la guerrilla en la época de la elección de Álvaro Uribe, que el crecimiento de las AUC fue descomunal. Cuando el gobierno se dio cuenta de la hidra de 7 cabezas que eran las Autodefensas, quiso reaccionar pero el apoyo de los narcotraficantes y aun de los dueños de haciendas, y de industriales también, dificultaron la labor del gobierno en lo que, quizás, sea su mayor fracaso. Pero en este tema el periodista está cegado, lo mismo hubiera pasado a Lucho, Nohemí y Serpa. Con Serpa probablemente las AUC hubieran adherido a las FARC y al ELN y el problema su hubiera duplicado: todos ayudando al narcotráfico.

Dice además:

"Así llegó Uribe al poder, con un plan de gobierno dictado por el momento histórico que vivía el País: Guerra. Y él sabía manejar el discurso. Pero Uribe siempre ha sido un personaje oscuro y siniestro. Había sido oscuro y siniestro en todos sus cargos públicos: Director de la Aeronáutica Civil, Gobernador de Antioquia, Senador de la República. Y fue un personaje oscuro y siniestro como Presidente y lo seguirá siendo ahora como ex-Presidente."

Por lo menos no es ciego. Lo ve como un personaje oscuro. Usa lentes para eclipse solar. Además se nota su enfoque sesgado propio del “socialismo tipo siglo 21”.

"De 45 millones de colombianos, la mitad es pobre. No es que antes de Uribe fuéramos ricos. Es que con Uribe incrementamos la pobreza. Tenemos los índices de desempleo más altos de la historia. Las estadísticas podrán decir que hubo un crecimiento de 7 puntos en la economía, ¿Pero en dónde? Los salarios no se incrementaron, el ingreso no se hizo mayor. Tal vez para los que respaldan el Gobierno, la banca, que fue la única en el planeta que siguió ganando miles de millones, mientras el mundo vivía la peor crisis económica de los últimos anos. Como resultado, somos la sociedad rural más desigual del mundo y la sociedad rural de Latinoamérica más disímil."

En eso estamos de acuerdo con el colaborador de Semana. La pobreza se combate con plata y el gobierno se queda con la mitad de los ingresos de los colombianos. Esa mitad lograría componer una economía igual a la que tenemos si estuviera en manos de la empresa privada. El desempleo desaparecería como por arte de magia. Pero no es por lo Uribe, es por lo Impuestos, lo Burocracia, lo Derroche, lo Democracia. Y cierto la banca colombiana está entre las más abusivas con sus clientes; claro está apoyada por lo Gobierno, lo Estado, lo Democracia, lo Socialismo repartidor de la riqueza hecha con sudor e ingenio por el empresario trabajador.

Pero donde vemos lo sesgado de su opinión, en el artículo de la Revista Semana, es en:

Las relaciones internacionales se han manejado según el momento interno. Es decir, si se presenta uno de los tantos escándalos, este se tapa acusando a Chávez de algo. No es que Chávez sea una perita en dulce, pero el fin justifica los medios para Uribe. Prefiere romper relaciones, crear tensión, que el mandatario de Venezuela le sigue --Juego de conveniencia o de cortinas de humo-- mientras acá los empresarios se quiebran, el desempleo sube y llegamos al colmo de la estupidez, botamos nuestra leche, mientras en nuestra gran costa, los niños mueren de hambre.”

Ah, y además muestra lo ciego y sordo que es el columnista. Es que Uribe hace cosas terribles para ayudar a Chávez. Como si los colombianos no nos diéramos cuenta de la corrupción de lo Democracia, de lo Gobierno y lo Chávez nos quitara las entendederas. No es lo Uribe en el caso de la leche, es lo Monopolio apoyado por lo Gobierno.

Una Patria que, si no fuera por Venezuela, sería el peor país de la región.

Donde se reflejan las ideas políticas del periodista: Acaso estará Colombia peor que Cuba, Salvador, Guatemala, Nicaragua, Argentina, Paraguay, Ecuador, Bolivia y la misma Honduras que se escapó por un pelo de caer en las garras izquierdizantes de el ALBA y UNASUR y escasamente delante Venezuela?. Vaya bellaco.

"Su lucha contra las drogas, otra de las banderas de su gobierno, de igual manera es otro fracaso. Los índices de consumo se incrementaron. Colombia, de ser un país productor, pasó a ser consumidor. En lo único que se avanzó fue en la destrucción de la selva. Su conocido odio a la dosis personal, se volvió una obsesión legislativa. Presentó varios proyectos de ley, hasta que consiguió pasar uno, en violación a la Constitución. El cual fue agradecido por Estados Unidos --su mayor aliado-- volviendo el consumo un problema de salud: No un delito. Uribe quedó ridiculizado."

Colombia se equivocó cuando aceptó la imposición del Imperio Británico-Americano de combatir en nuestra propia tierra el narcotráfico. Hemos pagado con la sangre de Galán, de los Magistrados de la Corte Suprema, condenados a muerte en la pira por Pablo Escobar y el M19, la muerte de miles de Jueces de la República, los cientos policías muertos con recompensa de 1 millón de pesos pagados por Pablo Escobar, la muerte de los candidatos a la Presidencia como Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro León-Gómez. A Antequera y a Pardo Leal. A Ministros como Rodrigo Lara Bonilla y a Enrique Low Murtra. La arrodillada del Presidente Gaviria frente a Pablo Escobar y el Mejicano. La Constitución aprobada por el M19 y los dineros de la narco-mafia en 1991, que agigantó el aparato gubernamental. Uribe sigue equivocado en su lucha contra la dosis personal, y sí, en los EEUU no es delito consumir la mayoría de las drogas alucinógenas, al Alcalde Washington nada se le cobró por su consumo de Cocaína. A los únicos que se les juzga con toda la fuerza de la Ley es a los colombianos o mejicanos o extranjeros que llevan la droga a su país. Allá en los EEUU no han entregado su sangre sino unos pocos oficiales de la DEA. No arrestan "pushers" corruptores de menores. La Contra, una extensión de la CIA, ha utilizado el producido de la venta de narcóticos en EEUU para financiar la estadía de los tiranuelos centroamericanos. Los dineros de la mafia se gastan libremente a través de las entidades bancarias y financieras americanas. Los dineros de los narcos colombianos o mejicanos, desde que se gasten en maquinaria o equipos adquiridos en EEUU pasan inadvertidos. No es lo Uribe, es lo Prohibición y la complicidad de lo Gobierno, lo que ha enormizado el negocio, y las utilidades, de las drogas.

"El 7 de agosto del presente año Uribe dejará el poder. Entregará una Patria herida y desecha. .... Porque Uribe no cumplió con la misión que le dictaba el momento --acabar con las Farc--. Y deja consecuencias fatales para Colombia. Uribe es lo peor que le pudo pasar a Colombia. Implica un retroceso histórico sin igual."

Pues no y no. Nos deja una patria por la que podemos transitar libremente sin miedo a ser retenidos y extorsionados por las FARC o el ELN en una "pesca milagrosa". Porque se acabaron los secuestros. Porque salimos de la crisis económica en que nos sumergió Pastrana entre 1998 y el 2002. Porque salimos de la inflación del 30% de Gaviria y Samper, de la crisis de los UPAC que dejó sin casa a millares de colombianos. Porque reunió la aprobación del 80% de los ciudadanos, permanentemente, año a año, durante 8 años. Porque trabajó aún en contra de los deseos del Imperio y contra las acciones de las naciones "democráticas" "socialistas" del ALBA y UNASUR. Porque desmanteló las FARC y el ELN, de los cuales quedan prácticamente reductos en Venezuela, Ecuador y Brasil. Solo ahora con la crisis importada de los EEUU y de Europa, con el cierre parcial o total de las fronteras con Venezuela y Ecuador, sin la ayuda del TLC que nos debió aprobar hace más de 3 años el Congreso socializante y Demócrata de los EEUU, hemos sentido el bajonazo del desempleo y de las bajas ventas. La confianza de los consumidores ha hecho que guarden sus ahorros debajo del colchón, la consiguiente reducción en la velocidad de circulación del dinero ha disminuido las ventas, los ingresos de los productores, el empleo, los impuestos para el gobierno y ha aumentado la histeria y la desesperación de los burócratas que posiblemente se queden sin chanfa. Es éste un retroceso histórico sin igual? Todo importado. No es lo Uribe, es lo "crisis", la peor de la historia incluyendo la de 1929. Y que aún no ha terminado. Si no veamos que va a pasar cuando se desenvuelvan las crisis de Grecia, España, Portugal, Irlanda, Gran Bretaña, China, etc., etc. y de EEUU. Ese sí será un retroceso histórico.

"La educación y la salud desfavorecidas. Reformas que quitaron ingresos a las universidades y permanentes amenazas a los estudiantes. Etiquetó la libertad de cátedra. En la salud, muchos hospitales se cerraron a los largo de estos 8 anos. Y, para terminar, como su herencia quiso volver ley unos decretos que harían de la salud un supermercado: Sólo importan los precios."

Cualquiera que haya conocido las ciudades capitales de los principales departamentos desde hace más de 8 años puede apreciar:

Las caras de Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cali y Cartagena han cambiado radicalmente. Son ciudades más bellas y agradables. Los sistemas de transporte han contribuido al cambio. Las Escuelas y Colegios de Bogotá y Medellín y las Bibliotecas Públicas en los Barrios deprimidos son ejemplo de modernidad. Es cierto que algunos hospitales han desaparecido, como el Lorencita Villegas en Bogotá. Otros como el San Vicente de Paul de Medellín han retrocedido. Pero han aparecido en todo su esplendor la Clínica Cardio-Infantil y la Clínica Universitaria Colombia en Bogotá, ambas privadas, para mencionar solamente dos. Toda entidad que administra el gobierno funciona mal. No es lo Uribe, es lo Gobierno.

Parodiando al autor:

Decir que Uribe es mal presidente de Colombia es una irresponsabilidad gigantesca. Uribe ha sido lo mejor que le ha pasado al País. Sostener eso, no es ser apátrida. Es ser sincero.

Wednesday, May 12, 2010

La norieguizacion de Hugo Chavez

Carlos Alberto Montaner
Tomado del Boletín de VDEBATE - Debate Venezuela

Comenzó la reacción del establishment norteamericano contra Hugo Chávez. Ya era hora. Hace casi 11 años que ese caballero anda haciendo fechorías por medio planeta. El pistoletazo de salida lo dio el pasado 8 de septiembre Robert Mortgenthau, fiscal general de Manhattan, acaso el más poderoso del país. A sus casi noventa años, y a punto de jubilarse, aunque con su cabeza perfectamente alerta, Mortgenthau eligió para hacer su denuncia al Brookings Institution de Washington, un influyente think-tank próximo al Partido Demócrata, de manera que sus revelaciones no pudieran ser ignoradas por la Casa Blanca y el Congreso, los dos poderes responsables de la seguridad nacional.

¿Qué dijo? Habló de los lazos de Venezuela e Irán y del desarrollo de armas nucleares entre los dos países con el objeto de amenazar a Estados Unidos, como sucedió con Cuba en 1962 durante la Crisis de los Misiles. Contó cómo el sistema bancario venezolano se había convertido en un lavadero de narcodólares y en un atajo para que Irán burlara las restricciones impuestas por Washington a las transacciones financieras iraníes. Destacó los lazos de Hugo Chávez con Hezbollá y Hamás, dos temibles organizaciones terroristas islámicas, y con las FARC colombianas. Dijo, en fin, muchas cosas, y todas eran terribles.

Las consecuencias de la charla de Mortgenthau fueron inmediatas. Los tres grandes diarios nacionales de Estados Unidos –The New York Times, The Washignton Post y The Wall Street Journal— publicaron artículos y editoriales en total sintonía con las palabras del fiscal. La televisión, los habituales pundits y los blogs más influyentes se hicieron eco. Ya no hay ninguna persona intelectualmente solvente dentro de la estructura de poder de Estados Unidos que no admita que Venezuela, de la mano de Irán y de los terroristas islámicos, auxiliada por sus socios (Libia, Siria, Sudán, las FARC colombianas) se ha convertido en un peligro muy serio para la seguridad y la tranquilidad norteamericanas. Chávez, sencillamente, es un tenaz enemigo dedicado a perjudicar a los norteamericanos en todos los escenarios posibles, lo que no deja de ser una ironía, dado que Estados Unidos le compra a Venezuela el 80% del petróleo que ese país exporta.

Al memorial de agravios de Mortgenthau se pueden agregar otras tres infamias mayores: Chávez ha montado una intriga con el gobierno francés, moviendo intereses económicos, para que el gobierno de Sarkozy extradite a Venezuela al terrorista Carlos Ilich Ramírez, el Chacal, preso en una cárcel francesa por sus incontables asesinatos. Simultáneamente, intenta liberar al terrorista Ahmad Vahidi, Ministro de Defensa de Irán, de la orden de captura que existe contra él por su presunta participación en el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires el 18 de julio de 1994, carnicería en la que murieron 85 personas y 300 quedaron heridas. Por último, la oposición venezolana ha denunciado que la supuesta fábrica iraní de bicicletas instalada en el estado de Cojedes es, en realidad, un centro de formación de terroristas a donde acuden miembros de las FARC colombianos a familiarizarse con explosivos semejantes a los que se utilizan en Irak y Afganistán.

Chávez se está convirtiendo en el Noriega del siglo XXI. Manuel Antonio de Noriega fue el narcodictador panameño, ex colaborador de la CIA, que estableció fuertes lazos con Cuba y con los narcotraficantes colombianos, alquilando el territorio nacional como pista intermedia para el envío de cocaína a Estados Unidos y el sistema bancario para lavar dólares, mientras imprudentemente acosaba y amenazaba a los militares norteamericanos que entonces ocupaban las bases situadas en la zona del Canal de Panamá. Tras muchas vacilaciones, y con una administración dividida sobre el tipo de respuesta que debía dar Estados Unidos, finalmente el presidente George Bush (padre) ordenó la invasión. Comenzó el 19 de diciembre y el día 20 ya había concluido exitosamente. Los gobiernos latinoamericanos protestaron sin energía: nadie quería colocarse junto a un narcodictador totalmente desacreditado. La inmensa mayoría de los panameños respaldó el hecho.

¿Se volverá a repetir esa vieja historia? Es difícil que suceda de la misma manera –invadir Venezuela no parece una opción inteligente ahora que estudian la retirada de Irak y, quizás, de Afganistán--, pero es probable que un sector importante del gobierno norteamericano ya le esté sugiriendo al presidente Obama que arbitre medios para desalojar del poder a este peligroso enemigo de la democracia norteamericana antes de que el tumor se vuelva canceroso. Por cierto, a George Bush tampoco lo hacía feliz la perspectiva de invadir Panamá. Fue una decisión muy incómoda que se volvió inevitable