Thursday, October 12, 2006

La Crónica No. 0264
Autor: Rafael Uribe Uribe – Medellín, Colombia, 14 de junio de 2006

Asimetría


Lo que menos pensaba era seguir martillando sobre el tema de la paz, ¿o de la guerra? Pero las circunstancias a ello me obligan. Además, es tema fundamental para el futuro de nuestro país y de tiempo atrás me he enredado en este asunto.

Veo que se está poniendo el dulce a mordiscos, muchos declaran sobre lo que les darían a las Farc, si se negocia: curules sin buscarlas con votos, amnistías, indultos y hasta Constituyente. Sabemos todos que la paz no será gratis; pero anticipar cosas sin sentarse a conversar parece sobrar, aunque haya que lanzar anzuelos.

Pese a las luces que han aflorado del lado de las Farc, que bien oscuras las veo, y del Eln, las cosas las sigo viendo lejos. Pienso sinceramente que ni Uribe, ni sus asesores, se van a ‘pastranizar’ y eso es obstáculo. Ya vamos para el año de conversaciones con el Eln y, fuera de una declaración de un posible cese de hostilidades, no han salido de la etapa de los preacuerdos, en ese embeleco siguen en Cuba. Eso si, pidieron amnistía e indulto como contraprestación a la negociación. Están ensillando antes de traer las bestias, sin haber decidido hablar en serio, y abandonar el bla… bla… bla… de las preconversas.

Las Farc, desde luego, no se tranzan por menos, se creen un paraestado, luego no necesitan de las reglas. Tampoco querrán abandonar su aspiración de siempre, el poder. Y no entremos a patinar que cuanto, que como, que por qué. No hace parte de mi planteamiento de hoy, eso se verá mucho mas adelante cuando las cosas avancen, si es que prosperan.

Me ocupa es la asimetría.

Para negociar con las Auc se dijo hasta el cansancio que bajo la óptica de la comunidad internacional era imposible negociar con este grupo sin una clara definición de la confesión de la verdad, la reparación de las víctimas, penas adecuadas que guardasen causalidad con los crímenes y masacres cometidas. Eso está bien.

Se llegó a una ley después de dos años de discusión en el Congreso, de querellas entre quienes presentaron un proyecto estructurado y el gobierno que quería una legislación más suave. Lo propuesto por Pardo, Parody y Petro, siendo bueno, tenía a mi parecer alcances más allá de lo práctico. Dejó un poco de lado una verdad de a puño: las Auc no fueron vencidas militarmente y, lograrlo a la vez que se combatía con el Eln y las Farc, era un imposible técnico, por ahora. Pensaron con el deseo.

La comunidad internacional criticó la ley con firmeza, le pareció blanda, que fomentaba la impunidad, que dejaba vivo el paramilitarismo, no se cuantas cosas más. Gruñeron un sin número de ONG de derechos humanos, las de bolsillo de la guerrilla, las de verdad, las poderosas como HRW y AI. Se cruzaron cartas con el Congreso, los parlamentarios, el Presidente y altos funcionarios del gobierno. Cayeron rayos y centellas sobre el Alto Comisionado de Paz por su propuesta de la llamada ley de la ternura; pero al final la ley se produjo. Mas tarde la Corte le dio tijeretazos que la endurecieron.

Como dice el refrán: o todos en la cama, o todos en el suelo. De manera que la guerrilla, llámese Farc o Eln, no puede aspirar a nada distinto a lo que las Auc están empezando a llegar: el sometimiento a la justicia, la confesión de la verdad, la reparación a las víctimas, así sea simbólica, y el pago de penas de hasta ocho años de prisión, así esta pueda purgarse en lugares alternativos, colonias agrícolas por ejemplo.

Si no es así, las Auc tendrían derecho a un tratamiento igual, porque las normas contra los grupos armados por fuera de la ley deben ser universales, y simétricas si se expiden diferentes. No entro a enumerar los crímenes cometidos por la guerrilla, ¡lo he hecho tantas veces en esta columna!, son atroces como los de las Auc, así ahora ni se mencionen. Ni la asociación con el narcotráfico pude pasar de largo, esto no es invento mío, de lejos se conoce.

He sido y sigo siendo partidario de la amnistía y el indulto. En Colombia lo hemos practicado con excelentes resultados: Tenemos buenos parlamentarios como Petro y Navarro Wolf, así no comulguemos con algunas de sus ideas, y buenos funcionarios públicos como Rosemberg Pabón, procedentes de la guerrilla del M19.

Pero concesiones para unos si, y otros no, no funcionan, todos deben medirse con el mismo rasero. Como también a todos se les debe dar la posibilidad de participar en política una vez cumplan con las reglas de los acuerdos. No puede ser que ‘Reyes’ pueda aspirar gratis al Congreso y Mancuso, que al menos usa su propio nombre, no tenga derecho. O que el primero se pasee como Pedro por su casa, mientras el otro purgue sus penas. Y si a sanguinarios vamos, no creo que haya muchas diferencias entre ‘Jorge 40’ y el ‘Mono Jojoy’. Lo que pasa es que aun no conocemos el computador de ‘Jojoy’.

El cuento de la ideología de los grupos, hoy no me cuadra. Hace tiempos la dejaron de lado para dedicarse al negocio nauseabundo de la droga y al terrorismo. Otra cosa es que lo retomen para tratar de demostrar su carácter de insurgentes. Pero démosles el beneficio de la duda en aras a la búsqueda de la paz. Estaría bien hacernos los de la oreja mocha en este caso y el gobierno haría bien en darles gusto, quitándoles el mote que tanto les molesta, a pesar de que no abandonan sus desmanes. Eso sí, si hablan en serio.

Me preocupa que con las declaraciones que ahora proliferan sobre posibles beneficios, se le esté poniendo zancadillas al proceso con las Auc. Lo creo peligroso, porque andan por fuera jefes de alto turmequé como Vicente Castaño, hermano de los fundadores y líderes de este grupo, Fidel y Carlos Castaño. Fácilmente pueden volver a las andadas, y reclutar sin mayor problema a sus antiguos milicianos en proceso de reincersión. Y que son difíciles de capturar, no nos quepa duda, tienen los fondos suficientes para movilizarse comprar y corromper conciencias. La seguridad jurídica, en cualquiera de los casos, debe ser inobjetable, y eso reclama las Auc.

Vale la pena aclarar, que contrario a lo que la mayoría de la gente piensa, amnistía e indulto no son sinónimos. El indulto es el perdón de la pena, pero esto no borra el delito que sigue figurando en los prontuarios judiciales, mientras que en la amnistía concurren el perdón y olvido, los crímenes y la pena desaparecen. Consecuentemente, se esfuman el juicio y la confesión de la verdad. ¿En que quedamos entonces? ¿Es posible dentro de las nuevas pautas jurídicas internacionales? ¿Pueden los delitos de lesa humanidad ser indultados y amnistiados? ¿La discriminación entre crímenes guerrilleros o de autodefensas está permitida por la ética? ¿Se la tragan los afectados?

Valdría la pena conocer como se manejaría internacionalmente algo que todo el mundo rechaza, la impunidad total. Y aun estando de acuerdo con ella ¿Cómo reaccionarán la Comunidad Europea, HRW y AI por ejemplo? O por tratarse de la guerrilla ¿ahí si pasan agachados? Me suena a doble moral si así sucede. Pero en algunos casos no me causaría sorpresa que así fuese. Ejemplos por montones hay de vieja data.

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