Saturday, October 07, 2006

La Crónica
Autor: Rafael Uribe Uribe – Medellín, Colombia, 7 de octubre de 2006
No. 0263

Volviendo a las andadas
Hay mucho entusiasmo con los comunicados que se han cruzado Uribe y las Farc sobre el tema de la semana pasada: El Intercambio Humanitario. Pero las cortapisas de las Farc no me suenan fáciles de allanar.
Los familiares de los secuestrados, que siempre le han echado la culpa al gobierno de no tener voluntad para el acuerdo, ahora aplauden a cuatro manos. Yo no sería tan optimista, no vaya y sea que mañana tengan una frustración mayor y vuelvan a las críticas. Uribe siempre ha tenido voluntad, obviamente no sin condiciones.
Ahora lo que sucede es que está cediendo mucho más, cree en su interlocutor, Alvaro Leyva, ¿pero hasta donde llega la voluntad de las Farc? Está por verse. Han venido jugando duro y ya casi logran el despeje total de los municipios de Pradera y La Florida un corredor estratégico importante. Aún es posible que Uribe acceda a hacerlo antes de que se negocien las reglas de que habla en su último comunicado de esta semana.
Las Farc se vienen con doble propuesta, canje y negociación. Dicen: “Si el gobierno actual decide otorgar las plenas garantías para adelantar el canje de prisioneros de guerra, desmilitarizando por 45 días los municipios de Florida y Pradera en el Valle del Cauca, una vez liberados todos ellos, quedará al orden del día la búsqueda de acuerdos para superar el conflicto social y armado que azota al país.”
“Por ello, le proponemos al Estado colombiano que una vez realizado el canje y frente a la imperiosa necesidad del país por encontrar la solución política del conflicto”
Proponen:
Desmilitarizar los departamentos de Caquetá y Putumayo. Suspender las órdenes de captura para los integrantes de su Estado Mayor. Pedir a la comunidad internacional que les levante la calificación de organización terrorista. Reconocer la existencia de un conflicto armado. Suspender los operativos nacionales de todas las tropas y las regrese a sus cuarteles. Otorgar plenas garantías de desplazamiento de los miembros del Estado Mayor en los departamentos que se efectuarán los diálogos.
Bajo las condiciones anteriores se entraría a explorar caminos que conduzcan a un cese bilateral del fuego. Después hablan de una extensa agenda que incluye los diez puntos que nunca negociaron en el Caguán, adicionando: paramilitarismo de estado; depuración de las fuerzas armadas; libertad de los sindicados de nexos con la guerrilla; reparación económica por parte del Estado a las víctimas; el TLC; reforma agraria y urbana inmediatas; retorno de desplazados; política de estupefacientes; tratado de extradición; Asamblea Constituyente; política energética.
La respuesta de Uribe fue lacónica y clara: “El Presidente de la República ha autorizado al Alto Comisionado para buscar con las FARC un acuerdo de condiciones propicias para una eventual zona de encuentro.”
“Zona de encuentro que sea eficaz para el acuerdo humanitario y un proceso de paz. Con garantías de buena fe que además deberían incluir un cese de hostilidades, limitaciones de tiempo y los requisitos que propusieron los 3 países europeos.”
“Consistente con la propuesta formulada públicamente por el Alto Comisionado hace más de un año, el Gobierno considera viable la posibilidad de convocar a una Asamblea Constituyente, como final del proceso de paz, por supuesto, con previa dejación de armas.”
“Por ningún motivo se permitirá el debilitamiento de la política de seguridad democrática.”
Dejemos de lado el Intercambio que la semana pasada comenté en esta columna al cual solo hago una ligera referencia: Lo único que a las Farc le ha dado nuevo aire en el continente europeo es el tema de los secuestrados políticos, principalmente el de Ingrid Betancur. ¿Y cual será el juego? Asumiendo que se inicie el acuerdo, lo cual de paso dudo, la ex candidata presidencial será la más afectada.
La razón es que pretenden los de las Farc el reintegro a sus filas de ‘Simón Trinidad’ y ‘Sonia’ extraditados a los EE. UU. y que actualmente están siendo juzgados. Pero las Farc tienen dos ases bajo la manga: uno, los tres contratistas norteamericanos (¿de la CIA?) secuestrados por la guerrilla. El otro, Ingrid que goza de sus amigotes en la cúpula del gobierno Francés, en lo cual no me extiendo porque fue ampliamente comentado en anterior columna.
Miremos puntos críticos en la propuesta de las Farc: El despeje de dos departamentos, Caquetá con 88.965 Kms2 y Putumayo 24.885 Kms2, superficie que supera la de Honduras, es vieja aspiración de las Farc. Allí tienen sus principales campamentos y conocen el terreno como la palma de su mano, los conecta con Ecuador y Nariño donde tienen corredores para el transporte de coca, armamentos y explosivos. A pesar de que hay fuerza pública en todos los municipios aún mantiene la guerrilla control en la parte selvática y muchas veredas. Es el objetivo principal del Plan Patriota del ejército. ¿Imposible? Diría que si.
Regresar las tropas a los cuarteles. Es como pedir que se les entregue de nuevo el país, porque aspiran a ello sin corresponder con un cese al fuego. La ley del embudo.
Las garantías de movilización a los jefes puede otorgarse, pero en un área restringida, se me ocurre que esta no puede superar la de aquella donde se negocie el acuerdo humanitario, si es que esto se da.
Otro punto álgido es la cantidad de temas que pretenden colgar en la agenda de negociación. Recordemos que en el Caguán, donde el proceso duró casi cuatro años, se la idearon para no avanzar ni en el primer punto de una agenda de 10. Ni siquiera aplica una regla de tres para determinar el tiempo de la negociación donde, a esa agenda se le añaden trece nuevos colgandejos, de los cuales ninguno es simple.
De alto turmequé son: Paramilitarismo de estado, ¿pretenden decir que las Auc son del estado? Depuración de las Fuerzas Armadas, ¿querrán que ‘Raúl Reyes’ y el ‘Mono Jojoy’ digan quienes deben ser los comandantes de las fuerzas armadas y cuántos efectivos requieren? Las víctimas que ellos pusieron las deben reparar con las millonadas de dólares que han ganado con la coca y los secuestros.
Piden más que la protagonista de la telenovela Sin tetas no hay paraíso.

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