Monday, March 10, 2008

Las Farc, contra ellas mismas


TIRO DIRECTO
por Mauricio Vargas.

Columnista de EL TIEMPO.


Además de los golpes recibidos, han hecho todo por autodestruirse.

La muerte del segundo hombre del secretariado de las Farc en una semana, a manos de sus propios hombres que lo asesinaron para conseguir que cediera la presión de la Fuerza Pública en su contra, ilustra el grave deterioro interno de la otrora poderosa guerrilla de 'Tirofijo'. Aunque siempre es errado cantar victoria, en especial cuando hay todavía frentes de las Farc activos y capaces de terribles coletazos, la muerte de 'Iván Ríos', el alias de Manuel Jesús Muñoz, asesinado -qué ironía- por su propio jefe de seguridad, no sólo marca la desaparición del frente que lideraba, sino que implica un nuevo golpe a la moral de los comandantes: ahora no sólo deben temerles a los bombardeos, sino también a sus hombres de confianza.

Alias 'Rojas', el guerrillero que mató a Ríos, le cortó una mano para entregársela al Ejército como prueba de que su jefe estaba muerto. Tanta truculencia es típica de la mentalidad que arropa, desde hace años, a estos sicópatas que justifican el reclutamiento de menores, el secuestro de niños y ancianos, la masacre de campesinos y el abuso de muchachitas indefensas que permanecen amarradas en los campamentos en condición de esclavitud, como vimos en el caso de 'Reyes'.

El hecho de que 'Ríos' haya caído por una traición confirma una larga tradición dentro de la guerrilla colombiana: su enorme capacidad para autodestruirse. Cuántos de sus propios hombres han sido fusilados por orden de sus jefes, cuántos jefes de finanzas se han volado con la plata del frente, cuántos secuestrados han podido escapar con la ayuda de un guerrillero descontento.
Todo eso para no mencionar el cúmulo de oportunidades desperdiciadas. El proceso de paz en tiempos de Belisario Betancur, cuando tuvieron ocasión de hablarle al país por primera vez y el público quedó horrorizado con los niveles de ignorancia de algunos comandantes, y con el lenguaje sanguinario de los otros. Los diálogos de Caracas en tiempos de César Gaviria, cuando rechazaron una oferta del Gobierno para montar el proceso de paz con base en la creación de pequeños frentes nacionales en 200 municipios con presencia de las Farc que podrían así cogobernarlos. Y el despeje del Caguán, cuando en la mesa habrían podido conseguir casi cualquier cosa.

Todas las veces, el secretariado dijo que las ofertas eran muestra de debilidad del Gobierno, y que lo que correspondía era multiplicar la guerra. Olvidaron que mientras Andrés Pastrana les tendía la mano, preparaba a las Fuerzas Armadas para la guerra. Los abusos y atropellos en el Caguán y el cinismo sin límites del que 'Raúl Reyes' era exponente destacado, exasperaron a la opinión y definieron a favor de Álvaro Uribe la elección del 2002. 'Tirofijo' y sus compañeros fueron, de puros brutos, los jefes de debate de esa campaña. Eligieron así al hombre que hoy los tiene al borde de la aniquilación.

Agobiados por una debilidad que no sentían desde hacía décadas, buscaron aliados en el exterior y consiguieron los peores. A Hugo Chávez, que, como vimos esta semana, no las tiene todas consigo y, consciente de ello, sabe retroceder a tiempo. A Rafael Correa, que, asistido por fuertes argumentos de derecho internacional, salió el viernes de la cumbre iberoamericana de Santo Domingo con el rabo entre las piernas. Y a Daniel Ortega, un petimetre. Si las Farc eran impopulares en Colombia, ahora lo son más por esas amistades. Y como si fuera poco, se han ganado para sí todas las antipatías que esos personajes producen en la región y en Europa.
Larga, muy larga, la lista de errores de cálculo de las Farc, un grupo armado que en verdad llegó a poner en jaque a todo un país, que pudo haberlo arrodillado en una negociación enormemente favorable para el secretariado, y que hoy ve cómo sus propios hombres, hastiados de una guerra sin futuro, entregan los cadáveres de sus jefes a las Fuerzas Armadas.

No comments: