Tuesday, August 21, 2018

La Frontera con el Ecuador

Jaime Galvis V


Es una zona neurálgica tradicionalmente abandonada por el gobierno de Colombia, una región invadida por los cultivos ilícitos. La vertiente amazónica colombiana allí, es tierra de nadie, del lado ecuatoriano hay una carretera desde el altiplano Andino hasta Lago Agrio. Del lado colombiano, selva y cultivos de coca en medio de una topografía agreste sin presencia gubernamental alguna. Quienes se desplazan de Orito u otras poblaciones del Putumayo hacia Ipiales lo tienen que hacer a través de la carretera de Lago Agrio a la  población del Carmelo en Ecuador y de allí por una trocha semicarreteable al corregimiento de la Victoria, municipio de Ipiales.


A pesar que el Putumayo ha sido un importante productor de petróleo, el Oleoducto Transandino es una obra subtilizada y en notable estado de abandono. Para controlarlo, se planeó hace bastantes años hacer una carretera de Orito a Monopamba, obra que debía llevar a cabo el desaparecido Instituto Nacional de Caminos Vecinales , esto nunca se ejecutó y la largo del oleoducto solamente existe una precaria trocha, principalmente usada para el narcotráfico y para acceder a hacer voladuras de dicha conducción.


El atraso de la vertiente amazónica en Nariño y Putumayo es verdaderamente patético, mientras en el Ecuador el petróleo ha dado un notable progreso a esa zona, en Colombia el gobierno hace gala de una indiferencia total,  hace poco una avalancha arrasó buena parte se la capital del departamento del Putumayo con un saldo de centenares de muertos, la reconstrucción brilla por su ausencia.


La comunicación del Altiplano Nariñense y la Llanura Amazónica es en extremo precaria, se hace al largo de una trocha infernal en la cual muerenanualmente decenas de viajeros. Hay proyectada una variante de 45 kilómetros que lleva casi diez años en “construcción” y no se sabe si la terminen.


El Altiplano Nariñense, en especial la provincia de Obando es un emporio de producción de papa (20 % de la producción  nacional), hortalizas y leche, sin embargo el área de producción está amenazada por el embeleco mentiroso de la riqueza hídrica de los páramos por lo cual es posible que hagan el disparate de desplazar a los agricultores que se encuentran a más de 2.900 metros de altura en no menos de una docena de municipios.  ¡A veces la torpeza burocrática es más peligrosa que el terrorismo! 


La situación en la región comprendida entre la Cordillera Occidental y el Océano Pacífico francamente alarmante. De la Cordillera hasta el Litoral, la zona es un monumento al abandono, Tumaco, el segundo puerto de Colombia en el Pacífico, es una ciudad pobre cuya ciudadanía actualmente vive presa del pánico. La mayor parte de las cabeceras municipales carecen de acceso por carretera. En el litoral de Nariño se encuentra la mayor extensión de tierras cultivables del Andén Pacífico sin embargo cultivos tales como el cacao y la palma africana se hallan en decadencia ante la indiferencia gubernamental. A la región se la tomaron las mafias del narcotráfico y el único cultivo en avance incontenible es la coca.


El Pacífico de Nariño ha sido una región de proyectos teóricos nunca realizados, tales como la refinería de Tumaco, los proyectos hidroeléctricos del río Patía, los criaderos de langostinos, la carretera a Esmeraldas (Ecuador) etc. Las escasas realidades son la carretera Túqurres-Tumaco, un oleoducto en pésimas condiciones de mantenimiento y un puerto de mezquinas proporciones. La región es rica en recursos minerales, ha sido una de las grandes áreas de producción aurífera en Colombia y hay importantes manifestaciones minerales en la Cordillera Occidental, pero la ausencia de gobierno hace que el contraste con la región vecina en el Ecuador sea verdaderamente aberrante.


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