Friday, November 16, 2012

Ecología y Sentido Común

Por Jaime Galvis Vergara

Los ecologistas en Colombia tienen un curioso sentido de la realidad. Hacen grandes escándalos mediáticos respecto a problemas que no tienen relación con la realidad nacional y olímpicamente ignoran los verdaderos problemas que nos aquejan. Dichos señores manejan un verdadero catálogo de diagnósticos de problemas ajenos que parece importado de otras latitudes y desconocen lo que aquí ocurre.Vale la pena examinar algunos ejemplos: muestran una gran preocupación por la conservación de los “humedales”, término inventado para designar varios depósitos de agua tales como charcas, pantanos ciénagas y lagunas. Esto en un País muy húmedo donde buena parte del año las inundaciones cubren grandes áreas del territorio. Estos cuerpos de agua en Massachusetts, Dinamarca o aún en Cajicá pueden ser idílicas lagunas con algunas aves acuáticas, pero en el trópico los “humedales” son criaderos de insectos transmisores de las peores endemias tropicales. Estas charcas en cercanías de poblaciones sirven para conservar especies tales como el Aedes aegypti, Anopheles gambiae, Schitosoma mansoni etc., de triste recordación para los que hemos habitado las tierras calientes. Cabe recordar que el termino paludismo proviene de una palabra del Latín, palus que significa pantano.

Los ecologistas han emprendido una campaña obsesiva contra la minería aduciendo terribles daños ambientales producidos por esta actividad, este también es un diagnóstico de catálogo, la actividad minera en Colombia es muy limitada si se compara con la de otros países latinoamericanos. En cambio hay un gravísimo problema ocasionado por la agricultura en pendientes topográficas muy acentuadas, estos cultivos en verdaderas paredes que se observan en la Región Andina desencadenan graves problemas erosivos, los cuales en cada temporada de lluvias destruyen la infraestructura vial, sepultan casas y aún poblaciones, pero como este problema no se presenta en los países de donde proviene la financiación de los “expertos ambientales”, sencillamente no existe. 

Otro problema ecológico que no figura en los catálogos es la práctica de las quemas en las tierras agrícolas, esto destruye la microfauna del suelo y favorece la erosión, pero los “asesores” desconocen su existencia.Quienes financian a los “expertos ambientales” han omitido informarles que los grandes bosques que existían al Norte de Los Alpes y en el Oriente de los Estados Unidos no fueron talados para la actividad minera, esto lo hicieron para la agricultura, ganadería y urbanización.

Otra obsesión entre los ecólogos es la protección de los páramos, han llegado a proponer que se erradique toda actividad económica de esas zonas arguyendo que allí se producen los caudales hídricos del País, este concepto es totalmente falso, cualquiera que conozca realmente el campo de Colombia sabe que las altas pluviosidades se producen alrededor de los 2.000 metros de altura. No se sabe de qué país les llegó a los “expertos” esa historia.

Han creado una extensión excesiva de parques nacionales aduciendo la biodiversidad de esas zonas, pero no se sabe cómo han estimado esa biodiversidad si esos “parques” son tierra de nadie donde los grupos fuera de la ley operan a su antojo, basta anotar que la Directora de la Oficina de Parques Nacionales informó que 33 de dichos parques se encuentran minados (El Tiempo Mayo 4 de 2011). Las únicas minas toleradas en los parques nacionales son las “quiebrapatas” ¿Hasta ahora se dan cuenta de esto? Pero es claro que esto no figura en el libreto que manejan los ecologistas, en fin de cuentas en Gran Bretaña o en Suecia no hay minas antipersonas. Otro tanto ocurre con el arrasamiento de selvas para sembrar coca eso no se toma en cuenta porque no figura en los catálogos.

Las órdenes que reciben los ambientalistas mercenarios es oponerse a toda clase de obras que signifiquen desarrollo, sean carreteras, embalses, puertos, minas, fábricas, etc., cualquier persona con sentido común entiende que la peor amenaza para el medio ambiente es un pueblo atrasado y hambriento, se han puesto a pensar los ecólogos de salón que queda de la naturaleza de Haití o de Somalia.

El esnobismo en Colombia ha llegado a tal exageración que se ha emprendido con verdadera saña una campaña contra el cigarrillo, ya que esto es una moda mundial ¿porque no se hace una campaña contra la venta de pegante bóxer? Sencillamente porque ese problema no figura en los libretos.

Jaime Galvis - Geólogo

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