por Jaime Galvis Vergara
Paulatinamente
y en forma constante, al pueblo colombiano se le han venido imponiendo una
serie de prohibiciones y reglamentos absurdos. Con pretextos tales como
proteger la vida y la salud, proteger el medio ambiente, proteger las minorías,
defender el patrimonio histórico, impedir la contaminación visual y acústica,
etc., la burocracia criolla ha establecido una férrea dictadura aparentemente
para crear el ciudadano perfecto, en realidad para abrir múltiples
oportunidades a la corrupción.
Alguien dijo
alguna vez que si multiplicamos los pecados, todo el mundo se vuelve pecador,
en Colombia está prohibido fumar en una serie de sitios determinados por los
“legisladores” de turno, omitir el cinturón de seguridad en los vehículos es
causal de multa ( o de soborno), sin tener en cuenta que el tráfico citadino en
este país anda a 10 kilómetros por hora, está prohibido parquear en las bahías
de estacionamiento aunque dichas áreas fueron creadas para ese propósito, es
obligatorio el uso de casco para los motociclistas so pena de multa, es
obligatorio llevar encendidas las luces de los vehículos en carretera, a pesar
de los intensos soles tropicales. No se permiten pasacalles ni avisos de neón
porque producen “contaminación visual”, no se sabe de dónde vino esa ridiculez.
En Colombia
está prohibido tener mascotas de especies animales criollas so pena de multas y
confiscaciones (o de sobornos), así quien tenga un loro o un turpial en su casa
está faltando a la ley (curiosamente, en España están prohibidas las mascotas
de especies foráneas). ¡La incoherencia de los ambientalistas es infinita! La
recolección de muestras de rocas y minerales en parques nacionales o donde se
les ocurra a los ambientalistas es objeto de decomisos y abusos. La recolección
de conchas de moluscos en áreas tales como los parques de Utria o El Tairona
está prohibida, por tanto los malacólogos pasan a tomar carácter de reos. La
colección de muestras vegetales en parques y selvas está prohibida
(afortunadamente Humbolt, Boussingault y Mutis están muertos para no sufrir el
vejamen de la confiscación y la multa).
Las
corporaciones regionales han sido especiales en esto de los reglamentos y
prohibiciones absurdas, no hace mucho un campesino del Norte del Tolima fue
encarcelado por tener reses pastando por encima de los tres mil metros de
altura ¡Solo falta que las vacas tengan que portar altímetro! En Santander
establecieron rondas de treinta metros a cada lado de los cauces fluviales
donde se prohíben las construcciones, sin tener en cuenta que en los estrechos
cañones de ese departamento los habitantes tendrían que abrir túneles para
alejarse de las quebradas. Los ambientalista pretenden que se prohíba la
minería a más de 3.000 de altura con el pretexto de proteger los páramos,
ignorando que la naturaleza no funciona con altímetro ni teodolito. Hay páramos
a menos de 3.000 metros de altura (como los de Loriana y El Estero en la cuenca
alta del río Guamuez) y amplias zonas
por encima de esa cota no son páramos (por lo menos una decena de municipios de
Nariño).
Se necesitan
licencias para construir y para demoler, para reformar, para radiodifundir, hay
que solicitar permisos para tumbar un árbol, para hacer un pozo de agua, para
instalar una antena, para poner un aviso, etc. Las licencias ambientales
abarcan todas las actividades posibles, son necesarias hasta para cementar un
patio.
A todo lo
anterior se agrega la notable tendencia a adoptar todas las reglamentaciones
absurdas que puedan hallarse en cualquier parte del Mundo; hasta algunas
ridiculeces de la “political correctness”, se están volviendo de forzoso
acatamiento. Para cualquier obra de interés general hay que consultar las
“minorías” por lo cual donde quiera que se pretenda construir una carretera o
un ferrocarril van a aparecer santuarios o cementerios indígenas imaginarios,
no tardará el día en que un campamento gitano pueda detener la construcción de
un viaducto o un oleoducto.
Es
preocupante que toda esa explosión de bobería no solamente moleste al
ciudadano, está afectando el desarrollo del País. Esto tiende a parecer una
pequeña Unión Soviética.
Por respeto
a la ciudadanía ¡Prohibido prohibir!