Sunday, May 06, 2018

METALOGENIA DEL ORO EN COLOMBIA

Por Jaime Galvis V. & Diego Mojica C.
Posible Arqueano
Aunque no hay una sola datación del Arqueano en el territorio de Colombia, hay algunas litologías que parecen indicar su presencia y hay ocurrencias auríferas que lo sugieren. En el Arqueano se presentaron manifestaciones auríferas en forma de depósitos de origen exhalativo. Estos se encuentran sobre coladas de basalto en forma de cubiertas de sílice en las cuales es característica la asociación del oro con minerales de cobre y wolframio. El “filón” de El Silencio en Segovia (Antioquia) se presenta como un nivel cuarzoso en contacto con una roca de composición basáltica en el cual se reportó la presencia de wolframio y cobre. Algo similar se encuentra en el prospecto de Alisales (Nariño) donde se presenta oro asociado con bornita y mineral de wolframio.
Al Occidente de la Sierra Nevada de Santa Marta, al Oeste de la falla del río Tucurinca hay un sector donde se presentan exposiciones de rocas de muy alto grado de metamorfismo, granulitas y eclogitas, con estas se observan depósitos tabulares de cuarzo, que contiene oro. En esa misma zona se presenta un cuello volcánico reciente, el cual ha movilizado oro de los depósitos tabulares mencionados, diseminándolo en forma de una típica manifestación porfirítica.
Proterozoico
En el Proterozoico se depositaron las mayores reservas de oro del Mundo. Los grandes depósitos de la Corteza Siálica, se originaron directa o indirectamente en este período. Esto está relacionado a factores atmosféricos y biológicos. En primer lugar se debe anotar que en el Proterozoico temprano la atmósfera carecía de oxigeno libre por lo cual su componente principal y casi único era el nitrógeno, el cual en ausencia de oxigeno era químicamente activo. Entre los compuestos químicos nitrogenados, el ácido cianhídrico al estar en contacto con el agua de mar, químicamente alcalina, entró en solución y los cianuros y probablemente otros compuestos nitrogenados, movilizaron oro en solución. En cierto modo el océano se tornó en una enorme tina de cianuración.
Con la aparición de los primeros organismos anaerobios, los cuales al devorar minerales, liberaban oxígeno como un deshecho tóxico, empezó a presentarse precipitación del oro en solución del agua de mar. Por ser un precipitado químico el oro se depositó en los sedimentos del fondo marino, especialmente en los que presentaban mayor espacio libre tales como sedimentos detríticos, aunque también se ha encontrado en sedimentos arcillosos. La presencia del oro en conglomerados y areniscas llevó a que se creyera que se
trataba de aluviones fósiles. Sin embargo se debe anotar que el oro en esos sedimentos de grano grueso se presenta llenando cavidades entre los granos y no como partículas de arrastre. Por otra parte cabe anotar que las secuencias estratigráficas sedimentarias o meta-sedimentarias auríferas del proterozoico presentan un contenido de grafito, lo cual indica un origen marino, ya que no existían organismos terrestres. Este proceso se presentó en muchas partes del mundo, dando origen a los yacimientos de Suráfrica, Rusia, Australia, California, Brasil etc. El oro de meta-conglomerados representa la mayor parte de las reservas mundiales. En algunas localidades las unidades litológicas del Proterozoico inferior no sufrieron metamorfismo por lo cual el oro se presenta en sedimentos detríticos no metamorfizados.
Este proceso tuvo lugar hasta cuando el contenido de oxígeno de la atmósfera alcanzo concentraciones críticas, esto se evidencia en la aparición de sedimentos rojos, los cuales contienen hierro férrico. En ese episodio ocurrió la precipitación del hierro ferroso de los mares, dando lugar a la formación de los depósitos de hierro bandeado tipo Superior.
El oro del Proterozoico se presenta en Colombia en localidades de la Placa Amazónica y de la Placa Andina.
Oro Proterozoico en la Placa Amazónica
En esta placa, el oro se encuentra en depósitos sedimentarios no metamorfizados en los cuales se presenta la mineralización primaria, sin removilizaciones por magmatismo. En las serranías de Naquén y Caranacoa se presenta el oro soldando granos y guijarros de cuarzo en areniscas y conglomerados. También se observa en hilos en los sedimentos pelíticos, grafitosos de la misma secuencia. No se observa alteración hidrotermal ni sulfuros asociados, excepto escasos cristales de pirita. Las rocas sedimentarias mencionadas se presentan en las serranías mencionadas y en otras de menor extensión. Estas unidades son restitas en medio de amplias zonas de granitos migmatíticos. Un caso muy especial se halla en la Serranía de Machado al Sur del Vaupés, allí en la secuencia litológica expuesta se puede observar la transición del medio anóxico al medio oxigenado. Las unidades inferiores reflejan un medio sin oxígeno como se presenta en las serranías de Naquen y Caranacoa, gradualmente empiezan a presentarse minerales con óxido férrico como el oligisto, hasta que el color rojo invade la secuencia litológica.

En esa zona de transición se hallan estromatolitos y se encuentra oro.

Curiosamente en la localidad de Machado se presenta oro asociado a oligisto y a magnetita.

Metaconglomerados auríferos del Proterozoico en Íquira, Huila
Areniscas cuarzosas en Taraira Areniscas infrayaciendo el nivel de estromatolitos
Fósil de Estromatolitos con formas botroidales en Taraira
Oro Proterozoico en la Placa Andina
Fósil de estromatolitos con formas globulares
En esta placa, todas las unidades litológicas del Precámbrico presentan metamorfismo regional en grados variables; en ninguna localidad se hallan sedimentitas o vulcanitas no metamorfizadas. Por tanto el oro primario generado en el Proterozoico se encuentra en meta-sedimentos. Debido al magmatismo en la Placa Andina, la mayor parte de las manifestaciones de oro son producto de la re-movilización, pero en varias localidades se puede observar la mineralización primaria en meta-sedimentos. Los mejores ejemplos de esto se encuentran en la región de Remedios, Segovia y Zaragoza. Allí se han hallado las concentraciones más altas de Colombia. Una localidad muy interesante es Machuca, en donde se observa una secuencia de meta-sedimentos y la explotación aurífera se realiza en los antiguos niveles detríticos. En otras localidades las rocas meta-sedimentarias se encuentran granitizadas, pero las meta-areniscas y meta-conglomerados cuarzosos se conservan inalterados, por lo tanto en minas tales como El Limón, Vegas de Segovia, La Palmichala, la Yurany, la Bartola y otras, el oro libre se encuentra en el meta-sedimento. Ahí no se observa alteración hidrotermal ni se hallan sulfuros metálicos. Esta clase de manifestaciones auríferas es muy frecuente en la Cordillera Central, donde se presentan “filones” de cuarzo con oro generalmente sin sulfuros. Un ejemplo menor de esta clase de depósito se puede ver en Santa Isabel, Tolima. Otras manifestaciones del mismo tipo se hallan en un macizo de poca extensión entre Iquira y Pacarní en el Huila.
Removilización del Oro en la Placa Andina
El oro depositado durante el Proterozoico, en la Placa Andina fue removilizado por magmatismo, dando lugar a manifestaciones de varias clases en primer lugar cabe mencionar las manifestaciones de oro en diatremas: se presentan acumulaciones de roca de campo, metasedimentos del Proterozoico, muy fracturados por explosiones freato- magmáticas e inyectadas por pórfidos. El oro allí se encuentra en la roca de campo, comúnmente en esquistos o neises grafíticos o en meta-areniscas y meta-conglomerados. No se observan resultados notables en la roca intrusiva, por tanto cabe anotar que el oro se halla en los metasedimentos y la intrusión solamente produjo recristalización y desarrollo de piritas. No se observan zonas de alteración ni es frecuente encontrar sulfuros metálicos diferentes de la pirita.
Curiosamente en este tipo de ocurrencia mineral, el oro se encuentra en lo que pudiera llamarse la roca encajante. El mejor ejemplo de esta clase de manifestación se encuentra en el prospecto de La Colosa en Cajamarca, Tolima. Otros ejemplos de esta clase de mineralización se encuentran en Cerro Negro, en áreas de los municipios de Almaguer y La Vega, allí en minas tales como La Concepción y La Berna se observan metamorfitas completamente fracturadas e inyectadas por pórfido. El oro se presenta casi exclusivamente en los esquistos grafíticos y meta-areniscas piritizados. Esta clase de ocurrencias es relativamente frecuente en la Cordillera Central.
Otra clase de mineralizaciones muy importantes, son los depósitos diseminados en edificios volcánicos, los típicos porphyry coppers. Son diseminaciones de sulfuros metálicos, algunos óxidos y oro alrededor de cuellos volcánicos. Tienen origen en la reacción de soluciones hidrotermales con aguas freáticas, presentan zonación y generalmente se definen aureolas de alteración. Las fuentes originales del oro (en zonas de corteza siálica) son meta- sedimentos del Proterozoico. Otros metales tales como cobre, zinc, molibdeno, plomo plata etc., provienen de la cámara magmática. Generalmente son los depósitos auríferos de mayor volumen, aunque nunca presentan tenores tan altos como las mineralizaciones primarias del Proterozoico.
Silicificación en Callejón Blanco, California
Roca Mineralizada Cerro Violetal
Las mineralizaciones diseminadas, conocidas, más grandes en la Placa Andina son las de California y Vetas en el Macizo de Santander en la Cordillera Oriental y la de Marmato al Oeste del cinturón principal de la Cordillera Central. En la localidad de California se encuentra una caldera volcánica cuyo contorno lo define un cinturón de silicificaciones de alteración fílica y al centro un cono resurgente de notables dimensiones. La mineralización aurífera principal se presenta en forma de anillos concéntricos alrededor del cono resurgente. En Vetas, la mineralización diseminada se halla en un edificio volcánico de menores dimensiones.
La mineralización de Marmato se encuentra en Corteza Siálica en un stock dacítico- andesítico que intruye metasedimentos sericitico-grafíticos, arenáceos y prasinitas. La edad de la intrusión es 5,6 millones de años. La asociación mineral es de pirita, blenda, galena y en menor proporción calcopirita, arsenopirita, minerales de plata y oro nativo. Se presenta alteración propílica, fílica y en menor extensión potásica.
Hay otras manifestaciones en corteza continental que presentan algunas características asimilables a diseminaciones tipo porphyry copper tales como Titiribí. Hay varios prospectos de estos cuyo tenor de oro es bajo, tales como El Pisno, Mocoa, Dolores, Piedra Sentada. En realidad las posibilidades en este aspecto son muy interesantes si se proyecta la exploración a grandes edificios volcánicos, tales como el cerro San Lucas en el Sur de Bolívar, el Chimborazo al NE de Yarumal, el volcán inactivo de Santa Rosa en Risaralda, Cerro Bolívar al Sur del Cauca, cerro La Campana límites Nariño-Cauca, además de múltiples conos volcánicos de menores dimensiones, especialmente conspicuos en el Suroeste de Antioquia y al Oeste de Caldas, al Norte del departamento del Cauca entre las poblaciones de Buenos Aires y Santander de Quilichao,al oriente de la Falla Cauca-Patía y en la cuenca del alto Patía al Suroeste del departamento del Cauca, al Oriente de la Falla Cauca-Patía.
En la Cordillera Central y el Macizo de Santander hay numerosas manifestaciones hidrotermales filonianas auriferas, en general, donde coinciden los metasedimentos marinos del Proterozoico y la actividad magmática.
Un aspecto muy importante en la metalogenia del oro en Colombia, es la existencia de depósitos tipo hot-springs del Sur de Bolívar. Allí se presentan toda una serie de conos volcánicos de pequeñas dimensiones, no se encuentran grandes estratovolcanes como hallan en el resto de la Cordillera Central. El vulcanismo es más ácido, se asemeja al de la Cordillera Oriental y es de carácter explosivo, abundan las ignimbritas y brechas de explosión. La roca de campo principalmente presenta migmatitas del Proterozoico. La actividad hidrotermal es intensa y se presentan cenizas volcánicas impregnadas de sílice calcedónica, oxido férrico y oro. Esto también se observa en brechas y lapilli. Bajo los depósitos de piroclastitas sinterizadas se encuentra una red de vetas epitermales, las cuales fueron las vías de las soluciones hidrotermales hasta las piroclastitas en superficie. En el enrejado de filones hidrotermales se presentan sulfuros y sulfosales metalicos, ausentes en los depósitos de hot springs, en los cuales se presentan elementos tales como zinc, plomo, plata, arsénico, antimonio etc.

Las manifestaciones de skarn en la Placa Andina de Colombia no presentan contenidos de oro dignos de mención, los prospectos más conocidos tales como Payandé y Mocoa no son auríferos. Hasta el momento en Colombia no se ha hallado un skarn aurífero tal como el de Nambija en el Ecuador.
Depósitos eluviales en brechas volcánicas.
Esta clase de manifestaciones auríferas ha sido la más explotada en la minería de Colombia, siempre con el erróneo concepto que se trata de depósitos aluviales. Se presentan en áreas de Corteza Siálica y de Corteza Oceánica.
Para comprender el proceso de este tipo de mineralizaciones, es necesario en primer lugar conocer un concepto no contemplado en los estudios de la Geología de Colombia, el del vulcanismo fisural. El territorio de Colombia presenta una tectónica de transpresión muy marcada. Hay fallas direccionales con rumbos N-S, NE-SW, E-W Y NW-SE. Los dos primeros sistemas de fallamiento son los predominantes en el territorio nacional y los más importantes en relación al emplazamiento de brechas volcánicas en forma de efusiones fisurales a lo largo de las fallas, las cuales presentan contenidos de oro en tenores variables. La meteorización de dichas brechas produce un conjunto de guijarros inmersos en una matriz arcillosa. Esto presenta semejanza a un conglomerado fluvial sin serlo. La matriz arcillosa es el producto de la meteorización de vidrio volcánico que encerraba los guijarros de la brecha. Por esto, es característico que dicha matriz se compone de arcilla bentonítica. En un verdadero depósito aluvial, la arcilla es caolínítica.
Guijarros de pórfido en brechas volcánicas explotadas en San Pablo, Bolívar.

Frente de mina en depósitos eluviales en brechas volcánicas explotadas en Anorí, Antioquia.
Brechas volcánicas en El Bagre, Antioquia.
Las razones para considerar que se trata de brechas volcánicas son múltiples; los depósitos no tiene relación con la red fluvial, más aún son anteriores a ésta por lo cual se pueden identificar las brechas lejos de los cauces fluviales, los guijarros y bloques en gran parte se componen de rocas volcánicas vítreas, las cuales no son estables en un transporte fluvial. Las litologías que se presentan en los guijarros no corresponden a lo que se presenta en la cuenca fluvial en que se hallan, además se observan bloques y guijarros de gran tamaño en áreas donde las corrientes fluviales no tienen la energía para transportarlos. Además es importante anotar que en varias localidades se ha podido encontrar la matriz de las brechas no meteorizada e indudablemente se identifica una roca volcánica.

Brecha volcánica en Istimna, matriz bentonitica.
Mina de oro y platino en Condoto, Brecha volcánica
Frente de mina en depósitos eluviales en brechas volcánicas explotadas en Istmina, Choco.
La brechas volcánicas en referencia se encuentran ampliamente expuestas en áreas de Corteza Continental, en el valle medio y alto del río Magdalena, ocupan casi toda la planicie, han recibido varias denominaciones asumiendo un carácter sedimentario, tales como formaciones Honda, Gualanday, Doima, Mesa, Esmeraldas, Mugrosa, Colorado etc., en estas brechas se encuentran depósitos eluviales de oro en localidades tales como San Pablo (Bolívar), Ataco, Tesalia, Puerto Parra, La India (Corregimiento de Cimitarra), Las Nutrias (Municipio de Bolívar; Santander), Sabana de Torres, etc., En casi toda la planicie del alto y medio Magdalena se presentan las brechas mencionadas y su contenido de oro varía desde cero hasta algunos cientos de miligramos por metro cúbico. Al Norte de Antioquia las brechas volcánicas se presenta en una amplia zona del bajo Cauca y el Nechí, equivocadamente se han identificado como aluviones y han sido una de las principales fuentes de oro en Colombia, su carácter efusivo es indudable. Además se presentan unos “aluviones” colgados en Anorí y Amalfi, a más de 1000 metros sobre el nivel del mar, en ambas localidades el aspecto volcánico es indudable.

En las áreas de Corteza Oceánica de Colombia se halla ampliamente expuesto el vulcanismo fisural y las brechas volcánicas han sido objeto de explotación de oro y platino durante más de 100 años, en el departamento del Chocó se presenta una espesa cubierta piroclástica en las planicies centrales del río Atrato, río Quito y río San Juan. La distribución geográfica de los depósitos auríferos no presenta relación con los cursos fluviales y se presentan hasta las pendientes de piedemonte de la serranía del Baudó al Oeste del valle del río Atrato y en una amplia zona entre el río San Juán y el litoral Pacífico al Sur de la desembocadura del río Baudó. En las brechas auroplatiníferas se presentan abundantes guijarros y bloques de radiolaritas, las cuales no abundan en la Cordillera Occidental.
Al Sur en la llanura litoral del Pacifico, en el departamento de Nariño, se pueden observar amplios depósitos de las brechas volcánicas en los ríos Telembí, Maguí y Patia en áreas donde dichos ríos carecen de energía para transportar sedimentos clásticos gruesos. La zona aurífera en Magui se halla en un sector donde el río es casi una ciénaga y aguas arriba de los depósitos solamente transporta fango. La misma situación se presenta en los ríos Guapi y Timbiquí en el departamento del Cauca, donde las brechas auríferas son especialmente duras. También se presentan esta clase de manifestaciones auríferas en el municipio de Buenaventura.
Dentro de las brechas volcánicas auríferas cabe mencionar los depósitos de Asnazú, en el alto río Cauca, los cuales parecen haberse emplazado a lo largo de la Falla Cauca-Patía, por tanto en el límite de las placas Oceánica y Continental.
La Corteza Oceánica
La Corteza oceánica emergida en Colombia, constituye más del 10 % del territorio nacional. Comprende el área situada al Occidente de la Falla Cauca-Patía y un sector menor al NW de la Falla de San Jacinto. El actual fondo oceánico se originó en el Cretáceo, derrames basálticos a partir de las dorsales oceánicas, este piso oceánico se ha desplazado perpendicularmente a la dorsal de la que se originó. En el evento volcánico, además de la efusión de roca se presenta actividad hidrotermal, la cual produce depósitos minerales exhalativos tipo Chipre.
En la corteza oceánica emergida en Colombia se ha identificado una mineralización que parece tener este origen, se trata del depósito cuprífero-aurífero de El Roble en el Carmen de Atrato, Chocó. Se presenta el mineral en el contacto entre basaltos oceánicos y sedimentitas del Cretáceo.
Hasta ahora es el único depósito de esta clase localizado en Colombia y el más antiguo en Corteza oceánica.

La metalogenia del oro en el Cenozoico de la Corteza Oceánica de Colombia se desarrolló por un evento regional que se extendió desde Panamá hasta el Ecuador, el Arco de Islas del Occidente Colombiano. Este gran episodio se inició en mar abierto sin conexión con la Placa Andina en un período no completamente definido entre el Cretáceo tardío y el Cenozoico temprano, posteriormente se acrecionó en forma tangencial con la Placa Andina.
La fuente primaria del oro en áreas de Corteza Oceánica se presenta en los basaltos, el magmatismo posterior lo moviliza y concentra. En el Arco de Islas del Occidente Colombiano se encuentran manifestaciones auríferas en la cuenca intermedia, en el arco interno o arco magmático y en la cuenca trans-arco. Además de las brechas volcánicas de la cuenca intermedia, ya mencionadas, las manifestaciones más importantes se hallan en diseminaciones alrededor de cuellos volcánicos en el arco magmático y en la cuenca trans- arco. En la parte septentrional, correspondiente al Chocó, se presentan dos pulsos magmáticos que se desarrollaron formando una cadena de intrusiones y sus correspondientes edificios volcánicos. El primer evento magmático tuvo lugar en el paleógeno formando una faja Norte-Sur representada en los batolitos longitudinales de Mandé y Acandí. En estos batolitos, los edificios volcánicos fueron erosionados en gran parte por lo cual las ocurrencias auríferas se encuentran dónde quedan restos de los techos de roca efusiva. Un evento magmático más reciente, del Neógeno forma una faja paralela a la anterior, inmediatamente al Occidente de esta; en esta nueva cadena magmática, los edificios volcánicos se han conservado, por lo cual, se hallan grandes diseminaciones tipo pórfidos cobre-oro, formando una hilera al oriente de los valles de los ríos Atrato y San Juan. Buenos ejemplos de estos depósitos diseminados se pueden ver en los cerros de El Dojurá, Mutumbudó, Neguá (cerro vecino de la confluencia de los ríos Neguá y Comitá), en un bonito cono volcánico al Norte del caserío de Vegáez y toda una serie de edificios volcánicos que se presenta al Norte entre los ríos Arquía y Murrí y entre este y el Cerro del Cuchillo, próximo a Urabá. También se observan algunos conos volcánicos al Suroeste del Batolito de Acandí, en estribaciones de la serranía del Darién. Asociadas a este vulcanismo, se encuentran algunas manifestaciones exhalativas tipo Besshi, por tanto no auríferas.
En un sector al Sur de la Falla de Garrapatas, el arco magmático se desdibuja y la actividad ígnea, intrusiva, escasa se manifiesta en intrusiones profundas donde no alcanzo a llegar agua freática y por tanto no se presentan mineralizaciones diseminadas. Un buen ejemplo de esto es el Batolito de Anchicayá el cual produjo metamorfismo térmico en su entorno pero no mineralizaciones diseminadas.
Al Sur, donde el Arco de Islas se presenta completo, el arco magmático presenta algunas manifestaciones auríferas en sitios tales como El Remate, en riberas del río Telembí o en Sanabria en la cuenca alta del río Iscuandé.

La cuenca transarco del Arco de Islas del Chocó presenta manifestaciones auríferas importantes, diseminaciones relacionadas a cuellos volcánicos tales como la de Buriticá. Zonas de contacto de pequeñas intrusiones mineralizadas como en Frontino. Mineralizaciones exhalativas tipo Kuroko tal como El Alacrán en la cuenca del río San Pedro, en la cuenca del río San Jorge. Diseminaciones en esa misma zona tales como Montiel y Terán.
Mina “El Alacrán”, depósito exhalativo Oro- Cobre
Mina de Terán, abundante calcopirita y bornita
Al Sur se presentan ocurrencias auríferas muy importantes en la Cordillera Occidental. Allí cabe mencionar una caldera volcánica de amplias dimensiones en la cual se hallan las ocurrencias minerales de El Diamante Bomboná y Piedrancha las cuales han sido explotadas. Al Norte de la mencionada caldera, en la Cordillera Occidental se encuentra un extenso batolito en cuyos contactos con las rocas del Cretáceo se presentan importantes mineralizaciones auríferas en localidades tales como La Llanada, Cumbitara, Sotomayor y la Concordia.

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