Monday, January 09, 2017

RENACIMIENTO ECONÓMICO

El progreso económico de Colombia, no solamente se estancó, está evidenciando un marcado retroceso. Lastimosamente varios diagnósticos para remediar esto tienen un sesgo muy centralista, con un desconocimiento muy grande de la realidad del País.


Para activar la actividad económica se necesita en primer lugar un cambio total en el aparato burocrático de Colombia. Esta nomenclatura criolla está obstaculizando las actividades productivas. Cualquier iniciativa está sujeta a una tramitación tortuosa y prolongada en la cual menudean los chantajes de la corrupción. Los vericuetos que presentauna licencia de construcción, todo el proceso que requiere un proyecto industrial o comercial, el increíble viacrucis burocrático para iniciar una exploración petrolera, las complicaciones y demoras que implica un contrato de explotación minera, los laberintos burocráticos para una adjudicación de terrenos baldíos, la tramitología para obtener una licencia de importación, la obtención de una licencia del Invima, el proceso para participar en una licitación, etc.


A todo ese enredo burocrático se agrega un Poder Judicial sobre dimensionado y absurdo que además legisla, crea vetos, impide proyectos, paraliza actividades; todo esto además de adelantar persecuciones políticas y de hacer gala de una parsimonia pasmosa. 


Un aspecto fundamental en el desarrollo futuro es saber cuál es el patrimonio natural real del País. Se menciona una riqueza agrícola muy grande, pero los datos oficiales anotan que solamente el 21,6 % del territorio tiene vocación agrícola. Los suelos de un trópico húmedo tienen serios inconvenientes por su acidez y el contenido de aluminio tóxico. Hay productos tales como los cereales con excepción de arroz que no pueden abastecer el consumo. Otro tanto sucede con leguminosas tales como  la soya, la lenteja, el garbanzo. Colombia no tiene suelos óptimos para cultivar algodón. Ciertos cultivos de trópico húmedo tales como el cacao, caucho y la palma africana presentan buenas perspectivas. Si a lo anterior se agregan algunos frutales,  a eso se reduce la nueva oferta agrícola exportable.   


El tema de los recursos del subsuelo ha sido objeto de una miopía absurda, medios de  comunicación irresponsables se han dedicado a satanizar todo lo referente a hidrocarburos y minería. El desconocimiento del país por la alta burocracia ha sido patético, se ignoró la existencia de grandes yacimientos de petróleo pesado, porque estos se hallan lejos de la Sabana de Bogotá. La explotación del recurso mineral más importante, el oro ha sido sistemáticamente saboteado por la agitación ambientalista. Alos mayores depósitos de mineral de hierro los declararon parque nacional, sin tomarse el trabajo de por lo menos visitarlos. En la vertiente del Pacífico hay prometedoras manifestaciones de metales básicos, pero están lejos de Bogotá y les crearon una tramoya de leyes absurdas para que no se pueda hacer nada. La explotación del carbón ha sido una simple actividad extractiva sin el valor agregado de una industria carboquímica. El mayor depósito de fosfatos está más cerca de la frontera que del altiplano, por tanto no amerita atención.


Por ultimo cabe mencionar el tema de desarrollo más importante, la industria. Además de todos los inconvenientes de burocráticos, legales y de la algarabía ecológica, la actividad manufacturera  de Colombia carece de industrias básicas, no hay un desarrollo siderúrgico que permita crear industria pesada. No hay metalurgia de aluminio, cobre o zinc. En la producción de fertilizantes faltan los insumos básicos tales como la úrea y el potasio. Los fosfatos son insuficientes. Colombia no produce celulosa. La industria de alimentos para animales depende en su mayor parte de insumos importados. En lo único que hay suficiencia es en materiales tales como cemento y cerámica para la construcción, por tanto salimos de la edad de piedra, falta entrar a la edad de los metales.  


Jaime Galvis V.

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