Por Jaime Galvis V - Geólogo y Experto en Minería
En la vida política de Colombia en los últimos
años se ha fomentado una mentalidad tribal cuyas consecuencias en el futuro del
País pueden ser funestas. Tradicionalmente Colombia ha sido un país
plurirracial en el cual se pueden observar todos los matices del mestizaje. En
los conflictos nunca fue un factor determinante el racismo y el alto grado de
mestizaje determinó que entre los colombianos nunca se presentara una verdadera
segregación racial.
Desde hace varias décadas se
ha presentado un verdadero bombardeo mediático por parte de entidades
internacionales, algunas agencias estatales criollas, medios universitarios,
medios de comunicación e “ideólogos” con el firme propósito de fomentar
diferencias raciales y sus consecuentes odios. Por influencia de ONG
internacionales y algunas presiones diplomáticas se crearon numerosas reservas
indígenas para aislar cada grupo racial del entorno nacional, algo muy similar
a los bantustans que creó el Imperialismo Británico en Africa. Dichas reservas
se consideran exclusivas para cada grupo linguístico indígena, dándoles el
aspecto de pequeñas nacionalidades. Además en dichas zonas no operan las leyes
del Gobierno Nacional, “Los Resguardos” aplican sus propias leyes. Por otra
parte sus habitantes están exentos de deberes tales como el pago de impuestos o
el servicio militar. Las reservas indígenas son áreas enormes en relación al
volumen de población que las habita y presuntamente las usufructúa.
Hay toda una serie de gabelas
paternalistas que han convertido a los “indígenas” en grupos privilegiados, lo
cual ha generado resentimientos y odios en comunidades campesinas pobres que
por no llevar el membrete de “indígenas” no gozan de esos privilegios. El
favoritismo por los habitantes de los
“resguardos” no ha engendrado en ellos apego y lealtad a la nacionalidad, todo
lo contrario esto solamente ha generado una continua exigencia de más
privilegios y tierras (generalmente amenizada con motines y cierre de
carreteras); además de actitudes hostiles hacia las autoridades del Pais.
Frecuentemente se han aliado a grupos guerrilleros y de delincuencia común. Se
ha generalizado un rechazo a la construcción de obras públicas en sus
“territorios”, en resumen en ellos no hay un sentido de pertenencia a la
nacionalidad. Esto muchas veces ha llevado a actitudes francamente ridículas
tales como las protestas por el descubrimiento de América y cosas por el
estilo. Es francamente absurda la existencia de esas reservas o resguardos,
cuando países de gran población indígena como México, Perú, Bolivia o Paraguay no han establecido esa clase de cotos
territoriales.
La legislación de Colombia
es aún más absurda en lo que respecta a la población de raza negra.
Establecieron unas zonas de “negritudes” las cuales tienen unas
reglamentaciones económicas y sociales especiales. Todo esto lo rige una “ley
de negritudes” originada en la constitución de 1991, en la cual curiosamente no
hubo representantes de las gentes de raza negra, ni en lo que se sabe se les
consultó al respecto. Debido a esto la vertiente del Océano Pacífico, donde se
halla la mayor parte de la población afroamericana o negra como ellos prefieren
que los denominen. Se establecieron una serie de normas absurdas como aquella
de la propiedad “comunitaria” en vez de propiedad privada y otras genialidades
por el estilo que han contribuido a acentuar el aislamiento y la miseria de las
poblaciones del Litoral Pacífico, con esto la región se convirtió en una base
de delincuencia en Colombia. Al vedarse las actividades económicas lícitas,
allí prosperó el narcotráfico hasta niveles increíbles. Al depender de
actividades ilícitas, la población negra ha tomado actitudes hostiles a la
presencia de forasteros, una xenofobia en pequeña escala acentuada por la
escasa o nula inversión gubernamental en infraestructura.
Debido a toda esa serie de
legislaciones disparatadas, la delincuencia domina el Litoral Pacífico y zonas indígenas como las del Cauca son un
polvorín, con o sin presencia guerrillera. Es increíble que al mismo tiempo que
países como Suráfrica o Namibia están suprimiendo los bantustanes con el fin de
favorecer la integración racial y grandes estados plurirraciales y
plurilinguisticos tales como La India hacen grandes esfuerzos para integrar los
diversos grupos humanos, en Colombia agencias estatales, ONG y muy numerosos
“ideólogos” procuren fomentar un tribalismo suicida. Ahí se está gestando el
próximo conflicto de consecuencias impredecibles.
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