por Jaime Galvis
Noviembre 22 de 2011
El
territorio de Colombia es poco conocido. En la época colonial, la exploración
no fue una actividad estimulada, por el contrario la burocracia virreinal fue
ajena a todo lo que significara conocimiento de las grandes áreas del País. La
única excepción fueron algunas tímidas actividades al final del virreinato
tales como la Expedición Botánica. Nunca hubo grandes expediciones de
aventureros buscando minerales tales como los Bandeirantes en el Brasil. Luego
de la Independencia la actividad exploratoria fue casi nula, un área como el
Valle Medio del Magdalena, situada en el centro del País permaneció siendo en
su mayor parte una selva casi inexplorada durante más de la mitad del siglo XX.El
conocimiento geológico del País es en extremo deficiente, la cartografía
geológica publicada es deplorable, no existe un tratado de geología de
Colombia, no hay estudios metalogénicos. No hay claridad en los modelos de
generación y almacenamiento ni siquiera en los hidrocarburos, todo se reduce a
estudios puntuales mal orientados e inconexos.El
Gobierno Nacional ha creado una entidad denominada Agencia Nacional de Minería,
para administrar los recursos mineros, dentro del esquema de funcionamiento de
dicha agencia, esta podrá reservar áreas especiales y hacer subastas de ellas.
Ante la pobreza de la información existente ¿con que criterio van a definir las
áreas especiales? ¿Se van definir por consejas y mapas del tesoro? O
posiblemente basándose en la alharaca de periodistas ignorantes del tema que
frecuentemente hacen “hallazgos”. En estos asuntos es muy fácil hacer el
ridículo, basta anotar aspectos como el “coltan”, como están denominando la
tantalita; el ruido empezó por Venezuela y luego se extendió al Oriente de
Colombia, menudearon las declaraciones oficiales amenazando a quienes se
apropiaran de semejante tesoro. La tantalita se presenta en unas
mineralizaciones denominadas greisen donde se encuentran cuarzo, topacio,
casiterita, ilmenita, rutilo y tantalita. Dichos minerales se encuentran muy
diseminados por lo cual no permiten una explotación a escala industrial, se
necesita hacer pequeñas excavaciones donde presentan escasos cristales, de los
cuales la mayoría (mas del 60%) son de casiterita, mineral de estaño de bajo
precio, la tantalita es el más escaso de los minerales mencionados. Por tanto
esas manifestaciones no tienen un interés especial como para hacer subastas
internacionales. Cabe anotar que la primera mineralización de esta clase en
Venezuela, fue hallada hace más de treinta años y nunca ha sido objeto de una
explotación industrial, allí los indígenas extraen artesanalmente estos
minerales y los venden en Puerto Carreño, las ocurrencias halladas en
territorio colombiano se extraen en la misma forma. Esto dista mucho de ser un
gran negocio considerando que la mayor parte de lo extraído es casiterita. Este
mineral se presenta diseminado también en Brasil (Territorio de Rondonia) y al
considerar antieconómica su explotación por medio de excavaciones, solamente lo
extraen de algunos aluviones.Respecto
al oro el desconocimiento genético de los depósitos conocidos es pasmoso,
prácticamente se practica una guaqueria mecanizada, sin ninguna idea clara del
potencial existente. Respecto a otros metales la situación es peor aún,
exceptuando el níquel, en explotación, de los demás se desconoce si hay
depósitos explotables, solo hay datos muy fragmentarios y especulaciones. Hay
indicios de un yacimiento de hierro bandeado pero datos oficiales brillan por
su ausencia.Ante
lo anterior cabe preguntar que va a subastar la Agencia Nacional de Minería?
Leyendas como el uranio de La Macarena o los diamantes de Tena? Hace años,
Ecominas creó un esquema similar, los “aportes” con lo cual congelaron amplias
zonas del País sin resultado alguno, de eso no salió ningún proyecto minero,
quizás exceptuando los aportes de esmeraldas, de los cuales no es un secreto el
dato de quienes ganaron la subasta.Hay
mucho ruido acerca del auge de la minería en Colombia y de los grandes recursos
existentes, nada más lejano de la realidad. Cualquiera que lee los titulares de
prensa cree que el País está tachonado de depósitos de oro, lo cual no es
cierto, Colombia no es Suráfrica. Aquí se conocen media docena de ocurrencias
auríferas que pueden ser depósitos de gran tamaño, lo demás son manifestaciones
pequeñas o a lo sumo medianas. Por tanto es ilusorio creer que se va a
presentar una avalancha de grandes compañías tras la ofertas de la mencionada
agencia. Durante más de ocho años varias compañías mineras han explorado el
territorio nacional y los hallazgos son pocos, por lo cual empresas como
Barrick, Rio Tinto y otras se han retirado, no hay razón para considerar que
las subastas van a crear un interés que no existe. Lo único que las áreas de
reserva pueden ocasionar es la congelación de pequeños prospectos que pueden
ser interesantes en pequeña escala y el atropello de muchos mineros de
subsistencia.Además
la Agencia Nacional de Minería debe advertir a los posibles licitantes
que en Colombia existe un verdadero colectivo de ONGs, ecólogos, antropólogos,
sociólogos, abogados y comunidades de papel dedicado a sabotear los proyectos
mineros. Esto ha llevado a que los escasos proyectos importantes se
encuentren totalmente paralizados.
Jaime Galvis Vergara
Geólogo, escritor y agudo observador, de a pié, de las más remotas
regiones del país.
No comments:
Post a Comment