Monday, June 29, 2009

La Degradación del Arte

por Manfred F. Schieder




"El arte de cualquier período de la cultura es un fiel reflejo de la filosofía de esa cultura."

(de "Los principios básicos de la literatura", por Ayn Rand)

En su libro "Picasso no era un Charlatán" presentó el exquisito humorista que fuera Ephraim Kishon, un fino pero despiadado crítico del "Arte Moderno", el testamento intelectual de Pablo Picasso, un documento que los responsables de los pintarrajos "modernos" que nos rodean han ocultado cuidadosamente.

Lo que sigue son palabras documentadas de Pablo Picasso quien no las desdijo en ningún momento, a pesar de continuar viviendo por 21 años después de su publicación en 1952: "Dado que el arte ya no es el alimento de los mejores, puede usar el artista su talento para aplicarlo a todos los cambios y caprichos de su fantasía. Esto abre a su charlatanería todos los caminos. La población en general ya no encuentra ni solaz ni elevamiento en el arte. Pero los engreídos, los ricos, los inútiles y todos aquéllos que quieren llamar la atención sobre sí mismos, encuentran en el arte lo extraño, lo original, lo excéntrico y lo chocante. Yo mismo complací a mis críticos con incontables bromas que ideé y que admiraron tanto más cuanto menos las entendieron. Hoy en día no soy solamente famoso sino también rico. Pero cuando me encuentro a solas conmigo mismo, no puedo considerarme un artista en el sentido sublime de la expresión. Grandes pintores fueron Giotto, Ticiano, Rembrandt y Goya. Yo soy solamente un payaso que entendió a su tiempo y supo sacar ventaja de la estupidez, lascivia y vanidad de sus conciudadanos."

"Picasso no fue un payaso," agregó Kishon, "ni un impostor, pero sí un comentarista sarcástico de un tiempo confundido, un cronista brillante de la estupidez humana."

La distinguida filósofa Ayn Rand dijo: "Hoy en día, en el momento de su triunfo casi absoluto, se alzan las voces del eje místico-colectivista-altruista en un solo gemido de desesperación, proclamando que la existencia sobre la tierra es malvada, que la futilidad es la esencia de la vida, que el desastre es el destino metafísico del ser humano, que el ser humano es un fracaso miserable, depravado por la naturaleza e inepto para existir." (de "La bancarrota intelectual de nuestros tiempos")

Ha perdido la humanidad, manejada por el eje citado, la noción de la belleza y el sentido de la vida o es el "arte moderno" meramente la expresión de los engañadores e impostores de la estética?Analicemos esto con mayor detalle. El universo es regido por leyes físico-químico-matemáticas de precisión absoluta. No puede actuar de manera distinta a como lo hace, porque éste es su procedimiento mecánico intrínseco. El universo es sus leyes y éstas son el universo mismo. Existe, pues, en una interconexión completa consigo mismo.

Los seres humanos, como producto y parte del universo, se encuentran sometidos a las leyes que son el universo mismo. Empero, el universo no nos impide que desobedezcamos sus leyes. Dado que sobrevivimos en base al uso de la facultad de la razón, esa facultad especial que nos caracteriza y distingue de todas las demás especies, podemos pensar y, de acuerdo, ello nos obliga a decidir. Pero la facultad de la razón incluye la capacidad del libre albedrío, lo cual nos permite tomar, intencionalmente, decisiones erradas. Empero, las decisiones erradas llevan a que seamos castigados por la realidad.Mientras que los pensamientos productivos nos llevan a progresar, pensamientos destructivos llevan al fracaso, el cual no necesariamente será inmediato pero, como lo demuestra la historia, es inevitable, involucrando muchas veces la muerte de muchas personas. Nadie se encuentra exento de esta regla, sin importar cuan elevada sea su posición social o política o cuantas medallas decoren su pecho. Y si alguno de nosotros pensase que su decisión personal no cuenta y que de todas formas es inútil oponerse a los errores cometidos por otros, habrá agregado su parte de culpa a la creación de un mundo malévolo, un mundo donde los Stalitlers y los jerarcas místicos de todo tipo y color imponen sus sistemas dictatoriales.

La filosofía que predomina a escala mundial entre la población en general y que fuera y es impuesta por los existentes niveles intelectuales, provee la base misma para el surgimiento y la existencia de sociedades maléficas. Cada uno de nosotros es, pues, y cuán levemente que ello fuese, personalmente responsable por no oponerse a ello, siendo el arte tanto el resultado como el vocero de la filosofía que respalda tales situaciones.Los modernos pseudo-artistas han olvidado las hermosas palabras expresadas por ese escritor exquisito que fuera Oscar Wilde: "El arte es belleza". El lema actual es exactamente lo opuesto: la fealdad, el absurdo, la hostilidad contra todos los valores humanos positivos es lo que se encuentra a diario en las exhibiciones de "arte moderno", los así llamados teatros de vanguardia y otras tantas atrocidades. Ni siquiera la música sinfónica y las óperas han sido capaces de evadir tan feroces ataques.

Los Pollocks, los Nitsch y los Beuys del mundo esparcen sus tarros de pintura sobre lienzos vírgenes o tiran sus absurdas aberraciones en derredor. Los ejemplos abundan: la "Deutsche Gallerie" de Berlín, adquirió un lienzo de 3 x 6 metros cubierto con tres salpicaduras de color por 2.300.000,00 dólares obtenidos de los impuestos contribuídos obligatoriamente por una población productiva a la que no se le permitió opinión alguna en el asunto.

Música atonal y dodecafónica (o tendría que llamarla "cacofónica"?) representan la disonancia de la ignorancia que existe en las mentes aturdidas de quienes adhieren a la maliciosa filosofía que rige a la población humana. Los teatros de "vanguardia" presentan un mundo "artístico" similar a las escenas que pueden encontrarse en los institutos de psiquiatría: seres irracionales que no sólo despiertan en nosotros sentimientos de piedad sino de verdadero terror, dado que muestran lo que sucede a un ser humano normal cuando comete una contradicción contra sí mismo o cuando pierde o se separa de la capacidad de la razón. Su decrepitud es aún más aberrante que toda deformidad física y, en consecuencia, su ofensa hacia seres humanos racionales no podría ser más evidente.

Los irracionales tipos de sociedad en que nos encontramos han invadido incluso el área artística de la moderna tecnología de la computación. Utilizando las técnicas de programación, gráfica y sonido más avanzadas, la mayoría de los juegos de computación de hoy en día presentan oscuras cavernas de las vergonzosas Edades Oscuras, con su carga de criaturas deformes y maleficios imposibles. Es hacia las mentes jóvenes y vírgenes que se lanzan estos monstruos imposibles, mentes cuyo desarrollo es, en consecuencia, destructivamente deformado. Bajo estas circunstancias, no ha de sorprender la astrología y sus hor(r)óscopos y otros tantos fraudes, tales como las sectas religiosas y políticas y su meta de destruir a la razón, gocen hoy en día de tanta popularidad.

La alegría de la vida y el romanticismo se han refugiado en las mejores expresiones de la ciencia-ficción, tales como fueron presentadas por H. G. Wells, Ray Bradbury, Isaac Asimov y Arthur C. Clarke. Los Victor Hugos, Ibsens y Rostands aparecen esporádicamente en la pantalla de la televisión a través de series tales como "La Dimensión Desconocida" de Rod Serling, un autor que eligió situar sus románticas ideas en lugares imposibles. La racionalidad reaparece en caracteres tales como Mr. Spock en la serie "Star Trek" y algunas historias relacionadas escritas por Sondra Marshak y Myrna Culbreth, que reconocen la influencia ejercida por Ayn Rand en sus novelas.

Afortunadamente todavía proveen las artes gráficas seguro refugio a muchos artistas que quizás no sean tan conocidos pero que todavía no han perdido el sentido de la belleza. Sus dibujos y pinturas, a pesar de no ser adquiridas por millones de dólares en alguna subasta del arte, muestran la belleza del mundo que nos rodea y presentan seres humanos pletóricos de vida. Entre ellos puedo citar a Pierre Doutreleau, un pintor que muestra el vibrante sentido de la vida moderna y de la enaltecedora arquitectura de los rascacielos. En esa misma línea pueden citarse la ilustraciones de Boris Vallejo y similares. Si bien las ilustraciones son consideradas, en general, como un arte menor, incluyen las exquisitas pinturas y dibujos de las "pin-up" a través de artistas tales como el ya difunto Alberto Vargas.

En un mundo que constantemente realza la preeminencia de la fealdad y la violencia, es imperioso comenzar a difundir ideas basadas en la razón, introducir cursos de la filosofía del Objetivismo en escuelas y universidades, porque ésta es la única forma de echar de lado las contradicciones existentes entre el anquilosado sistema social y la consecuente falta de desarrollo intelectual todavía existentes y el extraordinario avance científico y tecnológico de la humanidad. Si no se desecha definitivamente al todavía existente y dominante eje místico-colectivista-altruista, vendrá el momento en que las ciencias mismas serán eliminadas, una meta que constituye el propósito esencial de todos los ambientalistas y que devolverá a la humanidad a un estado de repugnante ignorancia, un tipo de existencia que de manera alguna puede ser llamada "humana" y que Ayn Rand presentó en líneas de remarcada precisión en su novela "Himno", una "sociedad" que ni siquiera merece ser llamada así, de claro carácter colectivista, donde se ha perdido incluso el uso de la palabra "Yo" y donde se han prohibido los inventos, ya que los mismos podrían destruir el eterno estado de "status quo" que desean los auto-establecidos dictadores.

Empero, es a consecuencia del crecimiento del cerebro humano, ocasionado por el mecanismo de la evolución, que la permanencia de tal estado de inmovilidad se convierte, a su tiempo, en una situación completamente insostenible que, necesariamente, termina en revoluciones, levantamientos y guerras que se podrían evitar si se cambiasen las condiciones existentes.

En consecuencia, donde interviene el arte para reemplazar a las sociedades místico-colectivistas-altruistas por un sistema adecuado a individuos racionales y libres?

"El arte es una forma concreta de la metafísica," ha dicho Ayn Rand, para añadir: "El arte lleva los conceptos del hombre al nivel de percepción de su conciencia y le permite captarlos en forma directa, como si fueran percepciones." (de "La Psico-Epistemología del Arte")

Esta declaración aparentemente tan compleja puede ser explicada detalladamente como sigue. A través de ella entenderemos la función que lleva el arte en la fundación de un sistema social radicalmente distinto al ahora existente, un sistema basado en el eje Razón-Individualismo-Capitalismo que corresponde de manera clara y precisa al estado moderno de las actividades y necesidades humanas.

Analicemos esto paso a paso. Obtenemos la información primaria a través de la percepción, o sea a través de nuestros sentidos, que envían a nuestro cerebro los datos que reciben de nuestro alrededor. La opinión kantiana, directamente relacionada con Platón, de que lo que vemos no es real por ser aparentemente una representación falsa de los sentidos mismos, es falsa de por sí, ya que nuestros sentidos, siendo un producto de la evolución misma que opera con la realidad que los rodea, son simplemente sensores que transmiten al cerebro las sensaciones producidas por ese entorno absolutamente real, a menos que estos sensores se encuentren dañados (como sucede, por ejemplo, en el caso del Daltonismo), una condición que puede ser identificada y corregida, ya que la percepción es la totalidad de las sensaciones relacionadas.

Específicamente percibimos un objeto en sí así como el ambiente en el cual la percepción tiene lugar. Nuestros sentidos transmiten lo que la realidad provee. Cuando vemos que una paja inmersa en un vaso lleno de agua parece quebrada, podremos errar en nuestra evaluación del hecho mismo, pero la información que recibimos es en sí correcta. Nuestros sentidos adicionales proveerán la prueba de que la paja no ha sido dañada al ser introducida en el vaso, reduciéndose todo a un fenómeno visual peculiar al comportamiento de la luz al cruzar una barrera líquida.

Lo que percibimos es, pues, una entidad que tiene su propia identidad. Ser es ser algo, lo cual significa que la existencia y la identidad forman una unidad. No puede haber identidad sin un existente que la respalde. Todo lo que existe, existe como unidad, aún cuando es un miembro dentro de un juego de dos o más unidades. La capacidad de reconocer cada cosa existente como una unidad es una forma de cognición distintiva del ser humano.

En el paso siguiente distinguimos características similares, pertenecientes a dos o más existentes, reteniendo estas características comunes pero dejando sin considerar los materiales que los constituyen, sus tamaños, etc. Ahora podemos acuñar una palabra que simbolice estas características comunes. Esa palabra es un concepto, mediante el cual podemos identificar una infinidad de existentes con un mínimo de identificación y un máximo de economía.

Esto nos permite formar conceptos tan variados como "cama", "silla", "mesa", etc. La relación existente en las características comunes de los conceptos es idéntica a la relación existente entre símbolos algebraicos y los números, donde las letras simbolizan a cualquier número. Este proceso fue detallado con extrema precisión por la filósofa Ayn Rand en su obra "Introducción a la Epistemología Objetivista".

Los conceptos mismos pueden ser unidos entre sí conectando las características comunes de dos o más de ellos, agregando las nuevas características que puedan resultar de la conexión en sí y que sean comunes a todos ellos, siempre dejando sin considerar los tamaños y materiales involucrados y recordando que, sin importar cuan grande sea el número de existentes involucrados, han sido unidos epistemológicamente en una unión común para economizar el proceso del conocimiento. Este concepto nuevo, más elevado, no tiene, empero, ningún elemento unitario tangible en la realidad misma. Es una abstracción de los conceptos que reúne. En consecuencia, el concepto "mueble", que no existe como unidad en la realidad, representa e incluye los conceptos de "silla(s)", "mesa(s)", "ropero(s)", "cama(s)", etc. Mediante la nueva abstracción pueden ser diferenciados como familia de otros conceptos que también tienen características comunes, tales como "puerta(s)", "ventana(s)", "pared(es)", etc., todos los cuales son parte de un "edificio" (otro concepto de nivel más elevado). El concepto que reúne a estos conceptos abstractos - "casa" - conectado al concepto abstracto "muebles" y muchos, muchos más, todos ellos dependiendo del concepto principal "ser humano", forma una nueva abstracción: "hogar".

La totalidad del proceso es, naturalmente, mucho más larga y mucho más compleja, ya que se conecta directamente con el concepto "conciencia" y las definiciones de todos los demás conceptos, etc., hasta el nivel de los axiomas, que son en sí mismos abstracciones que incluyen y contienen a todas las abstracciones y conceptos particulares, cerrando así el ciclo completo y retornando a sus orígenes, las percepciones de lo realmente existente que, dado que existen, se hallan unidas al axioma-abstracción general de "Existencia" (Lo que es, es - A es A, - Aristóteles). Lo que antecede alcanza, empero, para el propósito de este artículo.

La estética, el quinto pilar de la filosofía, se encarga de la visualización de las percepciones y abstracciones.

"El arte," definió Ayn Rand, "es la re-creación selectiva de la realidad, de acuerdo con los juicios de valor metafísico del artista." Esto significa que cualquiera que fuese la filosofía que explícita o implícitamente forma su "sentido de vida", ella determinará las obras que produce y que presenta al mundo. Esto implica no solamente cómo entiende el artista a la existencia misma, sino también cómo quiere que los demás la vean. En consecuencia, una visión de la vida, una filosofía que entiende a la vida como mera "preparación" para la vida "real" que supuestamente existe después de la muerte y que se halla poblada por supuestos seres "superiores" - dioses, santos, etc. - producirá obras de arte directamente relacionadas con tal punto de vista - como sostienen las religiones - y si desprecia la existencia real de los mismos seres humanos, como lo hace la religión islámica y religiones similares, no permitirá a sus "artistas" siquiera pintar o dibujar figuras humanas; su tarea se reducirá al arte caligráfico y/o decorativo, y quedará sujeto a pintar o dibujar arabescos, meros diseños de líneas, formas o frases, procediendo éstas principalmente del Corán. Una sociedad basada en tal entendimiento de la humanidad (a consecuencia de su comportamiento inhumano ni siquiera puede ser considerada como "civilización") no puede avanzar hacia un Standard de vida superior; desprecia a la ciencia y la tecnología, y solamente acepta los descubrimientos e invenciones logradas por los foráneos hasta donde ellos sean requeridos para negociar lo esencial para vivir o para usarlos con el fin de destruir y/o esclavizar a las civilizaciones "infieles". Ser obligado a actuar así agrega más fuego a su odio contra las comunidades más libres que, de acuerdo con sus creencias, no merecen tal opulencia. Esto, claro está y de ninguna manera inesperadamente, excluye a los dirigentes, quienes suelen rodearse de las más lujuriosas posibilidades disponibles.

Esta perversa manera de considerar a la vida humana se aplica especialmente a las mujeres, quienes son las creadoras de futuros seres humanos y, como tales, son permanentes recordatorios de la verdadera existencia, la terrenal. Ellas son consideradas meros enseres que valen "menos que un camello" y son solamente útiles para crear futuras carnes de cañón terrorista a ser enviada contra los infieles, algunos de los cuales pueden ser otros islamitas, si bien ha de esperarse que pertenezcan a una secta opuesta. De acuerdo, se obliga a las mujeres a permanecer dentro de las casas y cubrirse con vestimentas que oculten sus figuras, ya que sus formas corporales podrían recordar a los hombres de la tribu cuan bella puede ser la vida real. La regla de que las mujeres deben cubrirse de pies a cabeza, lo cual es el más evidente ejemplo del tortuoso tipo de existencia que este tipo de "sociedades" considera adecuado a sus creencias, condena a las mujeres a permanecer horrorosamente ignorantes, aplicándoseles incluso el proceso de la infibulación para quitarles también la más mínima posibilidad de conocer la felicidad. No puede existir un ejemplo más evidente de cuan profundamente detestan estas "sociedades" el más mínimo signo de existencia humana, todo ello dejando momentáneamente de lado que obligar a las mujeres a ocultar sus cuerpos es un pecado estético, ya que la belleza del cuerpo femenino es una verdadera maravilla de la evolución misma.

El verdadero artista, consciente de su responsabilidad hacia sí mismo y hacia la sociedad de la que obtiene, por intercambio, sus medios de sustento, visualiza a través de sus abstracciones el carácter positivo del ser humano y lo demuestra en sus escritos, sus pinturas, sus dibujos y sus esculturas, en la música, la arquitectura y las demás bellas artes.

Otros, empero, que quieren obtener ventajas de la credulidad humana, proceden mediante el engaño intelectual en las variadas formas del mismo, incluyendo, naturalmente, la política. Picasso es un claro ejemplo del artista que entendió lo que ciertos de sus contemporáneos estaban dispuestos a pagar y promover. Y mientras él mismo, como ya se demostró a través de su testamento intelectual antes citado, no estaba intelectualmente dispuesto a participar en este engaño, lo usó, empero, en su beneficio financiero, construyendo sus propios pueblos de Potemkin que los encumbrados pagaron con su estupidez, en la errada creencia de que con ello evidenciaban su elevada intelectualidad. Habrá reunido con ello una fortuna, pero actuó inmoralmente. Fue un engañador y un estafador de la conciencia humana.

Veamos qué puede transmitir un verdadero artista a través de sus obras a partir de una abstracción dada, por ejemplo el concepto de "hogar". Para los artistas de la época del "Biedermeier" (1814 - 1842) el concepto "hogar" simbolizaba el ascenso de la burguesía, la elevación de los nuevos y productivos empresarios, industriales y comerciantes, un lugar de descanso, solaz y felicidad para ellos y sus familias. Esto, empero, no excluyó la necesidad de expresar críticas sociales. Un pintor de grandes valores como fue Ferdinand Georg Waldmüller (1793 - 1865) era muy capaz de señalar detalles que el observador casual no reconocía de inmediato, detalles tales como los sonrientes y juguetones niños que, momentáneamente ajenos a su propia pobreza, se divierten junto con otros niños, no conscientes de su propia posición de bienestar, como se puede observar, por ejemplo, en su idílico cuadro "Comienzos de la primavera en los bosques de Viena".

Eugene O'Neill presenta hogares despedazados por profunda desesperación, depresión y odio hacia la sociedad, con situaciones que reflejan su propia inquietud y su visión de una vida triste y depravada. Tennessee Williams agregó chocantes detalles de perversión a su descripción de hogares y desgraciados seres contrarios a aceptar la hipocresía de la moral impuesta por religiones, mientras que Andrew Wyeth pintó escenas de granjas americanas que contienen figuras que representan esperanzas largamente aguardadas.

La manera positiva de enfrentar las adversidades de la vida se presentan en las obras de Victor Hugo, Henrik Ibsen, Edmond Rostand y Ayn Rand y, recientemente, en películas tales como la representación de Will Smith de la historia real de un hombre que lucha contra todas las adversidades en el film "En busca de la Felicidad", descripción de seres humanos capaces de lograr sus propias metas aplicando su férrea voluntad, seres que construyen, pues, su propio destino. En particular, Ibsen opone los logros individuales a la mera descripción naturalista como fuera plasmada por Johann August Strindberg (1849 - 1912), un escritor de tendencias socialistas que usaba tales narraciones en procura de su propia meta de oponerse al ascenso burgués.

Dado que nuestro cerebro utiliza el mecanismo de la abstracción para poder manejar la enorme cantidad de información que la realidad provee de continuo a nuestros sentidos y siendo el arte la concretización de las abstracciones resultantes, puede éste no solamente ratificar nuestras convicciones, o sea nuestro "sentido de la vida" sino actuar también como una poderosa herramienta para transmitir nuestras ideas, tornándose así en un medio adecuado para difundir y establecer una tendencia filosófica o una línea política definida. Así puede utilizarse el arte como línea divisoria frente a sistemas sociales establecidos pero errados presentando ideas innovativas y fortificantes a favor de una forma social distinta y correcta. Como el arte concretiza las abstracciones, se dirige a través de nuestros sentidos directamente a nuestros sentimientos, como puente que cubre el espacio a nuestros pensamientos conscientes.

El punto de vista de que el ser humano no puede realizar ni tiene derecho de perseguir sus metas y que la vida consiste en vivir para la colectividad, lo cual finalmente equivale a vivir para el prójimo, como propósito exclusivo de su vida, queda evidenciado mediante la actual degradación del arte. Quienquiera considere que el ser humano carece de la capacidad de realizar sus metas, de que enfrenta un universo oscuro e incomprensible, de que no es una persona racional sino meramente emocional, que se encuentra sometido sin esperanzas a un mundo caprichoso e inexplicable, se verá representado por un "arte" que carece de toda conexión con la realidad, donde los lienzos están o bien tan vacíos o tan repletos de suciedad como su propio vacío cerebro, donde las esculturas carecen de toda forma o representan a monstruos que adoptan forma humana cuando el ser humano descarta su propia característica de ser racional, donde la literatura, el teatro y el cine describen inutilidades, donde las drogas son el único alivio de su fracaso y la criminalidad se convierte en su "filosofía de vida" para eliminar a todo posible competidor y renunciar a toda colaboración productiva. Como dijera Francisco Goya, el pintor español (1746 - 1828): "El sueño de la razón produce monstruos". "La desintegración es la clave y el logro del arte moderno," indicó Ayn Rand en "El Arte y la Cognición", "la desintegración de la facultad conceptual del hombre y la regresión de una mente adulta al estado infantil."

Ese perverso punto de vista puede observarse políticamente en el permanente reclamo de los ambientalistas de detener el progreso científico mediante el control de su desarrollo, una proposición que de ser aceptada terminaría rápidamente con el progreso científico. Asimismo podemos observarlo en las confederaciones de estados, tales como la Comunidad Europea, inspirada por los colectivistas de todo tipo y color, para lograr el control y la restricción de los ciudadanos a través de una continua emisión de reglas y el incesante incremento de las burocracias estatales en procura del establecimiento de una dictadura mediante un "gobierno mundial".

Quizás eventualmente vuelva a abrir la humanidad las puertas al nazismo, al comunismo y a las teocracias tales como son las islámicas, lo cual nos retrotraerá a tiempos que considerábamos ya pasados. Las actuales actividades del degradado arte demuestran que tan aciaga y malévola posibilidad puede tener lugar.

Ello prueba que así como los sucesos en el universo tienen una relación directa entre sí, así también sucede con las ideas (o la falta de las ideas correctas) y su incorporación a las sociedades humanas. Los hechos tienen consecuencias y las metas racionales, productivas y pacíficas requieren métodos no menos racionales, productivos y pacíficos. El arte degradado puede llevar a la civilización a su destrucción; por lo contrario, si se basa en la filosofía correcta, también puede elevar a los individuos que forman parte de ella a alturas asombrosas.

Ayn Rand construyó con sus novelas filosóficas y sus escritos analíticos que cubren todas las áreas de los esfuerzos intelectuales y prácticos de los seres humanos, un conjunto inquebrantable de contenido y sistema, la fórmula racional-egoísta-liberal y el método dialéctico que forma la base y la estructura para lograr el establecimiento consistente y permanente de una civilización plenamente humana en todo aspecto de su existencia, tanto en metafísica como en epistemología, ética, política y estética. La enseñanza y la difusión de la filosofía del Objetivismo es la herramienta adecuada para construir un mundo de ideales positivos y sus logros productivos. Frente a la presente amenaza de una salvaje carencia de civilización que quiere difundir su veneno de incivilidad religiosa y su odio demoledor sobre el mundo moderno, no hay tiempo que perder.

A pesar de ello existe una significativa cortina de silencio que reprime las enseñanzas de Ayn Rand y existen demasiado pocos canales de difusión para promoverlas. El "arte moderno" toma parte en esta conspiración, aún cuando muchos de sus "artistas" ni se han percatado de ello. Si la labor destructiva del "arte moderno" continúa y no es detenida, la cuenta regresiva que comenzó hace aproximadamente 150 años terminará con la evolución del intelecto humano y, en consecuencia, con la evolución de la mente misma.

La falta de atención hacia los artistas de la línea del "Romanticismo Realista" que presenta la realización del Objetivismo en el área de la estética es increíble y seguramente forma parte de la cortina de silencio ya mencionada. Es, en consecuencia, imperativo difundir la estética filosóficamente positiva y correcta, y su aplicación a nivel internacional es urgente para evitar las peligrosas y perniciosas nubes de tormenta que se ciernen sobre el futuro de la humanidad.

Nota: El original, en inglés, del presente artículo fue publicado en las páginas del Web de "Rebirth of Reason" Traducción al castellano del autor.

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