Sunday, May 31, 2009

El Ambientalismo como Religión - La Religión como Ambientalismo

por Steven Horwitz
Les doy el tema de cabecera de un mensaje de correo electrónico que acaba de llegar a través de nuestro servicio de mensajes para la facultad y el staff, por cortesía de la Oficina del Capellán:
"Para el Miércoles de Ceniza cristiano: ¿Por qué no abandonar el uso del carbono durante la Cuaresma?"
Ahora, la idea no es, literalmente, "abandonar el uso del carbono” del todo, a pesar de que esto haría que la caracterización de ambientalismo de Ayn Rand como "un culto a la muerte" fuera mucho menos hiperbólica de lo que siempre he creído que es.
Por el contrario, se trata de una exhortación a reducir marginalmente el uso de la energía.
Sin embargo, sí sirven como un recordatorio de lo que muchos consideran como inquietantes paralelismos entre la mayor parte de las religiones organizadas y algunas formas populares de ambientalismo.
Verlas explícitamente combinadas de tan "lógica" forma hace que estos puntos sean aún más elocuentes:
Los dos puntos de vista son muy moralistas y usan el lenguaje y la estrategia de la "pecaminosidad".
Esto también contiene una implícita, y a menudo explícita, afirmación de mantener monopolizada la superioridad moral.
En ambos casos se involucra la idea de que hay que sacrificarse ahora por una recompensa indeterminada en el futuro.
Esto hace muy lógica la conexión con la Cuaresma.
Ambas han sido históricamente muy rápidas en condenar y etiquetar como "herejes" a quienes están en desacuerdo con ellos.
Ambos tienen una tendencia hacia el irracionalismo y la mística, por ejemplo, sepa ambientalista Gaia.
Yo realmente creo que para muchos jóvenes, y aún gente de más edad, de izquierda, el ecologismo es una manera de crear sentido en su propia vida secular que, en una época anterior, se llenaba con la práctica religiosa.
Esto aporta la noción de vivir por algo más grande que uno mismo, de sacrificarse en el nombre de un futuro mejor, y de tener un conjunto de categorías morales específicas con las cuales se pueda orientar la propia conducta y criticar la de los demás.
De esta forma también es una respuesta al relativismo que se inculca a muchos en sus etapas de crecimiento y educación.
También explica, creo, el creciente atractivo para los jóvenes de neo-paganismo y otras formas de espiritualidad, que están vinculados a la naturaleza.
Ver la Cuaresma como una época para reducir el uso del carbón podría ser visto como una muy inteligente forma de hablar con el mismo tipo de lenguaje a los jóvenes católicos extraviados o no prácticantes.
Y para descabezar una determinada línea de crítica, mi objetivo no es condenar toda forma de preocupación por el medio ambiente, ni a sugerir que esas preocupaciones sean incompatibles con la razón o con el libertarianismo.
Creo que hay paralelismos interesantes e importantes y las interacciones entre el orden espontáneo de la naturaleza y el de la sociedad que deben ser tomadas en serio por los libertarios.
Sin embargo, esa perspectiva no es la adoptada por el ambientalismo del público en general.
Es un desafío para aquellos de nosotros que somos escépticos de los reclamos de la religión organizada y del ecologismo que quieren imponer como moralidades universales que deben influir en las políticas públicas (en oposición a algo que uno practique como su propia moral privada) para encontrar una manera de ofrecer a la gente un conjunto de valores significativos y universalizables que sean consistentemente más acordes con el liberalismo clásico.
Si no podemos encontrar nuestra propia manera de llenar esta brecha, la seguirá llenando por nosotros, algún movimiento que no sea tan favorable a la libertad y al progreso.
Tomado de History News Network: http://hnn.us/blogs/entries/47132.html

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