Monday, March 26, 2007

"García Márquez, mi héroe literario"


"LO PRIMERO QUE LLAMA LA ATENCIÓN de William Jefferson Clinton es su estatura. Lo segundo es un poder de seducción que infunde desde el primer saludo una confianza de viejo conocido. Lo tercero es el fulgor de su inteligencia, que permite hablarle de cualquier asunto, por espinoso que sea, siempre que se le sepa plantear". Así, con esas palabras, describió Gabriel García Márquez al entonces 42° presidente de Estados Unidos de América, en un texto que llevaba por título El amante inconcluso, publicado en exclusiva por CAMBIO el 25 de enero de 1999. Mucha agua ha pasado bajo los puentes desde entonces, pero tanto el uno como el otro han sabido mantener los vínculos a través de mensajes y encuentros ocasionales. Ambos personajes tienen cita otra vez por estos días en Cartagena, con ocasión del homenaje en honor del Nobel colombiano, una razón por la cual Clinton aceptó contestar el cuestionario que le hizo llegar CAMBIO a su oficina en Nueva York. A pesar de estar inmerso en la escritura de un nuevo libro, el hoy ex presidente sacó tiempo para hablar tanto de García Márquez como del lugar de Estados Unidos en el mundo, e incluso sobre el tema colombiano. Estas son sus


García Márquez jugó un papel durante su gobierno como Presidente de Estados Unidos en el tema de Cuba. ¿Cuál fue ese papel? ¿Qué pasó?
Conocí a García Márquez en 1994 durante una cena que tuvo lugar en Martha's Vineyard (isla cerca de la costa del estado de Massachussets) cuyos anfitriones eran Bill y Rose Styron, en la cual también estaba el maravilloso Carlos Fuentes. García Márquez y Carlos trataron de convencerme de que levantara el embargo estadounidense contra Cuba. Les dije que aunque no levantaría el embargo, reiteraba mi apoyo por el Cuban Democracy Act (Ley de Democracia en Cuba aprobada por el Congreso en 1992), que me permitiría mejorar las relaciones con Cuba si la Isla daba pasos importantes hacia la libertad y la democracia. También le pedí que le dijera a Fidel Castro que si el flujo de refugiados cubanos hacia Estados Unidos continuaba, no obtendría la misma respuesta que había recibido en 1980 (época de la llamada crisis de Los Marielitos). Envié el mismo mensaje también por medio del entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari. Poco después, ambos países, Estados Unidos y Cuba, llegamos a un acuerdo según el cual recibiríamos a 20.000 cubanos adicionales cada año mediante el proceso normal, a cambio de que Castro ayudara a reducir el número de refugiados. Castro cumplió el acuerdo durante el resto de mi período como Presidente.


¿Ve usted a América Latina dividida entre izquierda y derecha? ¿La política de Estados Unidos hacia la región ha incrementado esta división?
Como con la mayoría de las cosas, esto es mucho más complicado que izquierda o derecha. Una de las razones por las cuales existe tanto sentimiento antiamericano a lo largo y ancho de América Latina es que hay tanta gente allí que no ha experimentado o no ha tenido ningún beneficio personal de la globalización de la economía y particularmente del creciente comercio con Estados Unidos, y ellos no creen que el actual gobierno de Estados Unidos se preocupa por su bienestar. Vivimos en un mundo altamente desigual e inequitativo, razón, en parte, por la cual Hugo Chávez puede hacerse popular confrontándose con Estados Unidos y gastando en otros países un poco de su dinero obtenido por la venta de petróleo. Tanto el presidente de Bolivia, Evo Morales, el primer indígena elegido en tal cargo, como el nuevo Presidente de Ecuador, llegaron al poder en hombros de aquellos que no piensan que la economía global funciona para ellos. Las personas que están preocupadas por Morales deberían preguntarse si no habrían votado por él en el caso de que fueran mineros bolivianos pobres con pocas oportunidades y poco poder. Así que pueden ver que hay una gran cantidad de matices.


Usted habló con el presidente Álvaro Uribe hace pocos días. ¿Qué consejos le dio? ¿Ha seguido el proceso de paz con los paramilitares en Colombia? ¿Sabe que varios senadores cercanos al Gobierno fueron arrestados? ¿Cómo afectará esto a Colombia en Estados Unidos?
Yo siempre disfruto del tiempo que paso con el presidente Uribe y tuvimos una conversación sincera sobre la situación en Colombia. En particular, le agradecí por asistir a la Iniciativa Global Clinton en septiembre de 2006 en Nueva York. Yo expresé mi apoyo a su continua lucha contra los narcotraficantes y le urgí una resolución a las preguntas planteadas sobre los elementos paramilitares, para que el acuerdo de comercio pendiente entre Estados Unidos y Colombia pueda ser aprobado.


¿Cómo ve la guerra contra el terrorismo?
Tenemos que empezar eliminando células terroristas, frustrando ataques, apresando los líderes de Al Qaeda, e inhibiendo la proliferación de armas peligrosas y de materiales biológicos, químicos y nucleares. Pero también tenemos que construir una sociedad con más amigos y menos enemigos. Vivimos en un mundo interdependiente en el cual no podemos matar, encarcelar u ocupar los territorios de todos nuestros adversarios. Y como hemos visto repetidamente, es mucho más barato hacer amigos que hacer enemigos, combatiendo la pobreza, el cambio climático y el agotamiento de los recursos naturales y promoviendo la salud y educación en los países en vías de desarrollo, y utilizando primero la diplomacia, con el uso de la fuerza como último recurso. Si la gente no considera que sus propias circunstancias están mejorando, si no piensa que sus hijos tendrán una vida mejor que la que ellos tienen, es mucho más difícil mantener el apoyo en cualquier país para el tipo de políticas que nos unirán y nos llevarán a estar más cerca. Creo que hay un consenso general en favor de esto alrededor del mundo. Se podría decir que la ayuda ofrecida a las víctimas del tsunami en el sureste asiático fue la misión militar más exitosa llevada a cabo por Estados Unidos en los últimos cinco años. Tras la desgracia del tsunami, después de la invasión en Iraq, Indonesia fue el único país musulmán del mundo en el cual la opinión sobre Estados Unidos subió en vez de bajar, porque utilizamos nuestro tremendo poder para repartir dinero y medicinas. Esto no quiere decir que el mundo pueda permitirse una actitud ingenua y renunciar a la seguridad. Tan sólo quiere decir que la seguridad no será suficiente (por sí sola) y es muchísimo más barato construir un mundo con más socios y menos enemigos.


¿Cuál debe ser, entonces, la posición de Estados Unidos frente al mundo? ¿Cree que es urgente un cambio?
Durante varios años el punto de vista de Washington, que creo está cambiando ahora, era que como Estados Unidos está en una posición dominante desde el punto de vista económico, político y militar, podíamos utilizar nuestro poder para intentar resolver todos los problemas, derrotar a todos los tipos malos y darle nueva forma al mundo. El problema con esto es que una visión humilde de la naturaleza humana nos dirá que la gente tendrá problemas con nosotros y que tenemos que crear un sistema para solucionar estos retos juntos. Mientras que actualmente estamos desembolsando cientos de miles de millones de dólares pera luchar en guerras, sólo gastamos aproximádamente 25.000 millones de dólares al año en ayuda externa. Esto es a pesar del hecho de que sabemos cómo combatir el sida, la tuberculosis y la malaria, o que podríamos financiar el ingreso a la escuela de 130 millones de niños que no asisten a ella. Además tenemos cómo ayudar a la gente a salir de la pobreza con microcréditos, productividad agrícola mejorada, energía solar y nuevos mercados para comida y bienes producidos localmente. En mi opinión, la mejor forma de crear más amigos y menos adversarios sería incrementar la cantidad que gastamos en ayuda externa a 0,7% de nuestros ingresos, lo cual es la meta internacional. Eso cambiaría la actitud global hacia Estados Unidos y obtendríamos un mejor retorno sobre nuestra inversión.


A su esposa Hillary le gustaría presentarse a la Presidencia. ¿Cómo ve sus posibilidades? ¿Y a sus rivales?
Estoy muy contento de poder apoyar a Hillary. Creo que puede ganar y no me cabe ninguna duda de que si gana, será una gran Presidenta.


Una última pregunta, no sin antes agradecer que haya aceptado responder este cuestionario: ¿aún conserva la pulsera tricolor que le dieron en su visita a Colombia en el año 2000? ¿Le gustaría otra nueva?
Todavía la tengo y la llevo. Tiene un significado especial para mí y no querría otra hasta que ya no pueda llevar esta.

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