Thursday, August 02, 2012

Gerald Celente y el cambio

2 de agosto de 2012
En la Revista Tendencias, en el número del verano de 2012, Gerald Celente explica que, pese a las promesas de Obama o las de culquier otro, el cambio no se producirá hasta que, nosotros como individuos, no cambiemos.  Los que esperan la emergencia de un líder que haga lo correcto esperan en vano:

Yo, la persona = nosotros, el pueblo

¿Qué se necesita para cambiar el curso del futuro?  Mientras los Estados Unidos, la superpotencia mundial, se prepara para elegir a su comandante en jefe, cada candidato promociona su experiencia de liderazgo; Obama, el asesino de Osama vs Romney, el Comandante de las Corporaciones.  Cada uno muestra sus credenciales, diciendo, en efecto, "es por esto que yo debo conducirles y por qué usted debe seguirme a mi, su líder."
¿Y a donde nos van a llevar?  Al nirvana económico, a la paz mundial, a la renovación del medio ambiente, a la armonía social, al fomento a la cultura, a la iluminación espiritual?
Teniendo en cuenta el carácter  y el historial de ambos hombres, y lo que se proponen hacer si son elegidos, la carrera presidencial se reduce a mostrar quién está mejor calificado para destruir la mayor cantidad, en la forma más lenta.
¿Qué impide a tantas personas ver lo obvio?  No todo el mundo mira Costa de New Jersey ni American Idol, ni cree que la comida debe ser de McDonalds, ni que beber Coca-Cola Diet le ayudará a perder peso. 
¿Por qué quienes deberían saber mejor, no lo saben?  ¿Qué los hace detener su buen juicio y entregar el poder a un extranjero que tiene creencias, ideales - y sobre todo - hechos y acciones contrarias a lo que sienten en su corazón?  ¿Qué les hace beber Kool-Aid?
El único cambio que usted puede creer: Para que se produzca un cambio significativo, la gente debe dejar de jugar a “sigamos al líder”, pero, si la gente deja de "seguir al líder", entonces, ¿quién los guiará.?  La respuesta: ¡Nadie!  Usted debe ser su propio líder.
Pero el auto-liderazgo no se puede comprar, dar, o imponer.  Tiene que venir de dentro.  Comienza con no esperar nada de sus "líderes" y entender que todo tiene que venir de usted mismo.  Significa tener el coraje de no acobardarse ante el poder.  La dignidad para reclamar su lugar legítimo y sagrado en la tierra.  Respetarse a sí mismo, exigirlo de los demás y mostrar respeto por todos los que lo merecen ... sin distinción de clase o condición.  La integridad de mantener y vivir según su palabra.  Y la pasión de vivir una vida con sentido y convicción, para que el corazón sienta lo que la mente sabe.
Este no es un manifiesto de "sálvese quien pueda",.  Más bien es una llamada a la cooperación de personas con el coraje, con dignidad, con respeto, con integridad y con pasión para trazar un futuro que no sea dictado ni impuesto por los partidos gobernantes ni por los sistemas políticos opresivos y sin principios que ellos representan.
No hay ningún "nosotros el pueblo" hasta que "yo la persona" no esté dispuesta a ponerse de pie y a hablar por mí misma.  Para que el futuro cambie, el individuo tiene que cambiar.  Cuando suficientes individuos hayan cambiado, todo cambiará.
Liderados por monstruos: Celente también describe cómo llegaron los Estados Unidos de George Washington y Thomas Jefferson a ser liderados por fanáticos, así también como la Alemania de Bach, Beethoven, Goethe y Einstein y la Italia de Miguel Ángel, Da Vinci y Galileo terminaron lideradas por Hitler y Mussolini.
Pero se trata de los Estados Unidos.  No hay escasez de grandes personajes en el pasado ni en el presente.  ¿Cómo han dejado que fanáticos de pacotilla los conduzcan y los destruyan?  Clinton, Bush, Cheney, Obama, Romney?  Para mí todo es un de show de fanáticos baratos.  Mire a su alrededor en el mundo: Blair, Cameron, Rajoy, Netanyahu, Merkel, Monti, Berlusconi, Sarkozy, Hollande ... nombre un país, elija su veneno. Presidente, Primer Ministro, Canciller ... todos, a mi modo de ver, una parranda de fanáticos baratos."
"Y peligrosos.  Comienzan guerras, matan a millones, destruyen naciones.  Roban dinero y lo reparten entre sus amigos.  Y con poca resistencia, a veces ninguna en absoluto, la gente permite que lo hagan.  De hecho, no sólo la gente permite que lo hagan, discuten entre sí porque su monstruo es mejor que el monstruo del otro.  Se enfadan si usted llama monstruo a su monstruo.  Realmente luchan, y mueren, por defender a su monstruo. "

No comments: