Tuesday, October 02, 2007

¿CUÁNDO COMENZÓ LA CREATIVIDAD EN EL HOMBRE PREHISTÓRICO?

La pieza de ocre hallada en la gruta de Blomos, sur de Africa, posee 77.000 años! y muestra triángulos y líneas horizontales, lo que ya, en tan lejana época, evidencia creatividad artística y expresión simbólica.

En los últimos años se encontraron en Africa y Oriente Medio utensilios y piezas con elaboración artística. Estos hallazgos respaldan la idea de que la conducta moderna y el pensamiento simbólico son muy anteriores a la época de los primitivos europeos.
Los científicos coinciden en lo que respecta a los principales momentos de la evolución humana. Los primeros ancestros del hombres aparecieron entre 5 y 7 millones de años atrás, probablemente cuando algunas criaturas simiescas de Africa empezaron a caminar en dos patas.
Hace unos dos millones y medio de años, ya usaban rudimentarios herramientas de piedra. Menos de dos millones de años atrás, algunos se trasladaron de Africa a Asia y Europa. La mayor parte de los científicos consideran, si bien con menos certeza, que la gente que tiene nuestro aspecto-el Homo sapiens de anatomía moderna- evolucionó hace por lo menos 130.000 años a partir de ancestros que habían permanecido en Africa, cuyo cerebro habría alcanzado el tamaño del actual. También ellos abandonaron Africa y, finalmente, reemplazaron a las especies humanas no modernas, entres las que se destacan los Neanrderthal de Europa y parte de Asia, y el Homo erectus-que corresponde a los fósiles del Hombre de Java y el Hombre de Pekín-en el Lejano Oriente.
La coincidencia, sin embargo, deja de ser tal respecto de cuándo, dónde y cómo estos hombres de anatomía moderna empezaron a dar muestras de un pensamiento creativo y simbólico, vale decir, cuando pasaron a tener una conducta humana en lugar de ser mera anatomía.
"Es un tema polémico, y todos tenemos distintas posiciones", declara el doctor John E. Yellen, arqueólogo de la Fundación Nacional de Ciencias.
Durante buena parte del siglo pasado, los arqueólogos pensaron que el comportamiento moderno había comenzado en épocas relativamente recientes, 40.000 años atrás, y sólo después de que el Homo Sapiens se instalara en Europa. Sustentaba su teoría de una "explosión creativa" en pruebas como las magníficas pinturas rupestres de Lascaux y Chauvet (imagen de pintura prehistórica de Chauvet, izquierda).
Algunos investigadores disidentes, sin embargo, sospechaban que esta teoría era producto de una época en la que el eurocentrismo gobernaba su disciplina. Los arqueólogos, sostenía los rebeldes, simplemente no buscaban rastros anteriores de creatividad en los lugares adecuados.
Varios descubrimientos recientes que tuvieron lugar en Africa y Oriente Medio brindan las primeras pruebas que respaldan la idea de que la evolución de la conducta moderna comenzó antes, fue más gradual y no se concentró en Europa. Otros científicos, sin embargo, permanecen impasibles y solo admiten la existencia de algunas primeras muestras aisladas en Africa. Y un investigador propone una nueva hipótesis de cambio genético para explicar un surgimiento más reciente y abrupto de la creatividad.
"Europa es una pequeña península que cuenta con una arqueología extensa y espectacular", señala Clive Gamble, director del Centro de Arqueología de los Orígenes Humanos de la Universidad de Southampton, Inglaterra. "Pero la tesis de que Europa tiene el total de las manifestaciones empieza a perder fuerza."
La incertidumbre y la confusión que rodean los orígenes de la conducta cultural moderna derivan de lo que parece ser una gran brecha temporal entre el momento en que la especie tuvo una apariencia moderna y el momento en que desarrolló una conducta moderna. Tal vez el primer Homo sapiens moderno tenía una capacidad creativa moderna, pero estuvo latente hasta que la necesitó para sobrevivir.
"Es probable que los primeros Homo sapiens tuvieran la capacidad cognitiva necesaria para crear el Sputnik", señala Sally McBrearty, de la Universidad de Connecticut.
Mary C.Stiner, arquéologa de la Universidad de Arizona, indica que dichos puntos de vista podrían reducirse a una sola pregunta: "¿Hubo algún cambio cerebral decisivo o de las condiciones de vida?".
El principal exponente de la teoría tradicional de que la creatividad humana apareció repentinamente y sobre todo en Europa es Richar G. Klein, un arqueólogo de Stanford. Explica sus puntos de vista en un nuevo libro, The dawn of Creativity ("El nacimiento de la creatividad"), que escribió en colaboración con Blake Edgar y que John Wiley publicará el mes próximo.
"Ese nacimiento fue el acontecimiento prehistórico más significativo que descubrieron los arqueólogos", escriben los autores. "Antes de eso, los cambios anatómicos y de comportamiento humano avanzaban con gran lentitud y de forma más o menos pareja. Después, la forma humana permaneció estable, mientras que los cambios de conducta se aceleraron. En el lapso de menos de 40.000 años, verdaderas revoluciones culturales llevaron a la humanidad de la condición de mamífero grande y relativamente raro a algo más parecido a una fuerza geológica".
Según esta teoría, el momento decisivo de la creatividad humana tuvo lugar hace 40.000 años, cuando el Homo sapiens moderno llegó a Europa y creó las primeras muestras inequívocas de un pensamiento abstracto y simbólico. Empezaron a fabricar herramientas más avanzadas, a enterrar a los muertos con ritos fúnebres y a expresar un nuevo tipo de conciencia de sí mismos mediante cuentas y colgantes con los que se adornaban y elaboradas estatuillas de formas femeninas. Con el paso del tiempo, pintaron en las paredes de las grutas aspectos de su vida e idiosincracia y nos legaron espléndidas imágenes de ciervos y caballos.
Klein propone una hipótesis neurológica para explicar este abrupto florecimiento de la creatividad. Hace unos 50.000 años, dice, una mutación genética reorganizó el cerebro y permitió un avance significativo del discurso. El origen del discurso humano es otro de los misterios de la evolución. En su opinión, el aumento de las comunicaciones que tuvo lugar en ese momento, habría permitido a la gente "concebir circunstancias sociales y naturales complejas" y también "la capacidad moderna de crear y manipular cultura".
Si bien esa transformación, en la que el cambio genético derivó en un cambio de conducta, tuvo lugar en Africa, señala Klein, permitió a los humanos colonizar lugares nuevos y más complejos".
Al llegar a Europa, este nuevo hombre moderno llamado Cro-Magnon, habría superado a los Neanderthal que vivían en la región y provocado su extinción hace unos 30.000 años, tras lo cual dejo su sello cultural propio en la zona.
El propio eurocentrismo habría sembrado las semillas de su derrota. Tal como destaca Yellen, el aumento de la investigación sobre los orígenes de la conducta moderna se debió al interés por explicar las causas y la naturaleza de la superior del Cro-Magnon ante el Neanderthal. En los últimos treinta años, los científicos determinaron que el Cro- Magnon era originario de Africa y que el Neandenthal habría realizado toda su evolución, exclusivamente en Europa. En consecuencia, los arqueólogos empezaron a investigar en Africa en busca de lo que consideran atributos de una antigua conducta moderna, como una tecnología de piedra más compleja, la introducción de herramientas de huesos, comercio, una dieta más variada, adorno personales y motivos abstractos tallados en las herramientas.
En un minucioso trabajo que llevaron a cabo hace dos años McBrearty, de la Universidad de Connecticut, y Alison S. Brooks de la Universidad George Washington señalaron que las muchas manifestaciones indicativas de una conducta moderna en Africa "no se produjeron repentinamente y simultáneamente, como dice la teoría de la revolución humana, sino en lugares y momentos muy distintos".
"Esto sugiere", señalan las científicas, que hubo "una evolución gradual de la conducta moderna en Africa, que luego se exportó a otros regiones del Viejo Mundo".
Al explorar una gruta del extremo sur de Africa, por ejemplo, Christopher Henshilwood, del Museo Sudafricano de Ciudad del Cabo, halló pruebas de que los seres humanos de anatomía moderna convertían huesos de animales en punzones y armas pulidas hace más de 70.000 años (imagen abajo).
"¿Por qué el pulido?" pregunta Henshilwood. "No es necesario poner tanto esmero en la punta de un arma. Esto nos sugiere que se trata de una expresión de pensamiento simbólico, como si se hubieran propuesto hacer un objeto hermoso".
Henshilwood dio a conocer el mes pasado detalles de un hallazgo de 77.000 años de antiguedad aún más sorprendente. El mismo tuvo lugar en la gruta de Blombos. Se trata de dos pequeñas piezas de ocre, una piedra roja de oxido de hierro, que presenta inscrustaciones de triángulos, cruzados y líneas horizontales.
En excavaciones realizadas con anterioridad en la región de Katanda, en Congo, se hallaron puntas de arpones de huesos que datan de hace 80.000 0 90.000 años. Brooks y su esposo, Yellen, descubrieron que estos hombres antiguos "poseían una considerable pericia técnica e incorporaban elementos simbólicos o estilísticos a sus proyectiles".
La antiguedad de los descubrimientos de Blombos alguna vez estuvo en tela de juicio, pero actualmente cuenta con la aceptación de la mayor parte de los arqueólogos. Algunos, sin embargo, difieren en lo que respecta a su interpretación. Si los objetos tienen en verdad esa antiguedad y representan un cambio tan importante de la cultura humana, ¿por qué no están más generalizados? Variaciones sobre este tema aparecen en otros intentos de explicar los hallazgos aislados que sugieren la presencia de una conducta cultural moderna fuera de Europa y anterior al florecimiento del Cro-Magnon.
Para Stiner y su esposo, Steven L. Kuhn, arqueólogos de la Universidad de Arizona, la investigación que realizaron en Turquía y Líbano demostró que los hombres de hace aproximadamente 43.000 años fabricaban y usaban collares de cuentas y adornos con diseños que se reiteraban una y otra vez. Algunos de esos adornos consistían en conchillas de variedad raras de especies marinas de un blanco luminoso o de colores vivos.
Se estima que eran objetos de comunicación social que transmitían a los extraños información sobre parentesco, jerarquía y otros aspectos de la identidad.
En las excavaciones hechas en la gruta de Ucagizli, en Turquía, y en Ksar Akil, en Líbano, corredores de la migración hacia Eurasia, los dos arqueólogos descubrieron además restos de huesos de animales, lo que indica un marcado cambio de la dieta. Esa gente ya comía menos ciervos y otros animales grandes. También parecía cazar menos animales fáciles de atrapar y de ciclo productico lento, como crustáceos y tortugas, y más animales ágiles como aves y liebres. Sus condiciones de vida habían cambiado, indican Stiner y Kuhn, y una de las causas puede haber sido que el crecimiento de la población exigía otro aprovechamiento de los recursos.
Gamble, profesor invitado de la Universidad de Boston, no atribuye este cambio de conducta a una presión demográfica específica, sino a una creciente competencia social. La respuesta fue el desarrollo de nuevas estrategias de sobrevivencia.
En la misma línea se encuentra Randall White, arqueólogo que se especializa en la creatividad del Cro-Magnon. Señala que el descubrimiento de antiguos adornos personales en Africa y Oriente Medio indica que la capacidad creativa estaba latente mucho antes de que los hombres modernos llegaran a Europa. (*)
(*) Fuente: "¿Cuándo los hombres empezaron a ser modernos?", por John Noble Wilford, traducción Cecilia Beltramo, publicado en Diario Clarín, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 13 de marzo de 2002.

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