La palabra rebaño indica una manada de animales dóciles que se dejan conducir fácilmente a cualquier parte, inclusive al matadero. En la Historia de la Humanidad hay múltiples ejemplos de comunidades que permitieron que las manejaran como rebaños. Un ejemplo en pequeña escala, pero aberrante, fue la comunidad religiosa que el Reverendo Jones condujo hasta Guyana para inducirla a un suicidio colectivo. Otro ejemplo parecido fue el movimiento religioso de Antonio Conselheiro en el Nordeste de Brasil. Unos campesinos ignorantes obligados a una guerra suicida contra el ejército del País.
Esta clase de manejos se ha practicado a mayor escala afectando a verdaderas nacionalidades. Francamente cada vez que se han ejecutado esa clase de maniobras las consecuencias para los grupos humanos han sido desastrosas. Generalmente esto lo han llevado a cabo líderes políticos y religiosos, con mentalidades mesiánicas y con dominio larvado de las comunicaciones y últimamente de la propaganda.
Un ejemplo verdaderamente extravagante es el de Corea del Norte, una dinastía familiar creó una doctrina el Juche una ideología un poco burda que convirtieron en la religión del País. Un pueblo recién salido de dos guerras acepto el engendro y esto se volvió una camisa de fuerza que llevó al País a un aislamiento total y a una dictadura draconiana.
Naturalmente la ideología que alcanzó mayores dimensiones fue el Marxismo, cuyos dogmas alcanzaron a dominar media Humanidad. Millones de personas obligadas a aceptar unos principios de gobierno y de vida, sin consultarlos. Generaciones enteras frustradas porque para los respectivos regímenes solamente eran las reses de unos rebaños. Esto llevó a la ruina económica de la Unión Soviética y de todos los países de su área de influencia. Los experimentos económicos de Mao Tse Tungfueron verdaderas hecatombes y sus víctimas nunca pudieron discutir sus grandes fallas.
En Latinoamérica y en el Mundo Musulmán los mandatarios iluminados y sus doctrinas infalibles han sido demasiado frecuentes. En los países islámicos los regímenes en su mayor parte han tenido un tinte religioso. En Latinoamérica, origen político a veces un poco gaseoso Desde la dictadura de Perón y su doctrina “justicialista”, muy poco definida por cierto, que perduró por años, hasta el Apra del Perú con mucha doctrina y una praxis desastrosa.
Posteriormente surgió en Latinoamérica una organización rocambolesca, una especie de Comintern trasnochado, el Foro de Sao Paulo en gran parte inspirada en la “experiencia” cubana. De ahí surgieron toda una serie de dictaduras toscas, basadas en ideologías rudimentarias de última hora, las cuales no podían estar sujetas a discusión. El ejemplo más pintoresco se presentó en Venezuela, donde un demagogo megalómano, un poco chiflado se ideó el “socialismo del Siglo XXI”. Una base teórica muy tosca pero indiscutible para el ciudadano. Arruinó la industria y al agricultura de Venezuela y con base en los ingresos petroleros estableció un asistencialismo generalizado. Todo esto condimentado con un marcado nepotismo.
En Colombia el proceso ha sido diferente pero igualmente absurdo. En este país hay una serie de dinastías que se han considerado los dueños del Estado, por tanto durante años han ejecutado toda clase de maniobras para no perder el poder. Son escasos los mandatarios que no han sido dueños de ciertos apellidos. En esta lucha por mantener privilegios, la aristocracia criolla ha apelado a toda clase de arbitrios. Se inventaron un clamor por una nueva constitución que nadie estaba pidiendo y naturalmente no permitieron que fuera sometida a la aprobación de la ciudadanía. Ahora idearon un “proceso de paz” absurdo para lavar la cara de un mandatario inepto y quieren que el rebaño apruebe un documento pésimamente concebido pero inmodificable.
Jaime Galvis Vergara
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