Monday, August 29, 2016

HAZAÑAS DE LA BUROCRACIA

Como lo expresó Milovan Djilas en su formidable libro “La Nueva Clase”, la burocracia usufructúa la riqueza pero no la produce. Pero hay uh aspecto adicional, la inmensa torpeza de la burocracia en lo que emprende. La historia de la Unión Soviética está salpicada de desastres producidos por la torpeza de la “Nomenclatura”. Vale la pena mencionar algunos, tales como el desastre nuclear de planta de producción de plutonio de Mayakconstruída entre 1945 y 48. En 1957 tuvo lugar una explosión nuclear equivalente a 75 toneladas de TNT. Esto parece que causo la desaparición de la ciudad de Kyshtym. De esto hay poca información dado el hermetismo del régimen.


A finales de la década de los años 50, el Gobierno soviético emprendió el plan de “Conquista de las Tierras Vírgenes” cuyo enfoque se dirigió al Asia Central. Allí se encuentra o encontraba el lago Aral uno de los depósitos de agua dulce más grandes del mundo y sus ríos alimentadores, el Sir Daria y el Amur Daria. A estos les derivaron unas canalizaciones mal planeadas y peor ejecutadas, para irrigar una extensión comparable al territorio de Italia. La ejecución de la red de canales continuó en las décadas de los años 60 y 70 en forma tal que el mar casi desapareció, las tierras se desertizaron y las aguas se tornaron saladas, en la década de los 80, el proceso llego a su climax, hubo migraciones masivas de población, abandono de los antiguos puertos pesqueros. El desastre fue tal que se vieron camellos caminando sobre lo que fue recientemente un lecho marino.


El 26 de Abril de 1986 tuvo lugar el mayor desastre nuclear de la historia. Ocurrió en el Norte de Ucrania, muy cerca de la frontera de Bielorusia, la tragedia de Chernobyl, el reactor número 4 estalló esparciendo material radioactivo en un volumen 500 veces mayor al de Hiroshima.  En esta tragedia hay varios aspectos a destacar, en primer lugar  el extremo secreto con el que se manejó el problema, lo cual hizo que miles de personas sufrieron exposiciones  a la radioactividad por inadvertencia, en segundo lugar cabe anotar el  desorden e improvisación durante la emergencia, lo cual multiplicó el número de víctimas. También es importante anotar los problemas de diseño de la central nuclear.


Por último se puede referir lo ocurrido en la central hidroeléctrica de Sayano-Shushenskaya en el río Yenisei. Esta planta, la mayor de la Unión Soviética, construída entre 1968 y 1978 sufrió una explosión en el año 2009  la cual semidestruyó la  casa de máquinas, causando 76 muertos, el problema se originó en defectos de diseño.  En la Unión Soviética los desastres  de ingeniería menudearon pero siempre con un común denominador, la ineptitud de la burocracia, basta anotar que por muchos años el director de la red de ferrocarriles fue un zapatero.


Si trasladamos las observaciones a Colombia, la comparación deja un mal sabor. La nomenclatura de Colombia nunca se distinguió por su eficiencia, ni por su sapiencia. Puede recordarse la construcción y luego destrucción de una red de ferrocarriles mal planeados y peor ejecutados. Un Instituto de Fomento industrial que chamboneó hasta su deceso. Una agricultura que quieren manejar por decreto Un desastroso manejo de la política petrolera, algo similar en la política minera, unos tratados de libre comercio en los cuales el País no tiene que vender. El último de estos con Corea del Sur, hasta ahora solo se ha reflejado en la llegada de telenovelas de dicho País. El plan de carreteras es un desastre, propaganda y bombo cuando no hay dinero para ejecutar los proyectos. El propósito ahora es emular con Cuba y Venezuela. ¡Viva el hambre!


Jaime Galvis V.

 

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