Jaime Galvis V
Esta anti-virtud es muy dañina, es el descuido aliado con la pereza y la incompetencia. En este momento es lo que caracteriza la administración del País. ¿Pintoresca celebración del 20 de Julio para festejar qué? La situación económica se está deteriorando peligrosamente. Un paro de transporte que lleva más de un mes y curiosamente en esto no interviene el Ministerio del Trabajo, son otros los funcionarios que enfrentan esta situación, tales como el Ministro del Transporte, quien debía estar atendiendo los numerosos contratos de construcción de obras públicas que se firmaron sin haber dinero con que realizarlas. Mencionan treinta proyectos de los cuales solamente hay cierre financiero para 4! Sin embargo van a salir más licitaciones. Esto en lo referente a las flamantes autopistas anunciadas, porque en aspectos menores la situación es muy triste. La carretera Medellín-Quibdó esta interrumpida por un derrumbe hace más de un mes y no se ha hecho nada. Cabe anotar que esa variante tiene una longitud de 46 kilómetros. La carretera Animas-Nuquí fue suspendida (La carretera al Pacífico en el Chocó fue promesa presidencial en la década de los años 40). No es de extrañar que la celebración del 20 de Julio en Quibdó consistiera en una multitudinaria manifestación de protesta en la que no se enarboló el pabellón nacional sino la bandera del Chocó. En la vía Pasto-Mocoa, la variante del río Mocoa está en construcción hace alrededor de 8 años y nada. Cabe anotar que son solamente 46 kilómetros. El túnel de La Línea es cuento de nunca acabar.
En temas fundamentales como el petróleo la desidia oficial es patética, recientemente el Ministerio de minas y Energía permaneció sin titular casi dos meses. La agencia nacional de Hidrocarburos carece de director titular hace varios meses. Una orden presidencial canceló el más importante proyecto de exploración petrolera en proceso, basado en el amarillismo ambiental que domina los medios. El campo de gas de Gibraltar, el cual surte a los Santanderes lleva mes y medio paralizado por una toma indígena. El gobierno no se manifiesta. El mayor ideólogo del Régimen maneja a Ecopetrol más por instinto que por conocimiento.
En aspectos tales como la Salud, la situación no puede ser más triste, las mayores operadoras quebradas o en franco declive. Muchos hospitales en bancarrota, entre ellos el de Quibdó, el principal del departamento del Chocó. Miles de tutelas reclamando por los pésimos servicios médicos, mientras el titular de dicha Cartera Ministerial se dedica a dar declaraciones idiotas, tales como “El glifosato produce cáncer” o “la minería ilegal es causa de la malaria”. ¡Profundos conocimientos de medicina!
El manejo de las relaciones internacionales no puede ser más torpe. Todos los conflictos Colombia los está perdiendo hasta el pleito que se presentó entre Colombia y Panamá ante la Organización Mundial de Comercio, el cual ganó este último país. La torpeza de la Cancillería ha colocado a Colombia en el triste papel de ser un satélite del régimen de Maduro en Venezuela.
El poder judicial está completamente desbordado, estableciendo unas persecuciones a la oposición dignas del Estalinismo. Aquí encarcelan y después investigan. Los órganos judiciales están al servicio de mezquinas venganzas presidenciales. Una verdadera organización de falsos testigos permite mantener encerrados a los opositores del Régimen.
Mientras todo esto ocurre, la Prensa establece una cortina de humo deformando las noticias, creando méritos falsos, ocultando encuestas y estadísticas para endulzar la imagen de un gobierno que la ciudadanía detesta. El desgreño administrativo está carcomiendo a Colombia.
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