por Jaime Galvis Vergara
Los
departamentos de Santander y Norte de Santander son en su mayor parte
territorios montañosos, no aptos para la agricultura mecanizada. Las planicies
son reducidas y de suelos poco fértiles, ácidos y con alto contenido de
aluminio. La agricultura de las áreas montañosas, donde se encuentra la mayor
parte de la población rural, es rudimentaria, muy precaria y ha sido un
generador de intensos procesos erosivos. Las mejores perspectivas económicas
para estos departamentos se presentan en el subsuelo y los derivados
industriales que se generen en la minería y los hidrocarburos. Durante varias
décadas los Santanderes fueron los principales productores de hidrocarburos en
Colombia, por lo cual se creó la refinería de Barrancabermeja junto con algunas
plantas menores de petroquímica tales como Ferticol; en Tibú existió una
pequeña refinería. La producción de hidrocarburos decayó en ambos
departamentos, en especial en Norte de Santander. Al mismo tiempo las antiguas
zonas petroleras del Magdalena medio y el Catatumbo cayeron en una espiral de
violencia.
Si se
analiza la estructura geológica de los Santanderes y en especial el denominado
Macizo de Santander, territorio compartido
por ambos departamentos y las amplias zonas sedimentarias que lo rodean,
se puede ver un amplio abanico de posibilidades mineras.
El primer
centro de población en los Santanderes, fue Pamplona y se fundó en 1549 en el
centro del Macizo de Santander, se erigió como un centro de actividad minera de
metales preciosos.
El Macizo de
Santander es un complejo geológico excepcional en varios aspectos. Comprende la
mayor exposición de rocas del Precámbrico en la Cordillera Oriental, presenta
una actividad magmática intensa y variada, esto ha producido manifestaciones
minerales variadas y complejas. Allí se presentan las únicas mineralizaciones
de oro y plata de interés económico de la Cordillera Oriental. Las principales
ocurrencias de pegmatitas (rocas ígneas silíceas potencialmente productoras de
metales tales como estaño, litio, berilo, wolframio, etc.) en Colombia se
encuentran en el Macizo de Santander. Las primeras manifestaciones de minerales
radioactivos descubiertas en Colombia, se hallaron en la región de California. Una
gran caldera volcánica en la localidad antes mencionada presenta, además de los
conocidos depósitos de oro y plata, manifestaciones de cobre, zinc, plomo,
antimonio etc., es un complejo polimetálico en el cual ha habido hasta pequeñas
explotaciones de manganeso volcanogénico.
Esta clase de mineralizaciones se encuentran en menor escala en otras
localidades del Macizo de Santander, tales como Vetas, Cachirí, Cucutilla,
Silos, Tona, Cachira, Cácota, etc., no hay estudios concluyentes respecto a las
localidades mencionadas.
Un aspecto
muy importante en el Macizo de Santander es el de las pegmatitas, de las cuales
numerosas manifestaciones. Este tipo de mineralización produce varios minerales
de uso industrial, además es la fuente de algunos elementos químicos poco
comunes de gran interés en la electrónica moderna. Hay pegmatitas en las
localidades de Bochalema, Cucutilla, San José de La Montaña, Durania, Chitagá,
Toledo, Labateca, Abrego, Tona y Umpalá. En algunas de esas localidades se han
explotado feldespatos y micas para usos industriales. Las pegmatitas presentan
además perspectivas para la localización de
metales tales como estaño, berilio, litio, tantalio, niobio, wolframio,
rubidio, cesio, tierras raras y en algunas localidades minerales radioactivos.
Fuera del Macizo
de Santander, los dos departamentos en mención presentan una génesis mineral
amplia con buenas realidades y posibilidades económicas. En los extensos
depósitos sedimentarios y las fajas de actividad magmática diferentes a las del
Macizo se encuentran recursos minerales muy importantes.
En primer
lugar cabe hacer referencia a las rocas sedimentarias. En Santander se encuentran enormes reservas
de calizas, posiblemente las más grandes del País, se presenta una gran faja
entre el río Suárez y el piedemonte de valle del Magdalena, desde la población
de Florián hasta San Vicente de Chucurí, un segundo cinturón se extiende desde
el municipio de Puente Nacional hasta la Mesa de Los Santos. Además se
encuentran espesos niveles de calizas en la cuenca del río Fonce, en la
provincia de García Rovira y al Norte de Bucaramanga. En Norte de Santander se
presenta una faja de calizas de gran espesor al Occidente del río Catatumbo
desde el caserío de Las Mercedes hasta el río De Oro en la frontera con Venezuela.
Hay un cinturón discontinuo que se extiende desde la población de Arboledas
hasta la localidad de La Ye al Oriente de Sardinata. Se encuentra una faja
discontinua de menor longitud, paralela al río Tachira entre la población de
Ragonvalia y proximidades de Villa del Rosario. Además hay techos calcáreos
aislados en la provincia de Ocaña en localidades tales como Mesarrica,
Paramillo y en la serranía que divide aguas entre los ríos Sardinata y Tarra al
Occidente de Villacaro.
En segundo
lugar pueden mencionarse los carbones, de los cuales hay mayores reservas en
Norte de Santander, en este departamento se encuentran carbones en la cuenca
hidrográfica del río Catatumbo en dos ambientes geológicos muy diferentes: uno
en las vertientes de los ríos Pamplonita, Tachira y Zulia, carbones
parcialmente coquizables en mantos de buena continuidad y espesores modestos;
el otro ambiente geológico se halla en la cuenca del bajo Catatumbo, al
occidente de la población de la Gabarra, allí hay una secuencia de carbones muy
afines a los que se explotan en la Jagua de Ibirico, presentan buenos espesores
y posiciones estructurales favorables para explotaciones a cielo abierto en áreas
amplias. En Norte de Santander hay una tercera zona con reservas de carbón en
la región del alto Arauca, principalmente en el municipio de Toledo, estos son
los carbones de mejor calidad para coquización en el departamento.
Las
perspectivas en Santander son más reducidas y las reservas menos conocidas. Los
principales mantos de carbón en Santander se encuentran a lo largo de un
cinturón que se extiende desde el río Minero en el límite con Boyacá hasta el
río Sogamoso, presentan amplia variación en calidad desde antracitas y hullas
coquizables hasta lignitos. Los espesores también presentan grandes
variaciones, desde mantos de 5 metros, hasta cintas de escasos centímetros. No
hay extensiones que permitan explotación a cielo abierto. Además del cinturón
mencionado Hay manifestacione de carbón de menores dimensiones en la provincia
de García Rovira, en las localidades de Molagavita y El Cerrito.
Otros
minerales de interés que se presentan en las secuencias sedimentarias de los
Santanderes son los fosfatos. En Norte de Santander los fosfatos se presentan
en las secuencias sedimentarias del Cretáceo, asociados a las calizas
superiores de ese período geológico se presentan en Sardinata (donde se explotan), Gramalote,
Salazar, Lourdes, Arboledas, en general con tenores de P2O5 mayores de 20 %.
Hay una extensa faja de fosfatos paralela al río Catatumbo, del caserío de Orú
hacia el Norte donde se presentan espesores superiores a 3 metros. En Santander
hay dos cinturones de roca fosfórica, uno al Occidente de la serranía de Los
Cobardes con amplios afloramientos en San Vicente de Chucurí y la localidad de
La Azufrada al Occidente de Bucaramanga. Otro cinturón, poco conocido,
infrayace a la secuencia estratigráfica que contiene los carbones entre los
ríos Minero Y Sogamoso. En general los tenores de P2O5 son superiores a 20 %.
En las rocas
sedimentarias de Santander se presentan los mayores yacimientos de yeso de
Colombia en los municipios de Los Santos, Zapatoca y Villanueva.
Adicionalmente
a los minerales enunciados, en la base de la secuencia de rocas sedimentarias
de los Santanderes hay minerales tales como barita y fluorita los cuales han
sido explotados en forma artesanal.
La actividad
magmática no relacionada directamente con el Macizo de Santander, también
produjo algunos depósitos minerales interesantes tales como el skarn (mineralización
polimetálica) de las cabeceras del caño Castillo en el bajo Catatumbo, los
depósitos de caolín de la región de Oiba y Confines, producto de la meteorización
de una cúpula riolítica, las arcillass de la provincia de Ocaña desarrollados a
partir de cenizas volcánicas. Las arcillas de la región de Cúcuta de excelente
calidad se encuentran en depósitos de cenizas y brechas volcánicas provenientes
de focos efusivos en el Táchira (Venezuela). La actividad magmática también fue
el origen de arenas silíceas de alta pureza en la región de Sabana de Torres y
La Gómez al Noroeste de Bucaramanga, las cuales son producto de la
meteorización de una roca ígnea altamente silícea.
Hay amplias
áreas de los Santanderes inexploradas o poco conocidas en las cuales hay
posibilidades metalogénicas, tales como las cuencas de los ríos De Oro, Tarra y
Catatumbo y la región del Sarare en
Norte de Santander y la Serranía de Los Cobardes en Santander en la cual
se han hallado los mejores indicios de minerales radioactivos de Colombia. Desafortunadamente
la costumbre de crear parques nacionales y reservas sin estudio geológico ha
llevado a congelar en forma absurda, riquezas minerales necesarias para el
desarrollo de los departamentos en mención.
La
industrialización de los Santanderes requiere materias primas de origen
mineral. Actualmente, las principales industrias de Norte de Santander, tales
como la cerámica, con una empresa de gran tamaño y otras menores, el cemento
del cual hay una factoría, el concreto y la coquización de carbón elaboran
productos de la minería. En una economía tan frágil como la de Norte de
Santander, cuya principal actividad productiva es el comercio fronterizo,
actualmente semiparalizado y con perspectivas de empeorar; la minería e
industrias conexas constituyen una posibilidad muy interesante, producción de
cales y cementos en instalaciones adicionales a las existentes; producción de
fertilizantes fosfatados; explotación de las reservas carboníferas de La
Gabarra, aumento y tecnificación de la producción de coque y posibilidades de
instalar una planta carboquímica. Diversificación de la industria cerámica,
para producir loza, porcelana sanitaria, etc., en Cúcuta y la región de Ocaña.
Estudio del skarn del Catatumbo, con el fin de conocer la paragénesis mineral y
si hay reservas para una planta metalúrgica por lo menos primaria. Fomento a la
explotación de micas, feldespatos y mármoles lo cual puede dar un alivio
económico a poblaciones paupérrimas de la Cordillera. Fomentar la producción de
fluorita (mineral indispensable en labores de fundición) y barita, en la
provincia de Ocaña.
En
Santander, las industrias existentes que elaboran materias primas de origen
mineral son muy pocas. Una fábrica de cemento semiparalizada en Bucaramanga y
otra en San Gil. Producción artesanal de cales. Industria cerámica poco
desarrollada, en general en unidades semi-artesanales. Un aspecto generalmente
ignorado, es la importancia de la joyería en Bucaramanga, esta actividad
económica es uno de los grandes generadores de empleo en dicha ciudad. La
orfebrería ha tenido una fuente de suministro en el distrito minero de
California y Vetas, lo cual nunca han tenido en cuenta quienes quieren liquidar
la actividad minera en la región.
Para la
economía de Santander sería de gran importancia incrementar la industria del
cemento, el departamento cuenta con inmensas reservas de caliza y las únicas
minas de yeso de verdadera importancia en Colombia. La producción de cal para
diversos usos debería tener gran importancia, basta anotar que las cales que
consumen los cultivos de palma africana en Santander proceden de otros
departamento. Las reservas de yeso pueden dar lugar a la producción de dry wall
industria ampliamente conocida y desarrollada en el Mundo. Los depósitos de
arenas silíceas de Sabana de Torres pueden dar lugar a industrias del vidrio.
Los caolines de Oiba y Confines constituyen una magnífica materia prima para
cerámica y aún porcelana, además de otros usos del caolín tales como la
producción de papel, pinturas, filtros y usos medicinales. En Santander hay
carbones coquizables que pueden procesarse en el departamento, como lo hacen en
Norte de Santander y Boyacá. Los fosfatos de Santander presentan buenas
posibilidades, solamente se conocen muy superficialmente.
Los yacimientos
auríferos de California y Vetas presentan otros metales, tales como cobre,
zinc, plomo, antimonio, los cuales podrían tener un procesamiento metalúrgico.
En
conclusión, la actividad minera puede ser el motor industrial de los
santanderes, si se incentiva la exploración y cesa la satanización de esta
actividad. Para esto se necesita el suficiente sentido común para pensar que no
se pueden estar congelando los territorios sin conocer su potencial minero.
Aldeas paupérrimas enclavadas en las montañas tales como Cucutilla, Charta,
Bucarasica, Confines, Silos, Mutiscua, Cácota, El Cerrito, Hacarí, Onzaga,
Bábega, Santa Elena del Opón, Cáchira, El Encino, y muchos otros, pudieran
tener un paliativo de su miseria en actividades mineras, si se examinan
concienzudamente y cesa esa absurda campaña mediática contra esas actividades.
El verdadero daño ecológico en los Santanderes lo produce esa agricultura de
montaña, en altas pendientes, la cual solo produce erosión y miseria.
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