El llamado Foro de Sao Paulo, se originó en el deseo de darle un segundo aire al Marxismo-Leninismo luego de la catástrofe de la Unión Soviética y sus satélites de Europa Oriental. Esto bajo el supuesto que las doctrinas políticas se pueden trasplantar sin tener en cuenta la idiosincrasia de los pueblos. Esto ya lo intentaron puntualmente algunos ilusos como el Che Guevara quien se lanzó a redimir a los bolivianos, sin consultarles si ellos lo requerían. Hubo otros ensayos similares de profundos ideólogos como el cura Camilo Torres quien se obsesionó por salvar a unos campesinos cuya idiosincrasia desconocía y en medio de un grupo guerrillero compuesto de facinerosos.
La implantación total o a medias del ideario del Foro de sao Paulo, llevo a una curiosa simbiosis entre la vieja burocracia de origen ibérico con todas sus taras y un Marxismo-Leninismo trasnochado con todos sus dogmas einiquidades. El engendro resultó increíble, lo que le llevó al comunismo soviético más de setenta años, lo consiguieron los sus émulos de Foro de Sao Paulo en menos de dos décadas, arruinar a los respectivos países. Brasil pasó de ser una promisoria economía emergente a una economía totalmente desfalleciente. Lo de Venezuela es francamente prodigioso, un país rico y derrochador, convertido en un Estado mendicante. El mayor consumidor per cápita de whisky en el Mundo ahora es una nación donde no se consiguen ni analgésicos. En Colombia, una aristocracia decrépita e inepta, pretende imponer al País los dogmas del Foro de Sao Paulo, con tal de mantenerse en el poder. Naturalmente la economía se halla en cuidados intensivos. En la Argentina un populismo familiar, a tono con lo que sucedía en los demás países, casi lleva al País a la bancarrota. Los casos de Ecuador y Bolivia son muy especiales, al tratar de mezclar Marxismo y progreso, los respectivos regímenes tuvieron algunos logros, pero la egolatría y la avidez corrupta de la Nomenclatura los está llevando a la extinción. El Perú permaneció alejado de las tentaciones izquierdistas, debido al recuerdo de cierto gobierno de Alan García que llevó a esa nación al borde de la ruina.
Al enfrentar la prueba de las urnas, los taumaturgos del Marxismo-Leninismo empiezan a desplomarse, el mandatario que mejor manejó la marcha del Estado (Evo Morales), terminó enredado en líos amorosos dignos de algunos presidentes de Francia. Esto lo llevó a perder un plebiscito que le hubiera asegurado una reelección a largo plazo. Otros mandatarios, más torpes en el manejo del Estado, van cayendo como naipes, la mandataria de Argentina naufragó con todos los episodios dudosos y ruinosos de su mandato. Las elecciones parlamentarias de Venezuela mostraron el enorme rechazo al gobierno de los Boliburgueses. Dicho País fue sometido a un desfalco gigantesco casi sin paralelo en la historia y los culpables aún detentan el poder. El presidente de Colombia goza de una antipatía tan profunda entre la ciudadanía, que prácticamente unió al País en su contra, su ineptitud y perversidad son legendarias. La novela del Brasil es patética, la corrupción llego a extremos increíbles, en cuatro períodos presidenciales arrasaron con la economía, unos gobiernos de un partido denominado de los trabajadores que, bien pudiera llamarse el partido de los atracadores. En Chile una jefe de estado resentida, ha polarizado el País y amenaza con hundir la economía más próspera de Latinoamérica. Por último cabe mencionar la pintoresca pareja presidencial de Nicaragua, dedicada a al jolgorio y a obras faraónicas de dudoso resultado.
Francamente los ideólogos fueron la gran plaga del Siglo XX y unos supérstites de pacotilla se están hundiendo en Latinoamérica.
Jaime Galvis V.
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